Empiezo algo nuevo que espero que sea interesante para la gente que me quiera leer.
Se me ocurrió la idea de hacer un blog nuevo, donde comentar aspectos de un lugar que es parte de mi vida. Que no se quede en el olvido. Con el tiempo le he añadido información de mi población y otras ciudades cercanas.
Cine, televisión, música y actualidad también tienen cabida en este espacio.
Seguro que de aquí saldrá algo bueno, en este pequeño rincón que abierto con toda mi ilusión.
CULTURA Y ARTE 152 (Ricardo Corazón de León, el rey guerrero)
Seguimos con la sección de CULTURA Y ARTE esta semana el nuevo artículo es Ricardo Corazón de León, el rey guerrero,vamos a conocer la gran historia de este gran rey de Inglaterra sin duda uno de los más importantes de la historia. Toca saber más conocer sobre su vida. Y por qué es tan importante en la historia de Inglaterra y ha llegado a importar tanto en el mundo.
Ricardo Corazón de León, el rey guerrero
El legendario monarca
inglés nació el 8 de septiembre de 1157 y se caracterizó por su afición a
las guerras y su participación en la Tercera Cruzada (1189-1192).
Y el valiente Ricardo, cual fiero león, cargó contra las hordas enemigas blandiendo su hacha de combate.
El estandarte de los tres leones dorados ondeaba orgulloso sobre la
colina, mientras los fieles soldados del cristiano rey daban la vida
hasta su último aliento por la fe verdadera de ese momento y ese lugar.
Muchas canciones se compondrían en su honor cuando los aceros se
silenciasen y la batalla terminara. Pero siempre habría otro combate que
luchar, otra guerra que librar. Ricardo Corazón de León siempre sería
necesitado en algún lugar y no dudaría en coger su cota de malla, afilar su hacha y lanzarse a las fauces de la muerte de frente.
Siendo uno de los reyes más mitificados y conocidos de la Edad Media, Ricardo I de Plantagenet, conocido como Corazón de León, fue un monarca inglés que gobernó Inglaterra durante el siglo XII
y que se caracterizó por su afición por el combate y las casi
constantes guerras que libró en numerosos frentes. Siendo el segundo
hijo varón vivo de Enrique II, las posibilidades de que subiera al trono
parecían escasas y puede que fuera por eso por lo que, durante su
juventud, se centró en controlar los terrenos que su madre le había otorgado en Francia
y en guerrear contra los nobles que se le rebelaban. Fue un rey que,
aun queriendo el poder que otorga la corona, nunca terminó de
concienciarse del todo de sus responsabilidades y vio su nuevo cargo
como una oportunidad de llevar sus combates hasta nuevas tierras. Si
algún fan de ‘Juego de Tronos’ lee esto, puede que la descripción le recuerde al difunto Robert Baratheon, que siempre manejó mejor el martillo de guerra que la diplomacia.
Aunque su figura ha sido
ampliamente estudiada, en parte debido a la fama mitificada que obtuvo
ya en vida y a que muchos de sus contemporáneos le consideraron un ejemplo de rey medieval,
valeroso guerrero que defiende el cristianismo y mantiene a raya a sus
nobles, Ricardo I es uno de esos personajes cuya fama le precede. Su
obsesión por las Cruzadas le hizo olvidar prácticamente por completo sus deberes como rey, dejando abandonada a su Inglaterra natal que solo pisó durante seis meses en los diez años que fue rey.
Su vida llena de aventuras, batallas e intrigas le convirtió en un
personaje perfecto para protagonizar una novela de caballería, pero
puede que no en el mejor rey.
Monarca ausente, político principiante y guerrero temible, la leyenda de Ricardo Corazón de León sigue ocupando canciones que narran las luces y sombras del rey guerrero.
La leyenda de Lionheart
El
solo nombre de Ricardo Corazón de León ya evoca un mundo de aventuras
caballerescas e interminables combates con espada. La pasión que el rey
inglés sentía por el combate y todo el tiempo que pasó lejos de sus
dominios le convirtieron, ya en vida, en una figura muy mitificada. Su
posterior relación con las aventuras de Robin Hood no hizo más que
ampliar su fama y hacer que llegara hasta nuestros días como el modelo
perfecto de rey cristiano: hombre de fe y aguerrido guerrero. Ricardo
Corazón de León es uno de esos personajes cuya vida y carácter se
difumina con el mito que generó.
Familia y educación
Tercer
hijo varón del gran rey Enrique II de Plantagenet y Leonor de
Aquitania, pudo ascender al trono tras la repentina muerte de su hermano
mayor, Enrique el Joven. El primogénito, Guillermo, murió en la
infancia. Al igual que sus otros hermanos, Ricardo fue educado en las
artes, la cultura y la guerra, destacando como excelente juglar y poeta
y siendo muy aficionado a la guerra. Pasó gran parte de su juventud en
el norte de Francia, en el ducado de Aquitania y en el de Poitiers, y su
lengua materna era el francés.
Descendiente del rey Arturo
Aunque no existen documentos que lo corroboren, Ricardo I se consideraba a sí mismo descendiente del rey Arturo,
de la casa Pendragón. Este personaje legendario fue rey de los britanos
e hizo frente a las invasiones de sajones durante los siglos V y VI. En
los escritos que lo mencionan, Arturo era un monarca perfecto tanto en
la guerra como en la paz, y es probable que Ricardo pretendiera aumentar
su fama al relacionarse con él.
Aspecto y apodo
Se
dice de Ricardo que era un hombre atractivo, de cabello rubio rojizo,
tez pálida y ojos claros. Además, su estatura era bastante superior a lo
normal en la época, rondando los casi 2 metros de altura. El nombre de
Corazón de León le vino por su arrojo y entusiasmo en la batalla, a la
cual se lanzaba con valentía y habilidad. También se le conoció como
Ricardo ‘yea and Nay’ (sí y no), debido a que solía tomar decisiones
importantes de manera brusca y en apenas unos segundos.
La rebelión contra su padre
En
1170, su hermano Enrique el Joven fue nombrado segundo rey de
Inglaterra para gobernar junto a su padre. En 1173, Ricardo y sus
hermanos, junto a Leonor de Aquitania, se alzaron en armas contra
Enrique II con el objetivo de destronarle y dejar a Enrique el Joven
como único rey. Su padre desplegó a todas sus tropas y los fue venciendo
uno a uno, hasta que Ricardo fue el último en resistir. En 1174 se negó
a pelear directamente contra su padre, le pidió perdón y le juró
lealtad. En 1188 volvería a enfrentarse a él para que no repartiera su
herencia entre él y su hermano menor Juan, saliendo victorioso esta vez.
Disputas por Aquitania
La
fracasada rebelión hizo que Ricardo se centrara en el control de sus
dominios franceses (en los ducados de Aquitania y Poitiers), donde los
nobles locales se le oponían constantemente. Em 1179, demostrando su
gran habilidad para la batalla, tomó la impenetrable fortaleza de
Taillebourg y sometió a sus opositores. En este periodo las alianzas con
sus hermanos o con Felipe II de Francia se forjaban y se rompían con
facilidad según los intereses de cada momento. Ricardo tendría que hacer
frente a este tipo de levantamientos durante toda su vida y se le
conoció por la crueldad que mostraba con los vencidos.
Un rey inglés fuera de Inglaterra
Si
hay un dato que realmente llame la atención sobre Ricardo I es que, en
todo su reinado, prácticamente no pisó el suelo de las islas británicas.
Los territorios que poseía en el norte de Francia y su gran afición por
la batalla, que le hizo embarcarse en campañas de guerra de manera casi
constante, provocaron que solo estuviera en Inglaterra durante algo
menos de seis meses durante los diez años en los que fue rey. Su
ausencia hizo que se difundiera la imagen de que era un rey deseado por su pueblo y asediado por sus enemigos.
Tuvo dos coronaciones
El
periodo de seis meses que Ricardo pasó en Inglaterra como rey se
corresponde precisamente a sus dos coronaciones. La primera tuvo lugar
en 1189, tras la muerte de su padre Enrique II y por la cual ascendió al
trono según derecho de nacimiento. La segunda coronación tuvo lugar en
1194, cuando regresó de las Cruzadas y se encontró con que su hermano, Juan Sin Tierra, había ocupado su lugar como monarca.
Obsesionado con las Cruzadas
Corazón
de León adoraba el combate. Había sido entrenado desde niño y demostró
su valía y coraje en su juventud. El mismo año que era nombrado rey, el
sultán Saladino tomaba Jerusalén y daba comienzo así la Tercera Cruzada
(1189-1192), que sería encabezada por el propio Ricardo I junto al rey
Felipe II de Francia y al emperador alemán Federico I Barbarroja.
Durante este periodo, se desentendió del gobierno de Inglaterra y
abandonó sus pretensiones en el continente europeo. Tras la muerte de
Federico I y la retirada del rey francés, Ricardo llegó a un acuerdo con
Saladino por el que se le concedía la posesión del Acre y se
garantizaba el libre acceso a los cristianos a Jerusalén.
La campaña de Sicilia y Chipre
En
su camino hacia Palestina para emprender la Tercera Cruzada, Ricardo
vivió intensos enfrentamientos en Sicilia y Chipre. En 1190, ocupó la
isla de Sicilia para hacer frente a Tancredo, primo del fallecido rey
que había subido al trono y había encerrado a Juana de Inglaterra,
hermana de Ricardo. En abril de 1191 conquistó Chipre y la convirtió en
una base militar para las Cruzadas que no se encontraba en riesgo de ser
atacada por los turcos. Ambas campañas trajeron grandes éxitos para
Ricardo.
Sus relaciones con Francia y Alemania
Ricardo
I vivió en un momento convulso de la Europa medieval, en la que cada
noble y rey realizaba un constante intento de extender sus dominios. Los
dos grandes líderes del momento eran el rey de Francia y el emperador
de Alemania, con los que solo estuvo en paz en momentos muy escasos y
principalmente por la alianza que crearon durante la Tercera Cruzada
(y ni eso evitó que hubiera enfrentamientos). Debido a los territorios
que poseía en el norte de Francia, Felipe II fue uno de sus principales
rivales y con el que más frecuentemente estaría en guerra.
Rumores sobre su homosexualidad
Este
aspecto es uno de los más controvertidos que rodean a la figura del rey
Ricardo Corazón de León y mantiene divididos a los historiadores. John
Gilligham, entre otros muchos biógrafos del monarca, afirman que Ricardo
I mantuvo relaciones homosexuales con Felipe II durante años. El hecho
de que apenas pasara tiempo junto a su esposa Berenguela de Navarra o
que no tuvieran descendencia, sumado a cierta advertencia que
supuestamente se le hizo a Ricardo sobre la destrucción de Sodoma, son
algunos de los indicios que se utilizan para respaldar esta teoría sobre
las preferencias sexuales del mítico rey.
Prisión
Tras
el fin de la Tercera Cruzada en 1192 y el acuerdo con Saladino, Ricardo
decidió volver a Inglaterra por un tiempo. Pero su barco encalló cerca
de Aquilea, en el norte de Italia, y tuvo que tomar la ruta terrestre
por toda Centroeuropa. A pesar de ir disfrazado como un caballero templario
para que sus enemigos no le reconocieran, fue capturado por el duque
Leopoldo V de Austria muy cerca de Viena y llevado ante Enrique VI de
Alemania para ser encerrado en el castillo de Dürstein. Enrique VI
exigió un rescate de 100.000 marcos, unas cinco veces el ingreso anual
de la corona inglesa, un precio que ni sus hermanos ni el papa Celestino
III tenían intención de pagar. Finalmente, fue Leonor de Aquitania
quien consiguió reunir el dinero y consiguió que Ricardo fuera puesto en
libertad el 4 de febrero de 1194.
Juan Sin Tierra
Con
este nombre se conoce al hermano pequeño de Ricardo I, el cual le
arrebató el trono durante su ausencia y ejerció como rey hasta que
volvió de las Cruzadas. No se opuso a su regreso y acabó por pedirle
perdón y convertirse en el heredero de Ricardo, que subiría al trono
legítimamente en 1199. El nombre de Juan Sin Tierra
le fue dado porque no se esperaba que llegase a gobernar nunca o, según
otra teoría, porque durante su reinado tuvo que enfrentarse tanto a los
franceses como a sus propios barones. La historia, en parte gracias a
las leyendas de Robin Hood, ha transmitido una imagen de Juan como un
mal rey, inepto, avaro y malvado. Todo lo contrario del recuerdo que se
tiene de Ricardo I.
El león asesinado por la hormiga
A
su regreso de las Cruzadas, Ricardo Corazón de León se encontró con que
Felipe II estaba intentando hacerse con sus territorios en Francia.
Esto hizo que desembocara una nueva guerra entre ambos monarcas que
supondría el final del legendario líder inglés. Tras numerosas victorias
y la exitosa toma del mal defendido castillo de Châlus-Chabrol, Ricardo
inspeccionaba las murallas sin armadura cuando un virote de ballesta le
hirió en el hombro izquierdo muy cerca del cuello. La herida no fue
curada adecuadamente ni el virote bien extraído, lo que provocó la
muerte del rey por la gangrena provocada. El ballestero resultó ser un
niño que intentaba vengar a su padre y sus hermanos y la caída del rey
inglés fue conocida en las crónicas de la época como “el león que fue asesinado por la hormiga”.
Dos tumbas
Siguiendo
sus deseos, el cuerpo de Ricardo I fue enterrado a los pies de su padre
en la Abadía de Fontevrault. Por el contrario, su corazón fue llevado a
Rouen, Normandía, donde descansa en otra tumba completa. Todas sus
posesiones pasaron a su hermano Juan, al no tener descendencia legítima
que pudiese heredarla.
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