PARÍS 2024
La gimnasia estrena los ‘Encuentros Olímpicos’ de AS, desde este martes hasta los Juegos Olímpicos de París. Tras un camino duro, se respira optimismo.
Con un choque de manos, a modo de celebración por lo conseguido y de ánimos por todo lo que aún se debe conseguir, este martes, Inés Bergua, Ray Zapata, Ana Pérez y Jesús Carballo pusieron el punto final a la primera entrega de ‘Encuentros Olímpicos’, una serie de coloquios que, hasta los Juegos Olímpicos de París (del 26 de julio al 11 de agosto), reunirán a las distintas federaciones y a buena parte de los deportistas que representarán a España en la cita francesa. Con el director del Diario AS, Vicente Jiménez, como maestro de ceremonias, la gimnasia abrió el telón. ¿Por qué la gimnasia? “Porque es uno de los tres pilares de los Juegos, junto a atletismo y natación, y un deporte que ha dado a España ocho medallas en la historia olímpica”, introdujo el redactor jefe de la sección de Más Deporte, Jesús Mínguez, que ejerció como conductor de la conversación.
A su izquierda, Bergua, de 19 años, no podía contener la sonrisa, nerviosa y juvenil. De todos los deportistas presentes, era la única que aún no ha debutado en unos Juegos. París podría ser su bautizo. El equipo de rítmica, del que forma parte (son once y la selección olímpica definitiva será de cinco), logró la plaza en los Mundiales de 2022, que otorgaban tres billetes. Se colgaron el bronce. Este año, en Valencia, revalidaron la medalla. A Inés, que también estudia derecho y es premio Carrera Dual 2022 por sus resultados, se le abrieron las puertas de lo inexplorado. “Es el sueño de todo deportista. Y más en la gimnasia, en la que se nos inculca que el objetivo es estar en unos Juegos. Seguro que lo va a disfrutar. Tener ya la plaza se nota. Veo que están relajadas”, le dedicó Carballo, presidente de la Real Federación Española de Gimnasia, desde su experiencia. Antes de entrar en el mundo de los despachos, fue dos veces campeón mundial (1996 y 1999) en barra fija y participó en los Juegos de Atlanta 96 y Atenas 2004.
Ray Zapata, plata en Tokio, y Ana Pérez, olímpica en Río 2016, se sumaron a las palabras de Carballo. “Estaba perdido, como un niño pequeño. Alucinaba al ver a todos los grandes allí. La clasificación para Tokio fue muy dura. La primera vez y la segunda (también estuvo en Río) fueron diferentes, porque ya no miraba yo, me miraban a mí. El proceso es muy bonito. Una vez estás allí, ya has cumplido tu sueño”, recordó el primero, de 30 años, mientras miraba a Inés, a modo de padre deportivo. “En Río, estuve con Ray y lo pasamos muy bien (risas). Llegas allí con ganas de disfrutar. El resultado, entre comillas, pasa a un segundo plano. Le recomiendo a Inés que lo disfrute”, completó la segunda, una veterana de 25 primaveras. Los dos, salvo imprevistos, estarán en París 2024. En los Mundiales de Amberes, celebrados en octubre, el equipo femenino de artística no pudo conseguir la plaza colectiva, pero Ana, junto a Alba Petisco, atrapó un billete nominal. El equipo masculino, 9º y con Ray a la cabeza, sí se hizo con una de grandes las plazas.
De esta forma, en París 2024, España estará representada, seguro, en dos de las tres disciplinas olímpicas de la gimnasia (artística y rítmica). En la tercera, el trampolín, Jorge Martín acarició un billete inédito para el deporte nacional en los recientes Mundiales de Birmingham (Reino Unido), celebrados en noviembre. “Nos quedamos cerca. Como aún se puede (a través de la Copa del Mundo), confío en meter algún representante de trampolín. Me hubiera encantado que hoy ya nos acompañara, pero seguro que lo tendremos”, vaticinó el presidente de la RFEG sobre la posibilidad de una presencia completa de la gimnasia española, que aún puede sumar otro nombre en la artística femenina y tiene a Polina Berezina y Alba Bautista como clasificadas individuales en la rítmica, más allá del equipo. “Un regalo”.
Un viaje con dificultades
A día de hoy, la valoración global es muy positiva. “Estamos muy contentos”, dijo Carballo. El camino hasta el mencionado botín de clasificados, sin embargo, no ha sido sencillo. En marzo, el equipo masculino de artística sufrió un grave accidente de tráfico cuando se dirigía a la ciudad de Anadia, situada en Portugal. La furgoneta que trasladaba a la expedición quedó totalmente destrozada y dio varias vueltas de campana. El mayor afectado fue Joel Plata, operado de urgencia en Aveiro por una fractura de fémur. En octubre, gracias a una recuperación milagrosa, ya estuvo al lado de sus compañeros para lograr la clasificación olímpica.
“A nosotros no nos debería pasar nada más raro, porque ya hemos cumplido. El accidente fue muy duro. Todos nos dimos cuenta de que no solo existe el deporte. Pensaba en Olympia (su hija), en mi padre, que estaba mal, etc. Pensábamos que Joel no iba a llegar. Luego, (Nicolau) Mir apareció hecho un fideo por una bacteria, no podía ni hacer el pino. Al final, también consiguió estar. Como Néstor (Abad), que sufrió una infección en la muñeca a tres semanas”, recordó Ray, recientemente casado. “Con todo, formamos un grupo muy bueno. Y ya no íbamos con sólo el objetivo de clasificar, queríamos acercarnos lo máximo posible al tercer puesto. Creo que hicimos muy buen papel, a nada de la final, con todo lo malo que nos pasó”, celebró.
La historia del equipo masculino, sin embargo, no es la única que ha forjado un corazón de hierro en el camino de la gimnasia española hasta París. En enero de 2021, durante la borrasca Filomena y mientras trasladaba material de una sala de entrenamiento a otra, Ana Pérez se lesionó gravemente, con una rotura de dos ligamentos del tobillo derecho y del cuarto metatarsiano del pie izquierdo. No pudo estar en Tokio, pero la Ciudad de la Luz le espera. “Ha sido una lucha interna constante. Ya no sólo a nivel físico, que también, porque han sido dos años fuera y tengo un pie completamente nuevo, con mucho hierro, pero si la cabeza no está... no se puede”, reflexionó la sevillana, preocupada por las entradas para familiares y amigos.
Con Biles y Rusia en la cabeza
En París, Ana compartirá focos con Simone Biles, de vuelta a la competición tras retirarse en cinco de sus seis finales de Tokio por salud mental. “Está en otra liga. Da igual que haya estado dos años parada. Ha vuelto mejor de lo que se fue”, dijo sobre la estadounidense. “Acaba de hacer un salto nuevo (el Biles II), muy arriesgado, de una dificultad tan alta que incluso cayéndose puede conseguir medalla”, añadió Zapata. Biles, salvo sorpresa, volverá a deslumbrar en unos Juegos que, en el lado opuesto, aún no han dejado clara la participación o no de deportistas rusos. “Estamos a la espera de ver qué va a pasar. Hay muchas puertas cerradas (para que se puedan clasificar), porque los procesos exigen estar en competiciones anteriores. Hay debate y estamos a la espera. De momento, no hemos competido con Rusia”, analizó Carballo, también miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Gimnasia.
Independientemente de lo que pase, España, tras unos Mundiales de Valencia que fueron todo un éxito, “con colas que daban la vuelta al pabellón”, piensa en sus posibilidades. “Me encantaría soñar con una medalla del conjunto (de rítmica) y también apostaría por Ray, porque ha luchado mucho. Un 9º puesto en los Mundiales puede ser una medalla olímpica, porque es un deportista de Juegos”, ilusionó el presidente de la RFEG. Inés, la novata, sumida en la transición de la rítmica española, plata en Río con una Alejandra Quereda hoy seleccionadora, tomó el testigo: “Les cojo el consejo y voy a disfrutar, pero podemos soñar alto en París”, resumió. Lección aprendida.
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