En otro tiempo, la noticia de que estaba en cartelera una película sobre la mafia protagonizada por Robert De Niro habría causado avalanchas en las salas de España. The Alto Knights, dirigida por Barry Levinson (Rain man), tiene, además, a De Niro por partida doble: el neoyorquino nunca había interpretado dos papeles en una película hasta ahora, en la que encarna a dos jefes mafiosos de Nueva York, Vito Genovese y Frank Costello.
Es posible que los nombres te sean familiares, ya que Genovese y Costello han sido dos de los capos más célebres y temidos del submundo estadounidense. Costello y Genovese, de hecho, sirvieron de inspiración principal a Mario Puzo para Vito Corleone, papel que acabó interpretando Marlon Brando y, en su juventud, el propio de Niro. Te contamos la historia real de “el primer ministro de la muerte” y del hombre que casi se convirtió en “capo di tutti capi”
Dos recién llegados a Nueva York
Antes de comenzar con esta historia del crimen, una curiosidad: Costello y Genovese ya han aparecido en una película de Barry Levinson, Bugsy, basada en otro compañero de trabajo de estos dos hampones: Bugsy Siegel, cuya obra es conocida por los amantes bajo otro nombre, el de Moe Greene en El padrino.
Empecemos por Frank Costello: nacido en la montaña calabresa, Costello cruzó el océano hacinado en un barco y en compañía de su familia cuando tenía cuatro años. Las calles fueron su escuela y, más tarde, su negocio. Conocido por su fortaleza e inteligencia desde niño, Costello siempre fue el líder de su pandilla. Poco a poco, la pandilla creció y su propósito se volvió cada vez más turbio. Entre tanto, Costello salía y entraba de la cárcel por delitos de una gravedad creciente.
A Lucky Luciano, emblema del crimen italoamericano, le llegaron rumores sobre Costello y quiso conocerlo. Le gustó, y lo sumó a su causa, incluso a pesar de que miembros más experimentados se lo desaconsejaron. Pero cualquiera que haya visto Boardwalk Empire sabrá lo poco dado que era Luciano a acatar órdenes.
Pasamos a Vito Genovese, que también llegó desde Italia, con la diferencia de que quien lo rodeaba era una familia de emprendedores. Sus hermanos montaron, a la primera oportunidad, su propio entramado criminal, al que dieron el apellido Genovese, mientras que su primo decidió hacerse con la ciudad de Pittsburgh.
Hasta que solo quede uno
El problema de empezar a matar es que, a partir del primer asesinato, se convierte en una costumbre difícil de erradicar. Eso fue lo que descubrieron Costello y Genovese cuando urdieron el asesinato de Marazano, quien, a su vez, planeaba matar a Luciano. La justicia le allanó a Genovese el camino hasta la cima: al condenar a Luciano a varias décadas en prisión por proxenetismo, Genovese se convirtió en el jefe de facto de la familia. Sin embargo, un viejo cadáver salió a flote y tuvo que huir a Italia, donde trabó relaciones con el partido fascista de Mussolini.
El retorno, años después, no fue fácil, ya que Costello se había adaptado a la vida como jefe, y pretendía continuar en el cargo. Como señal de respeto, Genovese fue nombrado subjefe, algo que, superficialmente, estableció una pax romana. Superficialmente.
The Alto Knights
| Tráiler Oficial
Bajo la mesa, Genovese y Costello seguían jugando su partida. Soldados de uno y otro bando cayeron y los frentes avanzaron en silencio. El ganador se quedaba con Nueva York y el perdedor, con una parcela de tierra a su nombre en The Hole, pequeño barrio de la capital del mundo que, se sospecha, es el gran cementerio histórico de la mafia.
Genovese contrató a un matón apellidado Gigante (su apodo era Mentón, punto débil en su frustrada carrera como boxeador) para que tirotease a Costello y, aunque las balas solo lo hirieron, este le cedió su puesto como capo.
Para no alargarnos: Genovese falleció de un infarto en la cárcel, tras entregarle a The Hole, directa o indirectamente, muchos cuerpos; y Genovese, ya retirado por entonces de sus negocios, también sufrió un infarto. Ambos pasaban de los 70 años y murieron a causa de un órgano que nadie creía que tuviesen: el corazón.
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Pirata Oscar
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