PREOLÍMPICO | 3ª JORNADA
La Selección se clasificó para la cita olímpica sin necesidad de saltar a la cancha ante Hungría por la victoria de Japón.
La Ciudad de la Luz brillará más fuerte este verano. La Selección se clasificó este domingo para los Juegos de París por la vía rápida, con la primera de las dos balas que tenía en su cargador (como decía Miguel Méndez en la previa) tras la apasionante victoria de Japón frente a Canadá. Un triunfo obtenido antes de que las españolas saltaran a calentar al pequeño y atronador Novomatic Arena de Sopron (Hungría). 30 minutos antes de que el duelo ante las anfitrionas arrancara. Adiós a los nervios. Y, de regalo, victoria imposible (73-72) tras remontar 22 puntos. No importaba mucho, pero dos es mejor que una.
Serán los sextos Juegos en la historia para el baloncesto femenino español. Los terceros consecutivos tras la plata de Río de Janeiro 2016, la primera y única de siempre para este equipo, y la sexta plaza de Tokio 2020. De Barcelona 1992 a París 2024 pasando por Atenas 2004, Pekín 2008, Brasil y Japón. Un cuento apasionante que continúa. Páginas y más páginas con hermosa letra para una Selección que no deja de sorprender, de emocionarnos. De luchar, competir, de no rendirse.
Que la clasificación fuera sin sudar no significa que fuera fácil. En realidad ha sido muy sudada desde el pasado verano, cuando en Israel y Eslovenia, en el Eurobasket, la Selección tuvo que remar para cazar el billete para este Preolímpico de Sopron después de perder en la primera jornada en Tel Aviv frente a Letonia. Enormemente trabajada después de tropezar contra Japón en el encuentro inaugural de este torneo invernal en Hungría, que se salvó con una brillante y fundamental victoria frente a Canadá. Extremadamente complicada desde que el verano de 2021 dejara tocado al equipo por el desastroso Europeo de Valencia, los olvidables Juegos de Tokio y las acusaciones de maltrato de las exinternacionales Marta Xargay y Anna Cruz sobre Lucas Mondelo.
Una caída a plomo, en lo deportivo, en la imagen, que trajo vientos de cambio. A la llegada de Miguel Méndez y un cuerpo técnico que, junto a un grupo maravillosa de jugadoras que mantiene intacto el ADN de La Familia, han levantado de nuevo al baloncesto femenino nacional. Sin casi tiempo para pensar y con gratas recompensas por el camino como la plata de Eslovenia y estos Juegos, que son un sueño para todos, jugadoras y aficionados.
España salió a enfrentarse con las húngaras como si nada hubiera pasado media hora antes. Eso sí, sin la tocada Cristina Ouviña, no hacía falta forzar. Seria y disciplinada, siguiendo el plan de partido, la Selección comenzó golpeando a unas magiares atenazadas por los nervios: 44 años sin Juegos es mucho tiempo. Carrera dominaba la zona y Torrens se soltaba desde el perímetro para el 11-6. Un triple de Cazorla puso la primera buena ventaja (14-8)… y la última hasta el 73-72. El equipo centroeuropeo se recompuso. Diferente y mejor al que doblegó España en el Eurobasket, Hungría se hizo dueña del enfrentamiento. Studer y Dombai dieron la vuelta al marcador con un parcial de 0-9 para el +3 (14-17).
Las magiares estaban más dentro del partido a mitad del primer periodo. Más serias. Más estrictas. España no sentía esa necesidad. No había urgencia. El falló era una opción aceptable. Desde ese punto, la crecida local fue apabullante. Studer encontraba acierto exterior, mientras que Kiss estaba cómoda en la zona. El resultado, parcial de 8-22 en el segundo cuarto y -19 para la Selección al descanso (27-46). A la vuelta de vestuarios, la máxima, +22 (27-49). En el tercer cuarto, las húngaras manejaron las rentas, con buena mano y buena cabeza… pero el último cuarto se les hizo bola. Demasiada.
La Selección, sin ya nada que perder y 14 abajo (50-64), se puso a jugar liberada. Una zona, Cazorla a los mandos, Casas en el robo y Gustafson en la suspensión para un parcial de 13-0 (63-64) y desatar el pánico en la grada. El miedo fue completo en el pabellón con los dos tiros libres de Ortiz para la remontada 73-72. España había dado la vuelta al marcador con solo 52 segundo y un parcial de 23-8. Hatar tuvo la victoria y el viaje para las suyas a 7 segundos, pero erró su tirito cerca del aro. La Selección sonrió sobre el llanto húngaro, que se queda sin Juegos. Canadá y Japón acompañan a España.
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