Ciencia
Un equipo de científicos italianos ha identificado una nueva función de la proteína DDX11, crucial para el mantenimiento celular y la prevención de enfermedades neurodegenerativas.
Un estudio pionero llevado a cabo por el Instituto de Bioquímica y Biología Celular del Consejo Nacional de Investigación de Italia (CNR), en colaboración con la Universidad de Nápoles Federico II, ha revelado un descubrimiento de gran relevancia para la biomedicina: la proteína DDX11, ya conocida por su papel en la replicación del ADN, también desempeña una función esencial en la limpieza y reciclaje celular. Este hallazgo, publicado recientemente en la prestigiosa revista científica Autophagy, podría abrir nuevas vías terapéuticas para tratar enfermedades genéticas raras y trastornos neurodegenerativos como el párkinson y el alzhéimer.
Hasta ahora, DDX11 era reconocida por su papel en el núcleo celular, donde actúa como una helicasa: una enzima encargada de desenrollar la doble hélice del ADN, permitiendo así que otras proteínas accedan a la información genética para llevar a cabo procesos vitales como la replicación y la reparación del material genético. Sin embargo, el nuevo estudio ha demostrado que esta proteína también opera fuera del núcleo, en el citoplasma, donde cumple una función completamente distinta pero igualmente crucial.
En esta nueva localización, DDX11 actúa como un “recolector de basura celular”, participando activamente en la regulación de la autofagia, un proceso mediante el cual las células degradan y reciclan componentes dañados o envejecidos, como orgánulos disfuncionales y proteínas mal plegadas. Esta función es esencial para mantener el equilibrio celular y evitar la acumulación de residuos tóxicos que pueden desencadenar procesos patológicos.
La autofagia ha sido ampliamente estudiada en los últimos años por su papel protector en el sistema nervioso. Su alteración se ha vinculado con una amplia gama de enfermedades neurodegenerativas, entre ellas el párkinson, el alzhéimer, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la ataxia con apraxia oculomotora tipo 2. Por ello, el descubrimiento de que DDX11 también regula este proceso sitúa a esta proteína en el centro de futuras investigaciones biomédicas.
“Este hallazgo redefine nuestra comprensión del papel de DDX11 en la biología celular”, señalan los autores del estudio. “No solo es una pieza clave en la maquinaria genética, sino también un actor fundamental en el mantenimiento de la limpieza celular, lo que podría tener implicaciones directas en el desarrollo de nuevas terapias para enfermedades actualmente incurables”.
El estudio representa un paso adelante en la comprensión de los mecanismos celulares que sustentan la salud humana y refuerza la importancia de la investigación básica como motor de la innovación médica.
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