La renovada Selección de Valls tira de cuatro goles de Bea Ortiz, el paradón en la tanda de Terré y el definitivo tanto de Ari Ruiz para meterse de lleno en la lucha por las medallas de Singapur 2025.
Da igual si son unos Juegos Olímpicos, un Europeo o los Mundiales. En los tiempos modernos, todo España-Holanda femenino es sinónimo de batalla. De partidazo no apto para taquicárdicos. Y de prueba de fuego en este caso para una Selección renovada, con Jordi Valls como nuevo entrenador y una plantilla mezcla de campeonas olímpicas y debutantes, que en Singapur 2025 llevaban un pleno ante rivales inferiores y que ante las holandesas se la jugaban, en los cuartos de final, a todo o nada. Y salió el todo.
Se vivieron una primera mitad excelsa, el sufrimiento en la segunda, y la tanda de penaltis. Como en la final de Fukuoka 2023. Pero, sobre todo, como en las semifinales de París 2024. A pesar del tormento llamado Lieke Rogge, autora de siete goles entre los 32 minutos y la tanda, España resolvió, con la parada postrera de Martina Terré, igual que en La Défense, y el gol final de Ari Ruiz, y se jugará las medallas el lunes ante Hungría.
Mostraba España su colmillo enseguida, con el gol de Paula Crespí a asistencia de Nona Pérez en su segundo ataque, y con una espartana defensa, que no dejaba a las holandesas encontrar ni espacios ni alternativas, y que al recuperar permitía a las Guerreras salir rápidamente al contragolpe. Así sucedió con el 2-0, tras una parada de Martina Terré ante Lieke Rogge, quien a la postre cometió un penalti convertido por Anni Espar. Y, tras un tiro al palo de Crespí, Bea Ortiz primero bloqueaba un remate clarísimo de Sabrina van der Sloot y poco después anotaba emergiendo desde debajo del agua, cruzando la pelota, de vaselina, y ajustándola al palo.
Acabó el primer cuarto con el 3-1 de Kittylynn Joustra, la primera de las cuatro superioridades aprovechada por Holanda, pero el segundo volvió a iniciarse con gol de España, de Paula Camus, zafándose de su marcadora y batiendo en el mano a mano a Sarah Buis, la titular en ausencia por decisión técnica de Laura Aarts. Dos disparos estrelló en los palos Espar, impidiendo aumentar la ventaja, lo que compensaba Terré con sendos paradones para mantener el 4-1 hasta que Lieke Rogge acertaba a marcar con un trallazo desde los seis metros.
Pero inmediatamente volvía a marcar Ortiz, en posición de boya, asistida por Crespí, cogiendo por enésima vez desprevenida a la zaga neerlandesa. Lo mismo que Ariadna Ruiz tras una rápida circulación, y ni que digamos Ortiz saliendo completamente sola a la contra en el 7-2. Ni el cambio de portera, con la entrada de Van den Dobbelsteen, aliviaba a una Holanda que maquillaba el electrónico con el 7-3 de Lieke Rogge en superioridad antes de la media parte.

Pero esos cinco minutos de descanso, lejos de servir para reponer fuerzas, parecieron debilitar a una España que reingresó desganada en el agua. Y que sufrió, contando el final del segundo periodo, con un parcial desfavorable de 0-4, con el que Joustra, Lieke Rogge y Marit van der Weijden aprovecharon una inexplicable distensión para reducir las distancias a la mínima expresión (7-6).
A falta de expulsiones contrarias para jugar en superioridad, sí pudo forzar la Selección un penalti que convirtió Elena Ruiz para respirar, primer gol de las españolas en tres minutos y medio, contrarrestado por el disparo a cámara lenta y en mujer de más (ellas, sí) de Bente Rogge, al estilo de la durísima final del Europeo de Eindhoven 2024.
Pero gritaba Crespí, venciendo el miedo, lanzando con toda su alma al primer palo para establecer el 9-7 en un momento crucial, continuado con el paradón de Terré a Simone van de Kraats y otra pena máxima favorable, transformada por Ariadna Ruiz. Y casi consigue detener la porteraza española el penalti materializado por Lieke Rogge, el 10-8, antes del paradón de Van den Dobbelsteen a Bea Ortiz con el que concluyó el tercer periodo.
Y con el 10-9 en jugadoras de más se iniciaron los minutos definitivos, seguidos de tres superioridades al fin para España, que no supo aprovecharlas. Y con su portera creciéndose, hasta que a 3:24 para la conclusión, cuando más se necesitaba, convirtió Nona Pérez un gol providencial, que lo fue más cuando la omnipresente Lieke Rogge anotaba su quinta diana, en superioridad, 11-10.
Con otro ataque de Holanda en mujer de más, por la exclusión de Bea Ortiz -aunque el seleccionador Evangelos Doudesis pidió penalti- se alcanzaba el último minuto. Y empataba la de siempre, Lieke Rogge, a 11. Quedaban 45 segundos, pedía tiempo muerto Jordi Valls y exigía agresividad a sus jugadoras, que perdían la bola, entregando la última posesión a las neerlandesas. Una buena defensa, como las del primer tiempo, empujó el choque a la tanda de penaltis.
Precisamente la encargada del primer penalti era Lieke Rogge, que no lo fallaba. Tampoco Bea Ortiz, con un lanzamiento por el centro, valiente, olvidada aquella final de Fukuoka 2023. Al palo chutaba Bente Rogge. Por el centro volvía a meterla Elena Ruiz, antes del gol de Van de Kraats y de que llegaran los dos penaltis decisivos. El que Terré le detuvo a Keuning, emulando la final de París 2024. Y el que convirtió Ari Ruiz, el 15-13, para meter a España de lleno en la lucha por las medallas de Singapur 2025.
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