Empiezo algo nuevo que espero que sea interesante para la gente que me quiera leer.
Se me ocurrió la idea de hacer un blog nuevo, donde comentar aspectos de un lugar que es parte de mi vida. Que no se quede en el olvido. Con el tiempo le he añadido información de mi población y otras ciudades cercanas.
Cine, televisión, música y actualidad también tienen cabida en este espacio.
Seguro que de aquí saldrá algo bueno, en este pequeño rincón que abierto con toda mi ilusión.
LA RAZÓN Y LA CULTURA 75 (Atapuerca: un referente de la prehistoria europea en España)
Martes y como no toca una entrada de LA RAZÓN Y LA CULTURA esta semana traigo un artículoAtapuerca: un referente de la prehistoria europea en España, de esto ya hemos hablado por mi blog en varias entradas y secciones, pero es bueno saber más cosas de este referente en España y Europa.
Una larga trayectoria de trabajos
de excavación y de descubrimientos, pero también de comunicación y de
divulgación, han convertido el lugar en un yacimiento único y
revolucionario con el que descubrir un millón y medio de años de
evolución
Hace poco más de ciento veinte años se abrió en la sierra de Atapuerca (Burgos)
una trinchera destinada a abrir paso a una línea de ferrocarril de vía
estrecha que pretendía transportar el hierro de las minas de la sierra
de la Demanda hasta la estación de Villafría. La dinamita se llevó
por delante un registro paleoarqueológico único, y algunos datos sin
duda preciosos se perdieron para siempre, pero las obras dejaron al
descubierto los niveles sedimentarios de algunas cavidades que habían sido ocupadas por los seres humanos desde hacía milenios, dejando expuesto un complejo registro que abarcaba cerca de 1,4 millones de años. Los yacimientos de la trinchera son solo algunos de los muchos que conforman el gran complejo arqueológico de la sierra de Atapuerca.
Tras más de cuarenta años de excavaciones continuadas y una sucesión
de hallazgos de enorme trascendencia para el conocimiento de nuestro
pasado –los fósiles humanos más antiguos de Europa, la mayor concentración de homininos del Pleistoceno
medio hasta ahora conocida, los primeros testimonios del canibalismo
prehistórico, la caza comunal, el origen del lenguaje complejo, el
cráneo fósil más completo que se ha descubierto de la prehistoria y un
largo etcétera–, resulta casi imposible hablar de la prehistoria sin
mencionar Atapuerca. Aquí parece que las sorpresas nunca terminan, y
descubrimientos de la mayor relevancia nos asaltan campaña tras campaña,
obligándonos a interpretar, repensar y replantear hipótesis sobre
nuestro pasado común constantemente.
El hecho de conocer una especie humana nueva; un pariente cercano del
que no sabíamos de su existencia, un medio en el que vivía, luchaba y
sentía, es algo casi mágico. Y Atapuerca concede precisamente esto. Aunque no tiene nada de sobrenatural, sino justo lo contrario.
Comprender todo ello del modo en que lo hacemos depende directamente de
los enconados esfuerzos que realizan investigadoras e investigadores
con paciencia, dedicación y mucha pasión por el conocimiento del pasado,
como los que conforman el equipo de investigación de Atapuerca. El
descubrimiento del «Homo antecesor» en 1994, que vivió en esta sierra
burgalesa hace en torno a 800.000-900.000 años ha cambiado muchas de
nuestras percepciones sobre la prehistoria europea más remota, y nos
coloca en un entorno habitado por otros homininos que, como nosotros,
aprendían a vivir en las circunstancias que imponía su propio mundo.
Pero esto no es más que el comienzo. Probablemente en un futuro bastante
próximo tengamos ya muchos detalles sobre otra especie humana aún más
misteriosa –por ahora– que frecuentó esta misma región hace 1,2 millones de años y posiblemente algo más.
La primera pieza de este nuevo puzle prehistórico se desenterró en
los primeros días del mes de julio de 2022. Se trata de la cara del
homínido más antigua del continente europeo. El lugar en el que se
encontraron los fragmentos craneales es de nuevo la cueva de la Sima
del Elefante, donde en 2007 se descubrieron los fósiles humanos más
antiguos de Europa hasta el momento, pertenecientes a una especie de
«Homo» aún sin determinar y que databan de 1,2 millones de años.
Pero todo parece indicar que el excepcional hallazgo de verano de 2022
ha establecido un nuevo hito, pues se estima que los restos tienen en
torno a 1,4 millones de años de antigüedad. A pesar de que cada nuevo
descubrimiento plantee nuevos interrogantes, la realidad tiene otra
lectura: cada hallazgo arroja un renovado haz de luz que nos permite
vislumbrar el camino y el rostro de los primeros pobladores europeos.
La cara de la prehistoria
Gracias a los restos fósiles encontrados en Atapuerca ha sido posible
ponerles rostro a los humanos de la prehistoria peninsular. En el caso
del «Homo antecessor», uno de los aspectos más relevantes y que llama
poderosamente la atención es la forma bastante plana de su cara, más
similar a la nuestra y menos proyectada hacia adelante como ocurre en
otras especies. Conocemos su aspecto por uno de los hallazgos más
emblemáticos de Atapuerca, el llamado hominino 3 (H3) de la Gran Dolina,
que en origen fue apodado como el «chico de la Gran Dolina», pero que
muy probablemente se tratara de una chica. No es lo único que nos revela
el análisis de sus restos. También sabemos cuál fue el final de su
historia. Acabó siendo canibalizada posiblemente tras enfrentamientos
entre bandas que frecuentaban la zona.
El drama de la chica de la Dolina es sin duda trágico, pero a su vez
su fatal destino ha querido que, transcurridos cientos de miles de años,
sus despojos hayan terminado desempeñando un papel inesperado, que ha
encendido una llama de luz que nos abre la posibilidad de mirar al
pasado con otros ojos.
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