GOLF
En apenas dos semanas, el Viejo Continente ha ganado la Solheim Cup, la Ryder Cup y sus dos versiones júnior. En los cuatro torneos ha habido representación española.
Lejos queda la época de tiranía de Estados Unidos sobre el golf mundial, tanto femenino como masculino. Son ya varias décadas en las que Europa no deja de aportar estrellas al panorama golfístico, y en las que el Viejo Continente acostumbra cada vez más a hacer morder el polvo a los estadounidenses. Muestra de ello es lo sucedido en las dos últimas semanas: triunfo europeo en los dos torneos bieniales que les enfrentan con Estados Unidos, la Ryder Cup y su homólogo femenino, la Solheim Cup, además de otro par de victorias en los eventos júnior de estos mismos. Un dominio que asusta, y en el que los españoles han sido protagonistas.
El hecho de que Europa reine en estos cuatro torneos desde que se disputan todos (la Solheim Júnior, nacida en 2002, es la más reciente) no es algo inédito, pues el Viejo Continente ya lo hizo entre 2003 y 2005, mientras que Estados Unidos reinó en 2009 y entre 2016 y 2018. La particularidad de lo acontecido en el presente es la cercanía con la que han transcurrido todos los eventos: Ryder y Solheim tan solo se han jugado tres veces en el mismo año, y en los dos casos previos nunca antes un equipo había ganado las dos citas. Mucho menos las cuatro, claro. Dos semanas de continua fiesta para Europa, que se confirma como potencia mundial del golf.
La lata se encargaron de abrirla las júnior de la Solheim Cup, que se impusieron en el campo malagueño de La Zagaleta a Estados Unidos por 15-9. Por primera vez en 12 ediciones, las europeas ganaron el título por segunda vez consecutiva, y sumaron así el cuarto éxito en la historia del torneo. Además, cuatro de las doce protagonistas del conjunto ganador eran españolas: Andrea Revuelta, Rocío Tejedo, Anna Cañadó y Cloe Amión. Las dos primeras también participaron, apenas siete días más tarde, en el triunfo europeo en la Ryder Cup júnior (competición mixta con seis chicas y seis chicos en cada equipo) por un arrollador 20,5-9,5. Europa pudo ganar este evento por primera vez desde 2006, poniendo fin a una racha de seis victorias seguidas norteamericanas. El futuro, asegurado. Y quedaban los mayores.
La Solheim Cup de Finca Cortesín (Casares, Málaga) ya es historia del golf. El equipo europeo, capitaneado por Suzann Pettersen, afrontaba la cita con el enorme reto de conquistar tres títulos consecutivos por primera vez desde 1990, año en el que se jugó por primera vez. Las cosas empezaron de la peor manera posible, con un 0-4 estadounidense en el primer turno del viernes, pero Europa despertó. Lideradas por una sensacional Carlota Ciganda, estrella en casa con cuatro triunfos en cuatro partidos y con el punto decisivo, Europa consiguió un angustioso empate (14-14) que le permitió retener la copa. Un éxito que, tal y como reconoció el capitán europeo de la Ryder, el inglés Luke Donald, debía inspirar a los suyos.
Vaya si salió inspirado el combinado del Viejo Continente al campo romano de Marco Simone Golf & Country Club apenas cinco días después. Al contrario de lo sucedido en Málaga, fue Europa la que asestó un 4-0 en la primera sesión del torneo. Esta vez, a diferencia de la Solheim, sí fue definitivo. Europa prolongó el dominio durante los tres días de Ryder Cup y, aunque con un ligero sufrimiento el domingo, pudo recuperar el trono que había cedido en 2021 con una paliza histórica. La de Roma fue la 13ª Ryder conquistada por los europeos desde 1979, cuando, gracias a la figura de Severiano Ballesteros, el equipo de Gran Bretaña e Irlanda abrió sus puertas al resto del continente. Antes, Estados Unidos había ganado 18 de las 21 ediciones que se habían disputado. Desde entonces, sólo suma nueve. El golf ha cambiado, y las últimas dos semanas son el mejor ejemplo de ello.
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