Una carta escrita por un oficial nos ayuda a entender un poco mejor cuál fue la actitud de los viajeros. Y resulta, cuanto menos, sorprendente
A pesar de lo mucho que se ha escrito, rodado y cantado sobre el Titanic, aún quedan piezas del puzle por descubrir. Una de ellas es la carta que el oficial segundo Charles Lightoller, uno de los pocos supervivientes de la tripulación del barco, envió apenas dos semanas después del accidente explicando el destino del doctor John Simpson a un amigo. La misiva va a ser subastada por 15.000 libras (aunque se espera que pueda alcanzar las 40.000) y desvela cómo fueron los últimos momentos de la tripulación.
“En respuesta a su carta del día 30, siento decirle que el cirujano asistente John E. Simpson se encontraba en el Titanic”, arranca la misiva enviada por Lightoller a uno de los compañeros del galeno. “Lamento de verdad su pérdida, que es también la mía. Puedo decir que fui el último hombre que habló con el doctor Simpson, cuando caminaba a lo largo de la cubierta con los señores McEllroy, Barker, el doctor O'Loughlin y otros cuatro asistentes”.
Sabían que habían cumplido su deber y que todavía lo estaban haciendo mostrando una apariencia calmada a los pasajeros
El oficial es un testigo privilegiado de los últimos momentos de vida de los altos cargos del navío. En sus propias palabras, conscientes de que les quedaba poco tiempo de vida, “todos estaban totalmente calmados sabiendo que habían cumplido su deber y que todavía lo estaban haciendo mostrando una apariencia calmada y fría a los pasajeros”.
Charles Lightoller, 2nd officer of the Titanic, on board the Sundowner little ship during the Dunkirk evacuation pic.twitter.com/PWR99jIDsh
— Harry Dunkirk News (@StylesMovieNews) 7 de agosto de 2016
El panorama descrito por la carta de Lightoller da una idea de los últimos momentos antes del cataclismo, más cercanos a la calma chicha que al delirio histérico de lo que uno podría esperar, o de lo que las películas le han mostrado. “Cada uno de ellos vino de manera individual hacia mí y nos dimos la mano”, concluye la misiva del oficial. “Simplemente intercambiamos las palabras 'adiós, viejo' ('goodbye, old man')”, explica en referencia al doctor Simpson, una más entre las 2.227 víctimas del hundimiento del transatlántico. “Esto ocurrió poco antes del fin y no tengo constancia de que nadie más le viese”. A continuación, y con la frialdad que caracterizaba el resto de la carta, se despide amigablemente de su compañero. La fecha, el 1 de mayo de 1912, menos de un mes después de los luctuosos acontecimientos.
El encuentro debe de haberse producido muy poco antes de que el Titanic se hundiese, probablemente cuando la cubierta C ya se había inundado
Lightoller es uno de los oficiales que más contribuyeron a ayudar a los pasajeros a montarse en las barcas que les permitirían salvar sus vidas, y muy probablemente se dirigía hacia su propia embarcación cuando se encontró a sus amigos. Según los cálculos realizados por los subastadores, el encuentro debe de haberse producido muy poco antes de que el Titanic se hundiese, probablemente cuando la cubierta C ya se había inundado y apenas cuatro metros separaban el agua de estos botes.
El largo camino de una carta
Al parecer, esta misiva había pasado décadas en las manos de coleccionistas del Titanic hasta que finalmente ha visto la luz del día, como afirma 'The Daily Mail'. Esta es la primera vez que se publica, y ofrece uno de los contados testimonios directos de lo ocurrido en la cubierta del malogrado transbordador. No solo eso, sino que apenas pasó el tiempo entre el hundimiento del barco y su escritura, por lo que resulta más fiable que otros testimonios posteriores.
El capitán Charles Lightoller.
TODA LA INFORMACIÓN LO HE
ENCONTRADO EN UN ARTÍCULO
DE ALMA CORAZON Y VIDA
No hay comentarios:
Publicar un comentario