BALONMANO | MUNDIAL FEMENINO
Cuando peor pintaba el partido, entre Paula Arcos y Darly Zoqby remontaron el partido que acabó por decidir el mando de Silvia Arderíus.
Este domingo, tres de diciembre lo tenían apuntado en rojo todos los integrantes del balonmano femenino español, porque derrotar a Brasil supondría dar un paso de gigante para optar a jugar en los Juegos Olímpicos. Pue sí, hecho. Tres triunfos en la liguilla inicial y tras ganar a las brasileñas 27-25 (16-12) se meten en la segunda ronda con cuatro puntos; en el grupo que viene se enfrentarán a Países Bajos y República Checa, aún invictas, y a Argentina o Congo, que acaban su ronda este lunes cuando se decide el calendario de la segunda semana para las españolas.
La victoria fue posible gracias al cambio de imagen de España en su juego, y a que recuperó la mejor versión de lo que son las Guerreras. Es decir, las pérdidas de balón fueron asumibles cuando se juega con esa velocidad (ocho en todo el partido), se sumaron goles de las posiciones que más dudas generan a la defensa rival, y cuando se oscurecía el porvenir en la segunda parte (22-24) apareció una inmensa Paula Arcos tanto en ataque, sumando goles desde los dos laterales y al contragolpe, y en una defensa en el avanzado de 5-1 que anuló a Ana Paula, la central brasileña que tanto daño hizo a las Guerreras. No le fue a la zaga la portera Darly Zoqby, brasileña de origen, que fue una pesadilla para sus rivales. Y la guindilla a ese final fue cosa de Silvia Arderíus, de pensar a quién darle el balón definitivo, por donde desequilibrar la defensa para que las dos extremos redondeasen la victoria.
Para llegar a ese desenlace hubo otra parte fundamental en el choque, porque en la primera parte fueron las pivotes, Kaba Gassama y Lysa Tchaptchet y la zurda Mireya González las que devolvían todos los golpes brasileños, en una mitad equilibrada (10-10 en el minuto 20), pero que ganaba España al descanso (16-12) porque tuvo unos minutos sobresalientes.
Luego apareció la potencia brasileña. El dominio de Ana Paula, y aunque Almeida de Paula estuvo controlada, empezó a abrir vías de aguas en una España a la se le nubló la vista y dejó de asistir a las pivotes (sólo un gol). Mireya dejó de sumar desde fuera, y Ambros apostó por la solución de emergencia: Alicia Fernández, Silvia Arderíus y Paula Arcos en la primera línea, con el trabajo multiplicado para esta, por su derroche en la defensa contactando siempre con la que atacaba por el centro para ayudar al muro, y aportando goles a posición cambiada. La estrategia salió a la perfección en la línea de los mejores encuentros de las Guerreras.
TODA LA INFORMACIÓN LO HE
ENCONTRADO EN LA PÁGINA
OFICIAL DEL PERIÓDICO AS
No hay comentarios:
Publicar un comentario