FÚTBOL SALA | CLASIFICACIÓN AL MUNDIAL
Los chicos de Albert Canillas superan con claridad a República Checa en Albacete (7-1) para mantener su pleno de participaciones en el Mundial (10).
No es tarea sencilla saltar a pista con la presión añadida que supone conocer el resultado de tu rival. Un arma de doble filo, sobre todo, si tienes la obligación de ganar. Sin embargo, no fue así para la selección española, que salió al 40x20 del Pabellón Universitario de Albacete sabiendo que Italia había pinchado en su visita a Eslovenia (4-2). Eso dejaba a los de Albert Canillas con un escenario más asequible ante la República Checa en el penúltimo partido de la Ronda Élite: un empate era suficiente para sellar el billete para el Mundial de Uzbekistán 2024. Y la Roja hizo los deberes de la mejor forma posible: victoria por 7-1 con goles de Pablo Ramírez, Juan Emilio, Boyis, Antonio, Raúl Gómez, Paniagua y Tomaz.
Pese a las sensibles bajas (Adolfo y Catela) y la inexperiencia de los debutantes, el plan del seleccionador salió a la perfección. Se trataba de ser resolutivos, con contundencia en las dos áreas. Y se consiguió. Tras un intercambio de golpes en el que los dos porteros fueron providenciales, España se adelantó en el ecuador del primer tiempo. Pablo Ramírez apareció en el perfil derecho y aprovechó que estaba a banda cambiada para fusilar con su zurda. Quinto gol para el pívot del Jimbee Cartagena en esta Ronda Élite, cuya aportación ha sido fundamental.
Poco después, Cortés estuvo a punto de debutar con la elástica de España a lo grande, pero su tentativa la rechazó la madera. Pero Juan Emilio, otro que sumaba su primer partido con la Absoluta, se exhibió en el 15′: media vuelta y para adentro. Entretanto, los checos plantaban cara dignamente y generaban peligro con portero-jugador. Con superioridad numérica en campo contrario tuvieron grandes ocasiones, pero Jesús Herrero sacó manos de todos los colores. Inconmensurable. La renta española pudo ser mayor al descanso, pero el misil de Chino dejó temblando el travesaño.
Esa acción quedó en mera anécdota, porque todo lo que se escapó en el primer tiempo sí entró en el segundo. Chequia se la jugó con portero-jugador y lo pagó caro. Y es que los cinco goles que sumó España en los segundos 20 minutos llegaron en rápidas contras o desde campo propio, a puerta vacía. Lo que sí tiene historia es lo que consiguió España al asegurarse su décima presencia en un Mundial, pleno absoluto (junto a Brasil y Argentina) desde que esta competición viera la luz allá por 1989. Con el objetivo cumplido, toca pensar ya en Uzbekistán, en la tercera estrella. La gloria.
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