lunes, 10 de abril de 2023

Un Masters por Seve

 


 

Primera chaqueta verde para Jon Rahm, la sexta para España, y número uno el día en que Ballesteros habría cumplido 66 años.

 

El tiempo es caprichoso y ha querido que Jon Rahm se coronara este domingo campeón del Masters de Augusta. Un 9 de abril en el que Seve Ballesteros, su gran referente, habría cumplido 66 años. Un 9 de abril como el de 2017, en el que Sergio García se enfundó la que hasta ahora era la última chaqueta verde española. Un 9 de abril que a este paso habrá que declarar el Día Nacional del Golf, en el que se coronó el vizcaíno con un -3 en la última ronda para -12 en el acumulado.

Fue un mano a mano a 30 hoyos: los 12 que hubo que recuperar de la tercera vuelta, suspendida por mal tiempo en la tarde del sábado, y los 18 del último recorrido. En una esquina, una de las grandes estrellas del PGA; en la otra Brooks Koepka, uno de los fichajes de postín del disruptor LIV, que soltó un cheque en el entorno de los 100 millones de dólares para atraerle a su parque de atracciones golfístico. La madre de todas las batallas en el contexto actual.

 

 



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A Green Jacket for Jon Rahm. #themasters

 

No era el negocio ideal, a priori, para Rahmbo, enfrente un cuádruple campeón de majors (US Open en 2017 y 2018 y PGA en 2018 y 2019). Bien es cierto que venido a menos, solo una victoria entre 2019 y la semana pasada, cuando se adjudicó el LIV de Orlando, pero un ganador nato. Uno de esos golfistas que entra en ‘modo túnel’ los domingos, un autómata que solo tiene ojos para la bola cuando hay metal (y parné) en juego, y que nunca había rendido la plaza en un grande comandando tras 54 hoyos.

Será la falta de costumbre, o la ausencia de tensión que trasluce en los torneos de su nueva casa, o el inquietante aliento de Rahm en el cogote, pero lo cierto es que Koepka se quebró. Retomó la tercera vuelta con cuatro golpes de ventaja y lo primero que hizo fue un bogey. Le caerían otros dos, que solo pudo corregir con un birdie: +1 para +13 y dos de renta. Jon, en cambio, había salido como un depredador oliendo presa, birdies seguidos en el 7 y en el 8. Habría arrancado el partido estelar en cabeza de no ser por un chip tímido que le costó el bogey en el 13 y uno largo que puso otro borrón en su tarjeta en el 16.

 

JugadorTorneo
Seve BallesterosBritish Open 1979
Seve BallesterosMasters 1980
Seve BallesterosMasters 1983
Seve BallesterosBritish Open 1984
Seve BallesterosBritish Open 1988
José María OlazábalMasters 1994
José María OlazábalMasters 1999
Sergio GarcíaMasters 2017
Jon RahmUS Open 2021
Jon RahmMasters 2023

 

Ese final de vuelta le habría costado el torneo hace no mucho, cuando no encajaba el fallo, cuando le desbordaban las emociones. Pero el tiempo, el trabajo con Joseba del Carmen, el matrimonio, la paternidad... Todo junto ha configurado un golfista maduro, tranquilo, que acepta lo que viene con la sencillez del que ya ha asumido que este es un deporte en el que nunca se tiene el control total de la situación. Eso, y la hoja de servicios que lleva por delante, 18 triunfos antes de este, tres de ellos este año, achanta ya a cualquiera. Hasta a otro impasible como Koepka, que empezó torcido el desenlace: se cruzó de salida a la calle del 9 el de Florida y no restó en el par 5 del 2.

Rahm le dio tregua hasta el 3, primer dardo. Le puso nervioso. Bogey al 4 de Koepka, empate en cabeza. Otro bogey al 6, líder en solitario. Otro birdie de Rahm en el 8, dos de ventaja. Era un partido de match play en un domingo de Masters. Un escenario idílico llegado el punto de inflexión, Amen Corner, el rincón que forman el 11, 12 y 13 de Augusta. Jon le hizo par al 11, jugó inteligente al centro del green para sacar otro par en el 12 y le hizo birdie al par 5 del 13. Ileso. Igualó ese último Koepka, que sin embargo se había enredado en el 12, dando más margen al español, que le sentenció con un golpazo desde fuera de calle en el 14 para dejarse otro birdie dado. Cuatro pares seguidos fueron sus últimos pasos camino a la gloria.

 



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Jon Rahm amplía su ventaja 
 
con un birdie magistral en el n.° 14. #themasters
 

Desde este lunes Rahm, el primer europeo campeón en Augusta y el US Open, y el primer jugador desde Sam Snead en 1952 que gana el Masters tras hacer doble bogey en el primer hoyo, volverá a figurar en el primer puesto del ranking mundial. Pero este ya histórico domingo de abril no iba ni de eso, ni de los 3,25 millones de dólares (2,9 de euros) que pasarán a engrosar su ya de por sí bien nutrida cuenta. Esto iba de una tradición y de un legado de los que un vasco de Barrika formará parte ya hasta el fin de los días. Si Seve estaba mirando desde arriba, estará orgulloso.

 

 

2023: el año de Jon Rahm, un elegido para el golf

 

 

El Masters es el cuarto triunfo de Jon Rahm en los primeros cuatro meses del que ya es el año de su confirmación como gran estrella de este deporte.

 

En el golf, como en muchas otras cosas de este mundo, normalmente nada es lo que parece. Este es un deporte plagado de historias increíbles, de éxitos y desgracias imposibles de intuir. Pero a veces, y solo a veces, lo que hay es exactamente lo que parece que hay. En Jon Rahm se intuía desde sus tiempos universitarios, cuando se convirtió en uno de los mejores jugadores de la historia del distinguido programa de golf de Arizona State, un golfista de la más absoluta élite, un gran campeón.

Los presagios se fueron confirmando año a año. Tres victorias (dos en Europa, incluyendo la final del circuito, y una en Norteamérica) en la 16/17, su primera temporada completa en el PGA; dos en la 17/18; cuatro en la 18/19; su primer major, el US Open, en la 20/21; tres en la 21/22 y ya van cuatro contando Augusta en esta 22/23. Excluyendo el Hero World Challenge de 2018, torneo no oficial, y la Ryder de ese mismo año, son 19 triunfos en seis temporadas (11 en el PGA, los mismos ya que Sergio García) y media en la élite. Y en grandes escenarios como Torrey Pines, La Quinta, Riviera... y el más especial de todos, Augusta, su confirmación como un elegido para este deporte.

Números ‘tigerianos’ que han sentado a Rahm en la mesa de los grandes golfistas contemporáneos. De hecho solo Tiger mejora su porcentaje de victorias en torneos valederos para el ranking mundial, en el entorno del 12%. Las estadísticas le sitúan regularmente como un golfista total: entre los mejores desde el tee, entre los mejores en el approach y, con más altibajos, entre los mejores pateando.

Ya ha pasado 46 semanas al frente del ranking mundial, y ha jugado en dos equipos Ryder europeos. En su estreno, en la victoria de 2018, tumbó al Tigre en un punto que resultó vital para el Viejo Continente. Repitió en 2021 convertido ya en uno de los líderes espirituales en la dura derrota en Whistling Straits, y volverá a estar en septiembre en el Marco Simone de Roma, donde será junto a McIlroy el ojito derecho del capitán, Luke Donald. Con el Masters, está a un PGA, territorio sin conquistar por ahora para el golf español, y un British Open de completar el Grand Slam, algo que solo Jack Nicklaus, Tiger Woods, Ben Hogan, Gene Sarazen, Gary Player y Bobby Jones (este en 1930, cuando no existía el Masters y en su lugar contaba el US Amateur) han conseguido.

 

Un matrimonio de película y paternidad

No han sido solo años de consolidación en lo profesional para Rahmbo. También ha terminado de edificar su vida personal. Se casó con Kelley Cahill en un matrimonio de película, una historia de amor universitaria trasladada a la realidad, en diciembre de 2019 en Bilbao. En abril de 2021 nació el primogénito de la pareja, Kepa, y en agosto de 2022 llegó el segundo, Eneko. La familia reside en Scottsdale, en la periferia de Phoenix, donde arrancó su historia y hogar del Phoenix Open, uno de los eventos del circuito más especiales para Jon, que alguna vez ha jugado el mítico hoyo 16 enfundado en una camiseta de Arizona State.

El chorreo de victorias del de Barrika le ha puesto, claro, en una situación financiera cuanto menos holgada. Ya se ha embolsado más de 45 millones de dólares (algo más de 40 de euros). Solo en premios, sin contar lo que le aportan los patrocinadores que con el paso del tiempo han ido ocupando diferentes espacios de su vestimenta, entre ellos Mercedes, Rolex o Blue Yonder. A finales de 2020 dio un volantazo a nivel de proveedores, cambiando Adidas por Travis Matthew en cuanto a vestimenta y TaylorMade por Callaway en la bolsa. Sin métricas de la influencia que ha podido tener sobre todo este último cambio, lo cierto es que desde entonces no le ha ido nada mal. Si ya asomaba como uno de los mejores golfistas del mundo, a estas alturas, abril de 2023, es simplemente el mejor.

 

 

El PGA le gana la partida al LIV

 


Brooks Koepka y Jon Rahm representaron en el Masters de Augusta la batalla existente entre el circuito saudí y el norteamericano. El español salvó el honor.

 

Unos lo ansiaban con todas sus fuerzas, otros no querían que sucediese ni en pintura. Y solo Jon Rahm evitó el gran desastre. LIV Golf, el circuito saudí que dinamitó el centenario deporte el año pasado a base de talonario, acarició el que hubiese sido el primer major para un jugador ‘fugado’ del PGA Tour. Lo tuvo en sus manos Brooks Koepka, que se deshizo en la última jornada, y ya sin tiempo, otros ‘LIVeros’ se apuntaron a la fiesta. Habría sido un golpe de efecto total en un deporte que atraviesa una guerra abierta con dos bandos definidos, pero el primer grande para el circuito neonato tendrá que esperar.

Por primera vez tras el nacimiento del tour saudí (junio del año pasado), se disputaba un Masters de Augusta enrarecido por la presencia de 18 ‘desertores’ del PGA. Entre ellos, seis poseedores de, al menos, una chaqueta verde: Sergio García (2017), Patrick Reed (2018), Bubba Watson (2012 y 2014), Charl Schwartzel (2011), Phil Mickelson (2004, 2006 y 2010) y Dustin Johnson (2020). A pesar de las fuertes tensiones que ha habido entre miembros de uno y otro bando en los meses previos, la cordialidad reinó durante toda la semana (no sin ciertos efectos colaterales). En el ambiente sobrevolaba una duda: cuál sería el nivel ofrecido por los jugadores de LIV, quienes llevan un año compitiendo en eventos de tres días, con dinero asegurado hagan lo que hagan y en un entorno mucho más de ocio que de competición.

 

Rahm y Koepka se saludan al terminar la última ronda.

Rahm y Koepka se saludan al terminar la última ronda.CHRISTIAN PETERSENAFP

 

Entre la participación ‘LIVera’ hubo luces y sombras, como en todo torneo de golf. Lo cierto es que, de los 18 que arrancaron el primer major del año (fueron 17 rápidamente tras la retirada de Kevin Na), 12 superaron el corte. Sólo Louis Ooshtuizen (retirado el segundo día), Sergio García, Bryson DeChambeau, Bubba Watson y Jason Kokrak se quedaron sin jugar el fin de semana. Sin embargo, parecía que en la batalla por la chaqueta verde sólo iban a contar con un representante, Brooks Koepka. Ante el derrumbe del de Palm Beach en la jornada final (acabó a cuatro golpes de Rahm tras arrancar el domingo con cuatro de ventaja), otras dos referencias de LIV Golf dieron el do de pecho: Phil Mickelson, que terminó empatado en segunda posición con Koepka tras una última ronda descomunal, y Patrick Reed, cuarto. De los siete primeros, tres pertenecen al circuito saudí. Una buena forma de acallar las dudas que había sobre su rendimiento.

Lo que no llegó fue el primer major para el tour de los petrodólares, cuyo mandamás, Greg Norman, había prometido una gran fiesta en caso de que sucediese. Quizás se podría poner un pequeño asterisco si se cuenta el British Open de Cameron Smith, quien lo ganó el año pasado para anunciar pocos días después su fichaje por LIV. Sea como fuere, Rahm se erigió el domingo como el salvador del PGA Tour, que a buen seguro estaba temblando ante lo que habría supuesto que un jugador del circuito rival se llevase el torneo más prestigioso del planeta. El español fue capaz de sacar de quicio a Koepka, un cyborg en lo que a grandes torneos se refiere, y salvó el honor de los suyos. “La historia del deporte es una de las grandes razones por las que juego al golf”, dijo Rahmbo en su discurso. Con su victoria, el marcador ya refleja el 1-0 para el PGA en este 2023.

 

 

Jon Rahm vuelve al número uno tras ganar el Masters



El golfista español desbanca a Scottie Scheffler en la cima de la clasificación tras conseguir la victoria en el Masters de Augusta.

 

El español Jon Rahm, brillante vencedor del Masters de Augusta, el segundo grande de su carrera profesional, recuperó el número uno de la clasificación mundial de golf al superar al estadounidense Scottie Scheffler y al norirlandés Rory McIlroy.

Rahm se enfundó la chaqueta verde de manos precisamente de Scheffler, vencedor en 2022, tras zanjar el complicado fin de semana que culminó el día en el que Severiano Ballesteros, el primer español en ganar en Augusta, hubiera cumplido 66 años.

La victoria en el 87 Masters le sitúa en la cima de la lista mundial con 10.86 puntos de media, por los 10.56 de Scheffler, décimo este domingo, y los 8.78 de McIlroy, quien no pudo pasar el corte tras la segunda jornada.

El pasado 13 de marzo Scheffler le había arrebatado al jugador español el número uno tras vencer en The Players, torneo del que el ‘León de Barrika’ se tuvo que retirar a causa de una gastroenteritis. Ahora lo recupera por todo lo alto tras lograr su segundo ‘grande’.

Rahm también lidera la clasificación de la FedExCup, la tabla del circuito americano, tras su cuarto triunfo del curso, con 2.631 puntos, con Scheffler igualmente segundo, con 1.844, y Max Homa tercero con 1,801.

El estadounidense Patrick Cantlay, que perdió sus opciones de estar en los primeros puestos en la última ronda, se mantiene cuarto (7.11) por delante del australiano Cameron Smith (5.81) y de su compatriota Xander Schauffele (5.79), que progresan un puesto y hacen retroceder a Max Homa (5.74) a la séptima plaza.

Mientras que el norteamericano Will Zalatoris (baja a última hora) y el noruego Viktor Hovland, séptimo este domingo, se mantienen octavo y noveno, respectivamente, accede al décimo puesto el estadounidense Sam Burns y baja del octavo al duodécimo Justin Thomas, que compartió partido con Rahm las dos primeras rondas y que no pudo pasar el corte.

Sergio García, el otro español participante en el Masters junto a José María Olazábal, tampoco estuvo en las dos jornadas finales y baja del puesto 161 al 166, mientras que Adri Arnaus desciende a la plaza 81, Adrián Otaegui a la 88 y Pablo Larrazábal a la 97.

 

 

 

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   Pirata Oscar 

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