La rider de Sabadell brilla en la final de snowboard halfpipe y en sus quintos Juegos muerde metal, el quinto de la historia para España. Oro para la norteamericana Kim.
La noche es el territorio preferido de la soledad y de los seres especiales. Por eso, mientras España dormía, la maga de Sabadell sacó sus mejores trucos para dar una alegría histórica en Pekín. Queralt Castellet participaba en sus quintos Juegos Olímpicos y a sus 32 años el deporte por el que tanto ha luchado y trabajado, el snowboard halfpipe, le pagaba todos sus esfuerzos. Medalla de plata para la subcampeona mundial en Kreischberg (Austria) 2015 y bronce en Aspen 2021, además de triple medallista de los X Games en Superpipe (plata en 2019, oro en 2020 y plata en 2022) y con 17 podios en Copa del Mundo.
Pese a estar en China sin entrenador ni fisioterapeuta "debido a la COVID y a motivos personales", Queralt salía a la primera ronda de la final, en el pipe del Parque de Nieve Genting de Zhangjiakou (220 metros de longitud, 22 metros de ancho de pared a pared, una altura interior de las paredes de 7,2 metros y una inclinación de halfpipe de 18º) en la novena plaza con la estrategia muy clara en la cabeza: clavar una de las mangas daba el regalo soñado. Esta especialidad permite arriesgar y fallar una vez o incluso dos. "A nivel técnico y mental estoy en mi mejor momento", avisaba la abandera de la delegación del COE, junto a Ander Mirambell, en la previa.
Snowboard - Women's Snowboard Halfpipe Final Run 3Queralt Castellet. MIKE BLAKE (REUTERS)
Ejercicio correcto, pero sin tomar excesivos riesgos por el que recibió una puntuación de 69.25. Séptima posición provisional para la española en una general que lideraba "la bomba de energía", la estadounidense Chloe Kim. La niña prodigio (ahora tiene 21 años) que ha sufrido por la fama, la presión y los ataques racistas (sus padres son emigrantes surcoreanos) que le hicieron tirar la medalla de oro de Pyeongchang 2018 "al cubo de la basura" y replantearse seguir practicando su deporte bordó su manga y recibió un 94, tras incluir un frontside 10 y un cab 10, que casi le aseguraba la medalla de oro. Dos 1.080s unidos al alcance de pocas competidoras.
En el segundo turno, Queralt tiró de chistera. Vuelos con mayor amplitud, trucos mucho más complicados incluyendo dos 900s, alturas supersónicas... y un espectacular 90.25 para ascender al segundo puesto y ver la medalla muy cerca. Tras ser 26ª en su debut en Turín 2006, perderse la final de Vancouver 2010 al sufrir un golpe en la cabeza con el borde de la pista en un calentamiento dos horas antes (había clasificado tercera), ser undécima en Sochi 2014 y lograr el diploma olímpico en Pyeongchang 2018 al acabar séptima, la más veterana de las 12 finalistas veía que su sueño llegaba. El recuerdo a Ben Jolly, su entrenador y pareja durante siete años, fallecido en 2015 al no poder superar dos tumores cerebrales volaba emocionante en el ambiente. "Él mejoró mis movimientos, me hizo crecer en el ránking y me consoló cuando, pese que siempre estuve cerca, nunca hasta ahora pude obtener el premio de una medalla olímpica", escribía Queralt en una carta pública tras su fallecimiento.
Faltaba una última ronda para todas las contendientes. Había
que ir esperando y descartando bajadas para morder metal. Y al llegar su
turno arriesgar con todo para intentar el asalto definitivo a la
historia y equipararse a lo conseguido por Paquito Fernández Ochoa en Sapporo 1972.
La china Liu volvió a errar, la alemana Ettel y la canadiense Dhondt no
llegaron ni a 70... Faltaban seis grandes amenazas: la canadiense
Hosking, la suiza Wicki, las japonesas Tomita (Ruki y Sena) y Ono, y la
china Cai. La última ronda de Queralt también fue muy buena,
pero con menos puntuación que ese 90.25. La española recibía nerviosa
78.25 y sólo faltaban dos rivales para impedir el gran objetivo: la
china Cai y la japonesa Ono. El bronce fue para la nipona Sena Tomita.
Ninguna pudo y Queralt se convertía en la quinta medallista de España en la historia, segunda mujer 30 años después, tras los hermanos Fernández Ochoa, Paco (oro en el eslalon de Sapporo 1972) y Blanca (bronce en el eslalon de Albertville 1992), Regino Hernández (bronce en snowboard cross) y Javi Fernández (bronce en patinaje artístico), ambos en Pyeongchan 2018. Impresionante. Un diez para Queralt que ya es historia de nuestro deporte logrando la primera plata en Juegos de Invierno. Medalla más que merecida tras pelear contra todo. “Queralt no podía salir de aquí de otra manera: victoriosa y demostrando al mundo que España es fuerte en deportes de invierno y que el snowboard vuelve a hacer historia poniéndonos de nuevo en el medallero. Los deportes de invierno españoles se lo merecen”, aseguraba May Peus España, presidente de la RFEDI.
TODA LA INFORMACION LO HE
ENCONTRADO EN LA PÁGINA
OFICIAL DEL PERIÓDICO AS
Pirata Oscar
No hay comentarios:
Publicar un comentario