Golf | Ryder Cup
El conjunto liderado por el español, McIlroy, Hovland y Hatton se toma la revancha, en el Marco Simone italiano, derrotando a EE UU para alcanzar su 15º título ante 70.000 aficionados.
Europa alzó la Ryder Cup en Roma. Con fuerza, ímpetu y ansia de revancha alcanzaba su triunfo histórico 15º (tres de ellos conseguidos como Gran Bretaña, antes de la expansión a todo el continente de 1979, 27 de EE UU y dos empates) por 16,5 a 11,5, con cerca de 70.000 enfervorizados ‘hooligans del golf’ (según datos oficiosos) abarrotando las instalaciones del Marco Simone de Roma profiriendo gritos y cánticos elevando a límites de decibelios de un gol en la final de la Champions. Una venganza que el ‘Viejo Continente’ tenía pendiente desde la pesadilla de Wisconsin en 2021 cuando cayó estrepitosamente ante los norteamericanos por 19-9.
“Hay momentos para la lucha y otros para el arte”, reza una famosa frase de Espartaco, el más legendario de los gladiadores de la antigua Roma. El tracio se rebeló frente al poder establecido por la injusticia y la humillación, entre otras cosas. “Si quieres tener momentos gloriosos tienes que sacar la cabeza y a veces te la arrancan”, dejó como ‘legado final’ Padraig Harrington, responsable del equipo azul en esa cita en suelo yankee y que fue ‘ajusticiado’ tras la derrota.
El tapiz verde coronado por el majestuoso castillo fortificado, cuya torre fue construida en el año 1000, pedía que historia que quería voltear Europa debía escribirse con tintes épicos. Y para eso tenía una guardia pretoriana con el espíritu de Seve grabado en la mente, el corazón de feroces gladiadores y el alma de los 300 espartanos. Con Jon Rahm (3 de 4), Rory McIlroy (4 de 5 en la Ryder 2023) y Viktor Hovland (3,5 de 5), al frente como grandes generales; Fleetwood y Hatton (3,5 de 4) de fieles lugartenientes; y la irrupción del talentoso novato Aberg... “un talento generacional”, en palabras de Luke Donald, el capitán del ‘Viejo Continente’.
EE UU necesitaba 8,5 puntos en los individuales para retener la Ryder, algo que únicamente se había logrado dos veces en la era moderna: ellos mismos en 1999 y los europeos en el conocido como ‘Milagro de Medinah’ de 2012... el lugar de la mayor remontada hasta ahora: cuatro puntos en la batalla del último día. Nadie había levantado nunca los cinco que debían levantar los chicos de Zach Johnson. Unos datos que seguirán vigentes, al menos, en una edición más del mítico duelo bienal.
Pero todo final... tiene un nudo central antes del desenlace. Rahm, ataviado con un polo azul y amarillo, gorra institucional y pantalones color neutro gris/beige en tono claro, ejercía de centurión en el partido inicial de los individuales. Su rival, el número uno del mundo, Scottie Scheffler. El que le había derrotado en la misma situación en 2021. Los dos últimos ganadores del Masters de Augusta. Europa precisaba de su mago para zanjar de un golpe certero cualquier atisbo de ilusión venida más allá del Atlántico. El ‘León de Barrika’ firmaba un birdie en el hoyo inicial para mandar un mensaje rotundo.
Scheffler quería evitar ser el único número uno en la historia que no ganaba un partido en una edición de la Ryder, pero Rahm no iba a permitir no sumar más para Europa y pese que el estadounidense jugó a gran nivel el prestidigitador español sacaba todo tipo de conejos de la chistera. Como una prodigiosa salida en el par 3 del 13 dejando la bola a 40 cm del agujero. O una salida de 313 metros a 300 km/h para dejarla en el medio de la calle en el 18 y firmar un birdie que le daba el empate en un choque espectacular entre los dos primeros del mundo con diez birdies entre ambos.
Medio punto de Rahm que fue oro. Y más al sumarlo al triunfo de Hovland ante Morikawa (4&3), el de McIlroy frente a Burns (3&1) y el de Hatton contra Harman (3&2). Únicamente faltaba medio punto para arrebatar la Ryder y consumar la venganza. Mientras, Cantlay derrotaba a Rose (2&1), Koepka a Aberg (3&2) y Homa a Fitzpatrick (que tuvo un putt de cuatro metros en el 18 para cerrar el triunfo) por uno arriba Schaufflele a Hojgaard (3&2) y Thomas a Straka (dos arriba). La tensión crecía, EE UU apretaba... pero irrumpió Fleetwood. Salida maravillosa en el 16 lo que combinado con la bola al agua de Fowler dejaba todo en su mano. Y lo cerraba. Dos hoyos arriba con dos por jugar. El medio punto ansiado estaba conseguido. Además, el inglés de 32 años acababa ganando 3&1 ante Fowler; MacIntyre a Clark (2&1) y Lowry empataba con Spieth. Euforia, abrazos y exaltación europea en un equipo que es un equipo y que se tomó cumplida ‘vendetta’ por 16,5 a 11,5.
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