Empiezo algo nuevo que espero que sea interesante para la gente que me quiera leer.
Se me ocurrió la idea de hacer un blog nuevo, donde comentar aspectos de un lugar que es parte de mi vida. Que no se quede en el olvido. Con el tiempo le he añadido información de mi población y otras ciudades cercanas.
Cine, televisión, música y actualidad también tienen cabida en este espacio.
Seguro que de aquí saldrá algo bueno, en este pequeño rincón que abierto con toda mi ilusión.
CULTURA Y ARTE 121 (Warner Bros., un siglo de sueños e historias de cine)
Seguimos con la sección de CULTURA Y ARTE esta semana el nuevo artículo es Warner Bros., un siglo de sueños e historias de cine, ya son 100 años de una de las grandes compañías de cine en e mundo y hay que recordar su historia durante estos años lo que han conseguido.
Warner Bros., un siglo de sueños e historias de cine
Imagen de la película 'El halcón
maltés' proyectada sobre uno de los edificios de los estudios Warner en
Burbank, California
La productora, una de las grandes
'majors' de Hollywood, fue fundada el 4 de abril de 1923 por los
hermanos Warner, descendientes de inmigrantes polacos judíos
Quizás quien mejor lo definió fue uno de sus actores fetiche, Humphrey Bogart, cuando en la escena final de El halcón maltés pronunció aquella mítica frase. ¿De qué estaba hecha, si no, la Warner Bros.? Del material con que se forjan los sueños.
Una historia que había empezado a principios de siglo XX, cuando el
mayor de cuatro hermanos, Harry, había adquirido un proyector para
recorrer junto a Albert y Sam, a quienes más tarde se uniría Jack, los
pueblos mineros de Pensilvania y Ohio.
Hijos de un matrimonio judío inmigrante de Polonia,
los Warner terminarían por establecerse en New Castle (Pensilvania),
donde abrirían su primera sala de cine. Ignoraban entonces que, pocos
años después, fundarían una productora cinematográfica que se
convertiría en una de las distribuidoras más importantes del mundo.
Aunque
los hermanos fundaron su propio estudio ya en 1918, no fue hasta 1923,
concretamente un 4 de abril, cuando se constituyó de manera oficial la
Warner Bros. Pioneros del cine, ellos soñaron y nos hicieron soñar a
todos. Con rostros como Bette Davis, Humphrey Bogart, James Cagney o Errol Flyn, en los años dorados del cine estadounidense su productora formó parte de las cinco grandes de Hollywood,
junto a Metro-Goldwyn-Mayer, Paramount Pictures, 20th Century Fox y RKO
Pictures, y en sus estudios se rodaron algunas de las más emblemáticas
películas clásicas como Las aventuras de Robin Hood, Casablanca, Arsénico por compasión, Un tranvía llamado deseo o Rebelde sin causa.
Los estudios de Warner Bros. en Burbank, California, en la década de 1920
Títulos a los que más tarde se añadiríanpelículas de acción como Harry el sucio, de terror como El exorcista o El resplandor, deciencia ficción como La naranja mecánica, Dune o Blade Runner, u otros filmes como Todos los hombres el presidente, Malas calles, El coloso en llamas, Gremlins o Entrevista con el vampiro. Sin olvidar las sagas y franquicias de superhéroes o universos fantásticos como El señor de los anillos o Harry Potter, entre otros muchos.
De Rin Tin Tin al cine sonoro
En sus inicios, sin embargo, fue un perro el que les otorgó notoriedad. Desde su aparición en The Man from Hell’s River en 1924, Rin Tin Tin se convirtió en la estrella de 26 películas,
y su celebridad fue tal que hoy su huella está estampada en el Paseo de
la Fama hollywoodiense. Gracias, entre otras cosas, a este singular
personaje, que había ganado celebridad entre los espectadores a finales
de 1924, poco después de su creación Warner Bros. ya se había
transformado en el estudio independiente más exitoso de Hollywood.
Warner Bros Pictures Latinoamérica
- Aniversario 100 años
Innovadora de las películas con sonido sincronizado, al incorporar música y efectos sonoros a sus obras, la productora rodó en 1927 El cantante de jazz, que incluía ya algunos diálogos hablados y no sobreimpresos. Protagonizada por el cantante Al Jolson, fue la primera película hablada de éxito comercial
y marcó el inicio del ocaso de la era muda. La noche antes del estreno,
sin embargo, uno de los cuatro hermanos, Sam —precisamente quien más
había insistido en introducir el sonido al metraje—, murió
inesperadamente, lo que trágicamente impidió que la familia asistiera al
evento.
May McAvoy y Al Jolson en 'El cantante de jazz' (1927)
Un año después, Luces de Nueva York se convirtió en la primera película completamente hablada
de la historia. Con el uso del sistema de sonido Vitaphone aquel título
refrendó el triunfo del cine sonoro sobre el mudo, mientras que la
importancia de estos dos eventos fue tal que, en 1929, todos los grandes
estudios rodaban ya con sonido.
Del musical al cine de gánsteres
El
sonido llegó a las salas y sería en los años siguientes cuando el cine
musical alcanzó sus mayores cuotas de popularidad. Fue también cuando,
de paso, la empresa adquirió la discográfica Brunswick Records —hoy
conocida como Warner Records—, sello que promocionaría a
lo largo de su historia a grupos o artistas como Coldplay, Madonna, Led
Zeppelin o Linkin Park. No obstante, y a pesar de que un musical, La calle 42,
salvó al negocio de la quiebra hacia mediados de la década de los 30,
cuando el género empezó a perder popularidad, la productora comenzó a especializarse en historias de aventuras como Robin Hood o de gánsteres y mafiosos —eran los años del hard boiled, de Chandler y Hammett— con títulos como Hampa dorada o El enemigo público.
Humphrey Bogart e Ingrid Bergman en 'Casablanca' (1942)
A ellos seguiría El halcón maltés, de John Huston.
Protagonizada por Humphrey Bogart y Mary Astor, y estrenada en 1941,
fue nominada en los Óscar a mejor película, mejor actor de reparto y
mejor guion adaptado, y es hoy considerada como uno de los grandes
filmes del séptimo arte, además de la primera película de cine negro de la historia. Bogart, que ya había rodado para la productora anteriormente El bosque petrificado, se convirtió así en uno de los rostros populares de la Warner de mediados del siglo XX.
Sin
embargo, y a pesar de su celebridad, la compañía le ofrecía siempre los
mismos papeles, físicamente exigentes, que encasillaban y aburrían al
actor. Con un promedio de una película cada dos meses entre 1936 y 1940,
algunas veces incluso solapando varios rodajes, el actor contó en una
ocasión: “Me dispararon en doce ocasiones, me electrocutaron una vez, me ahorcaron en ocho escenas y fui detenido en nueve”.
Aquello curtió al intérprete, que sería para siempre identificado como
el tipo rudo, impasible y carismático, que traspasaba la pantalla con un
estilo de vestimenta, gabardina incluida, marca de la casa.
Los actores de la Warner
Las
relaciones nunca fueron sencillas entre los actores y la Warner Bros.,
muy en particular con el pequeño de los hermanos, Jack, que desde la
muerte de su hermano Sam se había vuelto más intratable y había pasado a
ser el único jefe de producción. En 1935, James Cagney les había demandado
por incumplimiento de contrato, al asegurar que había protagonizado más
películas de las estipuladas en su acuerdo. Aunque no perdió, porque
ambos llegaron a un acuerdo, el actor poco después abandonaría la Warner
para montar su propia productora —algo que, dicho sea de paso, no salió
bien la primera vez—.
Bette Davis en 'Jezabel' (1938)
Como
Cagney, Bogart —que también dejaría los estudios para crear su propia
productora tiempo después— no fue el único en mostrar su descontento. Un
año más tarde, la principal estrella del estudio, Bette Davis, trató inútilmente de anular su contrato
con la productora. La actriz, que llevaba desde 1932 en la firma,
estaba convencida que los proyectos que le ofrecían no ayudaban a hacer
despegar su carrera. Sin embargo, Davis perdió el juicio y se vio obligada a regresar a los estudios, endeudada y sin ahorros. Premio Óscar por Jezabel,
después de aquella peripecia legal se convirtió en una de las actrices
más taquilleras de la productora y su protagonismo llegó a ser tal
dentro del estudio que comenzaron a llamarla “el quinto hermano Warner”. Cuando en 1949 filmó su última película, Más allá del bosque, y se despidió de la distribuidora definitivamente, había pasado 17 años en el negocio.
Quien sí ganó un pleito a los estudios de cine fue la actriz Olivia de Havilland. La intérprete de reparto en Lo que el viento se llevó, que ganó el Óscar por La vida íntima de Julia Norris y La heredera, demandó a la Warner por tratar de prolongar su contrato
de siete años alegando que la actriz debía a la productora los seis
meses en que había permanecido apartada por quejarse. Como represalia,
se dice que la Warner llegó a enviar hasta 150 telegramas a diferentes
productoras para boicotearla. Verdad o no, lo cierto es que la actriz estuvo tres años sin conseguir un solo papel después de aquello.
Olivia de Havilland como Melanie Hamilton en 'Lo que el viento se llevó' (1939)
De Julie Andrews a Audrey Hepburn
Cuando se produjo el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la Warner se posicionó abiertamente rodando algunas películas antinazis como La vida de Émile Zola o Confesiones de un espía nazi. A esa época también pertenece Casablanca.
Sin embargo, a mediados de 1943, los espectadores ya se habían hartado
del tema de la guerra, lo que no impidió que la productora siguiera
apostando por aquella denuncia, a pesar de las pérdidas. Mientras otros
estudios prefirieron no involucrarse mucho en el conflicto, WB fue la que más películas filmó sobre el conflicto.
James Dean en 'Rebelde sin causa'
En la década de los 50 y los 60 llegaron producciones como la tetralogía de James Dean —Al este del Edén, Rebelde sin causa o Gigante—, Centauros del desierto, ¿Qué fue de Baby Jane?, ¿Quién teme a Virginia Woolf? o Bonnie and Clyde. Que Audrey Hepburn terminara protagonizando la versión cinematográfica de My Fair Lady,
interpretada en teatro por Julie Andrews, se lo debemos, cómo no, a
Jack Warner. Para el productor, la elección de la actriz de Vacaciones en Roma y Desayuno con diamantes
se justificaba más por una cuestión económica que creativa. La apuesta,
no obstante, salió bien para ambas mujeres. Ese sería el año en el que
Andrews, sin ningún proyecto a la vista, terminaría interpretando a la
icónica Mary Poppins, papel que le consiguió el Óscar a mejor actriz y
una fama inmortal.
El director de fotografía Harry
Stradling, Sr. y la actriz Audrey Hepburn en el rodaje de 'My Fair
Lady', estrenada en 1964
Fue en aquella época cuando, en 1956, tras anunciar la venta de Warner Bros., Jack negoció en secreto para permanecer como mayor accionista. Aquello distanció por completo a los hermanos
hasta el punto de que hubo quien aseguró que vio a Harry perseguir al
pequeño de la familia con un tubo de plomo por los estudios. Cuando el
primogénito murió en 1958, Jack ni siquiera asistió al funeral. En 1966,
cansado ya de las películas, vendió la mayoría de sus participaciones
de la empresa. El último de los hermanos vivo falleció en 1978.
La época de los superhéroes
Y
si en los años 30 y 40, Bogart, Davis o Cagney habían personalizado
decenas de historias, en los 70 llegarían los acuerdos con algunos de
los actores más emblemáticos del cine de finales del siglo XX con un
elenco completamente envidiable: Paul Newman, Robert Redford, Barbra Streisand o Clint Eastwood formarían parte del nuevo cine de la compañía.
A lo largo de sus cien años de historia, Warner Bros. ha cosechado diversos éxitos de taquilla, aunque los récords hay que buscarlos en las últimas décadas. Entre sus películas con mayor recaudación, por ejemplo, destacan títulos como El señor de los anillos,Aquaman o el Joker de Joaquin Phoenix.
Daniel Radcliffe (Harry Potter) y
Ralph Fiennes (Lord Voldemort) en 'Harry Potter y las reliquias de la
muerte. Parte 2'
La lista la encabeza, sin embargo, Harry Potter y las reliquias de la muerte.
Llevadas al cine a partir del año 2001, fue a finales de 1990 cuando la
productora adquirió los derechos de las novelas de J. K. Rowling, algo a
lo que sin duda ha sabido sacar rédito.
No
son estas las únicas. La Warner ha ido acumulando en su filmografía
varias sagas y franquicias de éxito con el paso del tiempo. Desde el Batman de Tim Burton hasta el de Christopher Nolan o el Superman encarnado por el mítico Christopher Reeves, la productora ha poblado este universo de superhéroes, ciencia ficción y acción con títulos como Mad Max, Duneo la saga de atracos Ocean’s.
Michael Keaton (Batman) y Jack Nicholson (Joker) en el 'Batman' de Tim Burton (1989)
A todo ello hay que sumar dos franquicias de dibujos animados que, durante años, compitieron con el reinado de Walt Disney: los Looney Tunes, liderados por Bugs Bunny, que en 1959 recibieron su propio Óscar al mejor corto animado, y los eternos enemigos Tom y Jerry.
En
este siglo, la que era la hermana menor de las cinco grandes,
transformó la historia del cine a partir del sueño de cuatro hermanos
que, según cuentan, cambiaron un reloj y un caballo por un proyector, el
proyector por una sala y la sala por unos estudios. Hoy, resultan
inabarcables los cientos de relatos, anécdotas y recuerdos que se
derivaron de esa ilusión. De lo que no cabe duda es de que sus historias
se hicieron de aquel mismo material del que habló Bogart en una
ocasión, aquel, decía, del que se forjan los sueños. Y eso es todo,
amigos. O no.
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