Una madre y su hija sobreviven a medio camino entre Jaén y Barcelona en el segundo largometraje de la directora catalana.
Una familia se dedica a recoger aceitunas en un campo de olivos en Jaén. Cada uno de sus miembros participa como puede para recolectar lo que será gran parte de su sustento económico a lo largo del año. Después, en la intimidad de su casa, prueban un poco del aceite que han recogido. Estas escenas cotidianas, rodadas de una forma cercana al cine documental, anticipan una película que poco después será totalmente diferente, ya que Los Tortuga es una historia sobre el duelo, las desigualdades sociales y la crisis de la vivienda. Una obra que se estrenará el próximo 23 de mayo y que se ha convertido en una de las grandes sorpresas de la sección oficial del Festival de Málaga.
El segundo largometraje de Belén Funes, quien ya ganó el Goya a mejor dirección novel por La hija de un ladrón (2019), es un relato a medio camino entre el campo andaluz y la ciudad de Barcelona, donde viven sus protagonistas. Delia, una taxista chilena interpretada por Antonia Zegers, y su hija Anabel, una joven universitaria a la que Elvira Lara da vida de forma magistral, tratan de seguir adelante después de que Julián, padre de la familia, falleciese en un accidente de tráfico.
Aunque todo comienza en un mar de olivos, la película no tarda demasiado en llevarnos a la gran urbe, donde el modo de vida apresurado de sus habitantes termina por ahogar a todos. Pero tampoco se trata de romantizar la vida rural, algo que la propia directora ha aclarado en una entrevista con RTVE. En realidad, ambos son escenarios en los que sus personajes tratan de sobrevivir y que influirán a la hora de sobrellevar el luto después de una muerte trágica e inesperada, que no tendría que haber ocurrido.
Este luto es tratado de una forma íntima pero sin caer en un pesimismo continuo y repetitivo. Madre e hija intentan afrontar sus vidas y superar el trauma mientras hacen malabares para llegar a fin de mes y se aferran a los últimos recuerdos de Julián. Los elementos principales que atan a ambas son el campo y el taxi, posesiones que garantizan ciertos ingresos pero no los suficientes para vivir en un mundo cada vez más caro y despiadado. En mitad de todo esto, un suceso que lo cambia todo: un aviso de desahucio por parte de la inmobiliaria, que ha vendido todo el bloque para convertir los pisos en viviendas turísticas.
LOS TORTUGA
- Tráiler Oficial
Los Tortuga es a su vez un ejercicio de crítica social y un homenaje a las personas que abandonaron su tierra en pos de un futuro mejor en zonas más industrializadas. Delia y Anabel son extrañas en su propia ciudad, la primera por ser chilena y tener a los suyos muy lejos, y la segunda por tener a toda su familia paterna en Jaén. De hecho, el nombre de la película hace alusión a quienes dejaron sus pueblos atrás con sus maletas, llevando todo lo que tenían encima de sus hombros como si fuesen tortugas. Pese a esa desconexión con la tierra, ambas intentan recuperar esa estabilidad que la especulación inmobiliaria, y también la muerte, les ha arrebatado.

Gran parte del mérito que tiene Los Tortuga a la hora de reflejar este duelo en pantalla se debe a las interpretaciones de sus actrices protagonistas, que logran transmitir las dinámicas que se suceden entre la madre y la hija en un contexto tan difícil como el que se plantea. De hecho, Antonia Zegers ganó el premio a mejor actriz en el Festival Internacional de Cine de Tesalónica y Elvira Lara recibió la mención especial del jurado en el que es su primer trabajo como actriz. A falta de saber si también deslumbran ellas y la propia película, queda claro que Los Tortuga ha sido una de las más gratas sorpresas de la 28ª edición del Festival de Málaga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario