Con motivo del 78 aniversario del desembarco de Normandía, repasamos la vida de Joan Pujol García, el espía español que engañó a los nazis y fue clave en el éxito de la operación 'Overlord'.
Este año se cumplen 78 años de la movilización militar más grande de la historia. Un despliegue masivo de barcos acorazados, aviones, tanques, infantería y todo tipo de transportes y armamentos militares con un solo objetivo: alcanzar Europa para derrotar al ejército nazi, que hasta ese momento se había hecho con el poder de una inmensa parte del continente.
La única forma que tenían los aliados de poder causar daño a la máquina militar alemana era la de cruzar el Canal de la Mancha e iniciar así una invasión que liberase todos los territorios ocupados por los nazis, una tarea harto difícil debido a que la ingeniería militar, el armamento y las defensas alemanas habían hecho de Europa un bastión casi inexpugnable de búnkeres, nidos de ametralladora, baterías, cañones, tanques... Acercarse a las costas francesas era un suicidio y los mandatarios aliados lo sabían. Sólo había una forma de conseguir reducir las bajas y poder desembarcar en el continente y era engañar a los alemanes y preparar meticulosamente la ofensiva. Es aquí donde entra un protagonista que casi siempre ha pasado desapercibido en la historia: Joan Pujol.
Un espía de película
A veces la realidad supera a la ficción, y este es uno de esos momentos de la historia que, de aparecer en una película, creeríamos que no es real... ¿es posible que alguien pudiera recibir una condecoración del servicio de inteligencia nazi a la vez que era condecorado por el MI5 británico? ¿Puede ser que una sola persona crease una red de espionaje con más de 27 personas inventadas por él mismo? ¿es real que un solo individuo pudiera engañar a una de las fuerzas militares más poderosas de la historia? la respuesta es sí.
Esa persona tenía diferentes nombres dependiendo del bando que preguntara por él, Garbo para los ingleses y Arabel para los alemanes, pero su nombre real era Joan Pujol García. Nació en 1912 y sobrevivió a la Guerra Civil española, que terminó cuando tenía 27 años. Este conflicto marcó su vida y lo llevó a desarrollar un profundo desprecio hacia los movimientos totalitaristas que se habían comenzado a apropiar de las potencias europeas y que habían dejado asolado su país de origen.
Todo esto le llevó a querer convertirse en espía, un mundo complicado al que acceder sin contactos. Sin embargo, gracias a su labia e inventiva consiguió convencer a los alemanes para entrar en su servicio secreto. Tras ganarse su confianza se le encomendó la misión de convertirse en espía en tierra inglesa, pero sus planes distaban de los que los nazis tenían para él. Viajó a Portugal haciendo creer al servicio de inteligencia nazi que se encontraba en Inglaterra y comenzó a enviar informes falsos, Pujol no sabía inglés, ni había estado en Inglaterra por lo que sus reportes a veces tenían información inconexa o errónea como cuentan en un documental sobre Garbo realizado por el canal BBC 4, pero por suerte, los alemanes pasaron por alto estos errores.
El agente doble con 27 personalidades
Finalmente, en 1942, los ingleses se fijaron en el confuso trabajo que realizaba ‘’Arabel’' y vieron un gran potencial estratégico, por lo que comenzaron a colaborar con él. Bautizado como Garbo, y con la ayuda del oficial británico Thomas Harris, inventó una red de espías compuesta por más de 27 personajes ficticios creados por él, todos ellos con historias personales y vidas elaboradas para engañar a los alemanes, desde un sargento estadounidense hasta un venezolano residente en Escocia.
Lejos de ser esa su única estrategia y siendo cuidadoso para evitar ser descubierto, Pujol comenzó a dar información a los alemanes. Con el fin de no levantar sospechas, Arabel proporcionaba información veraz a la inteligencia nazi, aunque era de poca utilidad, pues se las apañaba para enviarla tarde, recayendo así la culpa en los mensajeros alemanes. El momento cumbre del trabajo doble de ‘‘Garbo’’ fue antes del gran Desembarco de Normandía.
El desembarco de Normandía
Con el fin de despistar la atención alemana y así garantizar el éxito de la operación, la red ficticia creada por Pujol se dedicó a enviar más de 500 mensajes entre enero de 1944 y el día del desembarco. Estos mensajes situaban a un ejército inexistente preparado para invadir Europa. El punto de desembarco establecido por la red de espionaje de ‘’Garbo’' se situaba lejos de Normandía.
Posteriormente y gracias a esa información, el servicio de inteligencia alemán procedió a condecorar a Pujol. Irónicamente, el MI5 hizo lo mismo. El éxito de la operación es historia y a pesar de cobrarse un precio muy alto, se pudo realizar gracias a los engaños del desconocido espía español y su red de 27 agentes fantasma. Tras esto y por miedo a ser descubierto, fingió su muerte y huyó a Venezuela, donde paso el resto de sus días en el anonimato.
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