El bioquímico afirma que habría que personalizar las dietas, y afirma que “a partir de los 60 años, podemos añadir nueve años a nuestra esperanza de vida en términos generales”.
El científico italiano Valter Longo es una autoridad en relación al envejecimiento, es director del Instituto de Longevidad de la Universidad del Sur de California (USC). Defiende desde hace décadas las dietas basadas en verduras. Fue nombrado por la revista Time como uno de los 50 profesionales más influyentes en el cuidado de la salud en 2018.
Afirma que para aumentar los años de vida, el secreto está en las cantidades que le echamos al plato. Además de hacer ejercicio, no comer grasas ni azúcares. Y practicar el ayuno periódicamente.
El método para vivir más
El método de Longo consiste en combinar una dieta cotidiana con otra en la que se ayuna, una vez cada cuatro o cinco meses y durante cinco días. El primer día se consumirían 1.100 calorías y los siguientes, 750 calorías.
Según Longo, lo ideal es eliminar la carne roja y limitar lo más posible la blanca. Sería importante bajar el consumo de proteínas (0,8 gramos por kilo de peso hasta los 65 años y después de esa edad se puede aumentar gradualmente.
Las proteínas deben ser, preferentemente, de origen vegetal, como las legumbres; se debe reducir al máximo el azúcares y las féculas, comer pescado al menos dos veces por semana y comer mucha verdura y legumbres.
El bioquímico afirma que se puede beber una copa de vino al día, dos o tres tazas de café y mucha agua. Además de hacer ejercicio moderado: basta con caminar rápido o subir escaleras diariamente.
‘Ayuno contra el cáncer’
El bioquímico italoamericano recoge en su último libro los resultados de diez ensayos clínicos sobre ayuno intermitente y oncología, además de plasmar sus conocimientos sobre la llamada dieta de la longevidad.
Según Longo, “si hacemos la dieta del ayuno intermitente, combinándola con la dieta de longevidad, sí que se podría llegar a añadir 20 años más a la esperanza de vida”. Añadió que siempre habría que personalizar las dietas, pero “si la dieta de longevidad empieza a hacerse a partir de los 20 años y hasta los 60 años, la esperanza de vida puede verse aumentada hasta en 13 años. A partir de los 60 años, podemos añadir nueve años a nuestra esperanza de vida en términos generales”.
El autor demuestra que la aplicación de protocolos controlados de ayuno es un aliado muy poderoso en la lucha contra varios tipos de tumores, y a partir de esa idea explora nuevas y posibles combinaciones con las terapias estándares.
La explicación la encontramos en el hecho de que los tumores son extremadamente complejos (ninguno es igual a otro) y están formados por celulas que no siguen un desarrollo previsible. Ahora bien, todos tienen algo en común: están hechos de celulas “confundidas y rebeldes” que comen mucho más que las sanas, sobre todo si se atacan con terapias convencionales. Según esta premisa, ayuda a prevenir.
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