miércoles, 9 de junio de 2021

La nueve: los españoles que liberaron parís

 

Ayer cómo os comente hablaremos de LA NUEVE para que tengas una idea de quien eran y que hicieron para liberar París de los nazis aqui he encontrado varios articulos donde lo detalla muy bien y de regalo os voy añadir un vídeo un poco largo pero que detalla muy bien todo sobre ellos espero que os parezca entretenido. Mañana sera la última entrada donde hablaremos del aniversario ya son más de 75 años con una entrevista.



 

El 24 de agosto de 1944 una unidad de vanguardia formada en su mayoría por republicanos españoles exiliados entraba en el centro de París para liberarla de la ocupación nazi. Repasamos este hito de la II Guerra Mundial con acento español.

 

La noche del 24 de agosto de 1944, después de cinco años de guerra y dos de ocupación nazi, las tropas aliadas entraban en París para liberarla. Al frente, una unidad de vanguardia para ocupar el centro de la ciudad y abrir paso al resto de unidades francesas y estadounidenses: La Nueve, formada en su mayoría por republicanos españoles exiliados. Obligados a abandonar España durante y después de la Guerra Civil, y tras el paso de muchos de ellos por campos de concentración, se habían unido al Ejército francés para combatir al nazismo y luchar por aquello que había perdido su propio país: la libertad.

Un hito de la II Guerra Mundial en el que los españoles fueron protagonistas, pese a que la Historia muchas veces les haya ignorado. Hombres “orgullosos y temerarios” (en palabras del capitán Dronne) cuyo papel en la historia de España y de Europa merece ser recordado con orgullo.

 

Del exilio al Ejército francés

Durante y después de la Guerra Civil española, muchos jóvenes soldados que defendieron la II República se exiliaron en Francia y terminaron integrándose en unidades militares. La Legión Extranjera francesa fue el destino principal de estos exiliados, la mayoría de los cuales procedía de los campos de concentración de Saint-Ciprien o Argelés.

Con el estallido de la II Guerra Mundial, el 1 de septiembre de 1939, y la entrada de Francia en guerra con Alemania, la 13ª Semibrigada de la Legión Extranjera (13ª DB), compuesta en su mitad por republicanos españoles, fue enviada a Noruega para apoyar al gobierno contra los nazis. Aunque el alto mando francés decidió retirarse de Noruega para reforzar el interior de Francia, la 13ª DB ganó la batalla de Narvik, si bien concluyó con 119 muertos, 29 de ellos españoles. Una primera derrota nazi infringida por republicanos españoles.

Mientras, Hitler entraba en París y, tras el Armisticio con Alemania del 22 de junio de 1940, Francia quedaba dividida en dos: la ocupada por los nazis y la gobernada por el mariscal Petain desde Vichy. Pero surgió una tercera Francia: la Francia Libre, a raíz del comunicado de Charles de Gaulle en la BBC el 18 de junio de 1940.

 

En defensa de la Francia Libre

Tras el discurso de De Gaulle, los soldados de la 13ª DB, en su mayoría españoles, se unieron a la Francia Libre. También empezaron a sumarse partisanos, otras unidades militares francesas, y guerrilleros del sur francés, entre ellos republicanos españoles. La 13ª DB se integró en la 1ª División de Infantería de la Francia Libre, cuyas primeras operaciones se llevaron a cabo en África. Esta división, integrada en la 1ª División Ligera y en el VIII Ejército Inglés al mando del general Montgomery, batalló por Eritrea, Palestina, Siria y Libia, hasta derrotar a los alemanes e italianos en la batalla de El Alamein.

Por su parte, en agosto de 1940, el comandante Philipe Leclerc, con su unidad La Force L (más conocida como La Fuerza Leclerc), llegaba a Camerún y Gabón para defender la causa de la Francia Libre, integrando el Regimiento de Marcha del Chad, germen de La Nueve en la II División Blindada, repleta de republicanos españoles. La Fuerza L de Leclerc ascendió desde Camerún, Gabón, Chad y Libia para participar en el asalto a Túnez junto a la 13ª DB. Momento en el que antiguos soldados españoles, que no se veían desde 1939 o desde la batalla del Ebro, se reencontraron. A las dos unidades también se sumaron los comandos del Corp Franc d’Afrique, con unos 3.000 soldados, de los que la mitad eran españoles.

 

Los republicanos españoles y «La Nueve»

Después de la caída de Túnez, las tropas aliadas se reorganizan. Los españoles de la 13ª DB fueron integrados en el Ejército norteamericano al mando del general Mark Wayne Clark, con la misión de asaltar Europa desde Sicilia. Los españoles enrolados en el Cuerpo Franco de África se sumaron a los del Regimiento de Marcha del Chad y se integraron en la II División Blindada de Leclerc, con el objetivo de asaltar Europa desde Normandía.

De esta forma, los españoles de la 13ª DB entraron en Sicilia, ascendiendo hasta Roma, si bien tras la rendición de la capital italiana, fueron enviados a asaltar Francia desde el sur.

La división comandada por Leclerc, por su parte, se trasladó de Marruecos a Gran Bretaña. Dentro la II División Blindada se integraba la 9ª Compañía, al mando del capitán francés Raymond Dronne y más conocida como “La Nueve” o “La Novena”, formada en su mayoría por 150 republicanos españoles. Desde Gales, desembarcaron en las playas de Normandía (Utah Beach), que habían sido tomadas por los aliados el 6 de junio de 1944, dos días después de Roma. Los españoles de La Nueve pusieron pie en Normandía a principios de agosto, para reforzar el avance hacia París. La División Leclerc, incluida La Nueve, se encuadró dentro del III Ejército estadounidense, liderado por el general George Patton.

Los primeros enfrentamientos bélicos de los españoles con la Werchmacht, el ejército nazi, se produjeron en Rennes, Le Mans, Château-Gontier y Alençon. En la batalla de Eccouché algunos de los españoles perdieron la vida, aunque lograron capturar a 129 prisioneros alemanes.

La toma de París

 

El 20 de agosto de 1944 la ciudad de París se sublevó contra los alemanes. Charles de Gaulle insistió ante el mando supremo aliado para que las tropas de la Francia Libre liberaran la capital francesa antes de que la Werchmacht la bombardeara. Finalmente, De Gaulle convenció a los generales Gerow y Eisenhower.

La II División Blindada francesa (la División Leclerc) y la IV División de Infantería norteamericana pusieron rumbo hacia París, enviando previamente una unidad de vanguardia para que abriera el camino: La Nueve.

Una operación de penetración en la capital que tuvo el apoyo de otras unidades militares y civiles en otras partes del país, entre las que también había españoles. Los tenientes coroneles españoles del maquis combatían a los nazis en el sur de Francia, cerrando la llegada de los refuerzos entre otras, en la batalla de La Madeleine (Gard). Por su parte, los españoles de la 13ª DB tomaron toda Provenza y emprendieron camino a Lyon.

 

La tarde del 24 de agosto de 1944144 soldados republicanos españoles de La Nueve, con uniformes y armamento norteamericano y a bordo de Half-Track y Sherman, rompieron la línea defensiva de la Wechmacht y penetraron en París por la Puerta de Italia. Portando blindados con nombres como Los Cosacos, Madrid, Los Pingüinos, Teruel, El Ebro, Guernica, Resistencia, Santander, Guadalajara, Don Quijote, entre otros, fueron la primera unidad aliada en entrar a París. A las 21:22 horas, La Novena irrumpió en el centro de París hasta llegar al Ayuntamiento, donde el semioruga español Ebro efectuó los primeros disparos a los alemanes. La liberación de París había comenzado.

Al amanecer, el grueso de la II División Blindada del general Leclerc entró por la Puerta de Orleans, y la 4ª División Norteamericana entraba por la Puerta de Italia. Libération, el periódico de la resistencia parisina, lo anunciaba con una foto del primer soldado aliado que había entrado en París, el teniente Amado Granell.

Durante las horas de combates que precedieron a la capitulación final de las tropas nazis, los españoles asaltaron la Cámara de los Diputados, el Hôtel Majestic y tomaron la Plaza de la Concordia. A las 15:30 horas del 25 de agosto, las tropas alemanas se rindieron, y fueron los republicanos españoles quienes recibieron como prisionero al general Dietrich von Choltilz, mientras seguían entrando a París otras tropas francesas y estadounidenses.

Al día siguiente, se celebró el desfile de la victoria por los Campos Elíseos, desde el Arco del Triunfo hasta la Catedral de Notre Dame. Amado Granell fue el encargado de abrir el desfile. Mientras el honor de escoltar a Charles de Gaulle y a los dirigentes franceses correspondió a los soldados de La Nueve, que desfilaron portando brazaletes con la bandera de la II República Española.

 

Después de la liberación de París

Tras la toma de París, La Nueve abandonó la ciudad el 8 de septiembre. Participaron en varias campañas por el norte de Francia y Alemania. En la toma de Estrasburgo, los republicanos españoles de La Nueve y de la 13ª DB volvieron a encontrarse. La Nueve alcanzó incluso las cumbres de los Alpes Bávaros, Bertchtesgaden, donde tomaron el Nido del Águila (Kehlsteinhaus), el refugio final de Adolf Hitler en Bertchtesgaden, el 5 de mayo de 1945, que puso fin a la historia de esta unidad.

Después del fin de la II Guerra Mundial, 35 habían sido los republicanos españoles de La Nueve caídos en combate, y 97 los heridos. Algunos de ellos, acabada la guerra, decidieron seguir en el Ejército Francés, aunque la mayoría se reincorporó a la vida civil francesa. Aunque De Gaulle los homenajeó, no recibieron la ayuda esperada para derrocar al régimen de Franco en España. Todos se tuvieron que quedar en Francia, sin volver a su patria.

 

 Miguel Campos Delgado "el Canario"

 

Miguel Campos "el Canario", su única foto conocida.

En la entrada anterior estuve contando algunos entresijos y anécdotas de la famosa 9ª compañía de Leclerc, los españoles que liberaron París y acabaron en el nido del águila de Hitler. Hoy me dedico a uno de ellos en especial, tan famoso como desconocido, del que se han hecho novelas gráficas excelentes, como es “Los surcos del azar” de Paco Roca, o se han escrito pequeñas biografías no muy acertadas y con muchas suposiciones, y del que casualidades de la vida, no conocemos ni su verdadero nombre, pues sabido es, que la mayoría de los españoles de la nueve, se cambiaron el mismo al alistarse. Lo conocemos como Miguel Campos “el Canario”, natural de la isla de Tenerife. Pues lo que son las casualidades, ayer cuelgo el artículo y hoy encuentro información escrita por su hija en "la opinión de Tenerife". Nombre completo Miguel Campos Delgado, natural de Guimar. De antes de la guerra civil solo sabemos que militaba en las juventudes libertarias de la isla y que poco después de empezar esta, su padre y un tío suyo fueron encarcelados en el penal del Hacho, en Ceuta. De todos los rumores que corren sobre su participación en la columna Durruti, no he podido encontrar una sola referencia. Lo que si sabemos, gracias al anarquista extremeño Olegario Pachón, encargado de la 104 Brigada Mixta, que en 1938 fue llevada a Cataluña e integrada en la 31 División con destino en Balaguer, es que en la primavera de dicho año, cuando el frente estaba estacionado en Guisona, Lérida, una noche tres soldados nacionales provenientes de la 54ª División cambian de bando, uno de ellos con fusil incluido. Este desertor no es otro que Miguel Campos, a quien Pachón nombra en su libro como “el Canario”. ¿Por que se acuerda de él?, porqué un mes después, los otros dos soldados (Campos se los encontró en tierra de nadie, pues él marchó por su cuenta) se volvieron a las filas fascistas, y antes de que “el Canario” supiera nada, estaba detenido, acusado de espionaje y con un pelotón de fusilamiento como futuro cercano. Por suerte, los interrogatorios de la noche de su paso a filas republicanas los hizo Olegario Pachón y allí declaró que los otros dos venían por un lado y él por otro. Pachón intercedió por Campos y todo quedó aclarado. Además, recuerda Pachón, dada la iniciativa y las dotes de mando que demostraba “el Canario” fue destinado a una de las escuelas de guerra, acabando la contienda como comisario de batallón.

 

Olegario Pachón "el Extremeño", encargado de la 104 Brigada.

  La siguiente noticia que tenemos suya, es que fue una de las miles de personas que estaba atrapada en esa inmensa ratonera que fue Alicante al finalizar la guerra civil, con la afortunada excepción de que consiguió una plaza en el Stanbrook, el último navío que partió de dicho puerto, lo que a buen seguro le ahorró un montón de sufrimientos y escenas dantescas. En el mismo buque navegaban futuros compañeros suyos como Amado Granell, Jesús Abenza o Federico Moreno.
  Su siguiente destino fue el campo de concentración de Djelfa, en Argelia, de infausto recuerdo para los republicanos españoles. Tras su liberación, muchos prisioneros, sobre todo militantes de la CNT, fueron enrolados en la Legión Extranjera, entre ellos, además de Campos, encontramos de nuevo a Moreno o a Manuel Lozano. Fueron enviados al Camerún donde desertaron y decidieron alistarse en los Cuerpos Francos de África de Leclerc. Se distinguió en la campaña de Túnez, no solo militarmente, sino que destacó por conseguir que montones de compatriotas que luchaban bajo la bandera de la Francia colaboracionista de Petain, desertaran y se pasaran a las unidades de la Francia libre de Leclerc y De Gaulle. Campos consiguió camelarse a los americanos, que primero le cedieron un jeep, luego fue consiguiendo uniformes y acabó incluso con una flotilla de camiones para transportar a los españoles de la Legión Extranjera hacia las tropas de Leclerc a cambio de la promesa de formación de unidades combatientes dispuestas a pasar a España a combatir el régimen en caso de que los aliados lo necesitaran.   

 

 

El Stanbrook, último barco que salió del puerto de Alicante.

  Creada la 2ª División Blindada y armada por los americanos en Marruecos, dan el salto a Europa, donde acaban desembarcando en la playa normanda de “Omaha”. Campos vuelve a destacar por sus arriesgadas misiones tras las líneas enemigas, siendo ascendido a jefe de la 3ª sección y es condecorado con medallas y citaciones en las que se le califica como “jefe de sección con extraordinarias cualidades para el combate”. Entre algunas de sus gestas, la infiltración el 14 de agosto del 44 tras las líneas enemigas para volver con 129 alemanes presos, 8 americanos liberados, 13 automóviles y un remolque. En Alsacia consiguió la cruz de guerra con palma el 16 de septiembre en Chatel por su contribución en los combates.


La nueve durante su estancia en Inglaterra, primavera de 1944.

  Cuando la 9ª llega a París el 24 de agosto, una vez liberada la ciudad, una de las primeras cosas que hace es reunirse con el comité de la CNT en la ciudad. Allí, entre otros conocerá a Laureano Cerrada, antes, en los combates, ya había estado con guerrilleros como Manuel Huet, Joaquín Blesa u Olegario Pachón, a quien se abrazo nada más reconocerlo mientras gritaba a Martín Bernal, que aquel era el hombre del que tanto le había hablado, el que le salvo del fusilamiento. De estas reuniones, aparte de preguntar por la posible incorporación de miembros de la nueve a unidades guerrilleras, lo cual se desaconsejó por el fuerte control comunista sobre la mayoría de ellas, sale la idea de la recogida de armas, para la que Campos, con la ayuda del capitán Dronne, incorporará un semioruga adicional, conseguido por este último, para que vaya en retaguardia de la 3ª sección. El halftrack bautizado Kanguro, y con tripulación de resistentes anarquistas estuvo 8 semanas a la búsqueda y captura de armamento ligero que iba siendo dirigido hacia la CNT parisina. Durante estas semanas llegaron incluso a entrar en combate en la famosa batalla de las Ardenas. Finalmente, tras ir dando permisos a los 6 resistentes infiltrados para que fueran volviendo a París, se deshará del Kanguro con un par de cañonazos y poco tiempo después, a mediados de diciembre, en acción de guerra, el que desapareció fue el propio Campos. 


Manuel Huet "el Murciano", tripulante del Kanguro y
                       resistente en París. 

  Para saber lo que pasó con “el Canario” a partir de ahí, pues un@s lo dieron por muerto, otr@s por incorporado a las partidas guerrilleras con destino España, hubo quién dice que se fue a África o Paco Roca que en su novela gráfica le da un tranquilo y hermoso final, tenemos que seguir los escritos de Pons i Prades. Campos tenía una obsesión, la de acabar con el dictador Franco, que compartía con el ala dura conspirativa de la CNT en el exilio. Sabemos de reuniones parisinas en 1945 sobre el tema en las que entre otros estaban Laureano Cerrada, Olegario Pachón, Manolo Huet, Joaquín Blesa, Manuel Soto o Juan Zafón. “El Canario” tenía una idea de cómo hacerlo, pues al principio de la guerra civil, tuvo familiares encerrados en el penal de Ceuta que le habían comentado que allí también había marroquíes encarcelados por intentar sublevar a parte de las kabilas contra los franquistas para evitar que su gente fuera utilizada como carne de cañón y de cómo algunos tenían algún contacto con integrantes de la guardia mora. Era cuestión de encontrar alguno de ellos que pudiera tener familiares represaliados o a quien se pudiera comprar y que tuviera contacto cercano con el dictador. Campos también se reunió, por medio de Manuel Huet con Robert Terres “el Padre” integrante de los servicios secretos franceses y colaborador de la red Ponzán pues este estaba buscando a colaboradores de los nazis y aprovechando que “el Canario” se volvía a sus islas, le encargó que echara un ojo en las mismas.


Robert Terres "el Padre", del servicio de espionaje francés.

  Un año más tarde los conspiradores contra Franco volvieron a quedar en París, llegaron todos menos Campos. Pachón y Soto fueron a las Canarias a buscarlo, pero ya había dado el salto. Se entrevistaron con su familia, pero les comentaron que hacía meses que no lo veían, pero que habían recibido dos cartas suyas, una desde Casablanca y la segunda desde Tanger y que todo iba “viento en popa”. También supieron después, que Campos se había reunido en Marruecos con el antiguo guerrillero en Francia Manuel Gutiérrez “Pierre de Castro”, quien tiempo después desaparecería, más que posiblemente a manos de agentes de Mohammed V. Por desgracia, estas son las últimas noticias que se tuvieron del “Canario”, lo que hace suponer un final similar al de “Pierre de castro”.
  Como colofón de este artículo, una frase de nuestro protagonista, que muy a pesar nuestro y suyo, no llego a hacerse realidad: Franco debe morir a manos de los hijos de los que asesinó cuando la guerra del Rift o en nuestra guerra…

Fuentes: La nueve (Evelyn Mesquida), Recuerdos y consideraciones de los tiempos heroicos (Olegario pachón), Los senderos de la libertad (Pons i Prades), Republicanos españoles en la 2ª guerra mundial (Pons i Prades), Los surcos del azar (Paco Roca) y archivo personal de Pons i Prades en el ANC de Sant Cugat.

P.D... y curiosidad, buceando en el archivo de Pons i Prades me encuentro con esta foto y la correspondencia entre el antiguo guerrillero e historiador y un periodista canario del que no consigo recordar el nombre. Comentaban la foto de Victoria kent en París con "la nueve" y mencionaban entre interrogaciones y afirmaciones, que el hombre sentado a la izquierda de Victoria, vestida con vestido claro, es Miguel Campos. También aparecería el otro canario, José Padrón, que de los cuatro de la segunda fila, es el situado más a la derecha. Yo como fisonomista soy pésimo, pero ahí dejo la duda...

 

 

Robert Terres "el Padre", del servicio de espionaje francés.

  Un año más tarde los conspiradores contra Franco volvieron a quedar en París, llegaron todos menos Campos. Pachón y Soto fueron a las Canarias a buscarlo, pero ya había dado el salto. Se entrevistaron con su familia, pero les comentaron que hacía meses que no lo veían, pero que habían recibido dos cartas suyas, una desde Casablanca y la segunda desde Tanger y que todo iba “viento en popa”. También supieron después, que Campos se había reunido en Marruecos con el antiguo guerrillero en Francia Manuel Gutiérrez “Pierre de Castro”, quien tiempo después desaparecería, más que posiblemente a manos de agentes de Mohammed V. Por desgracia, estas son las últimas noticias que se tuvieron del “Canario”, lo que hace suponer un final similar al de “Pierre de castro”.
  Como colofón de este artículo, una frase de nuestro protagonista, que muy a pesar nuestro y suyo, no llego a hacerse realidad: Franco debe morir a manos de los hijos de los que asesinó cuando la guerra del Rift o en nuestra guerra…

Fuentes: La nueve (Evelyn Mesquida), Recuerdos y consideraciones de los tiempos heroicos (Olegario pachón), Los senderos de la libertad (Pons i Prades), Republicanos españoles en la 2ª guerra mundial (Pons i Prades), Los surcos del azar (Paco Roca) y archivo personal de Pons i Prades en el ANC de Sant Cugat.

P.D... y curiosidad, buceando en el archivo de Pons i Prades me encuentro con esta foto y la correspondencia entre el antiguo guerrillero e historiador y un periodista canario del que no consigo recordar el nombre. Comentaban la foto de Victoria kent en París con "la nueve" y mencionaban entre interrogaciones y afirmaciones, que el hombre sentado a la izquierda de Victoria, vestida con vestido claro, es Miguel Campos. También aparecería el otro canario, José Padrón, que de los cuatro de la segunda fila, es el situado más a la derecha. Yo como fisonomista soy pésimo, pero ahí dejo la duda...




 

            La Nueve Los olvidados de la victoria-by Especiales



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   Pirata Oscar

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