NATACIÓN | DOHA 2024
Por primera vez en la historia logra la delegación española podios en todas las disciplinas de los Mundiales. Sólo en Barcelona 2013 y Roma 2009 ganó más medallas que en Doha: diez.
Venían la natación artística y el waterpolo de salvar los muebles, y de qué fabulosa manera para estos dos deportes, de una España que naufragaba en el resto de disciplinas acuáticas. En natación en línea, no conseguía ni una sola medalla desde Budapest 2017. Y en saltos y aguas abiertas, directamente, no se las había colgado jamás en unos Mundiales acuáticos. Doha 2024 ha supuesto el reflote de una delegación española que iba para conseguir el máximo número de pasaportes olímpicos y que ha hecho historia.
Por primera vez, España se ha subido al podio en todas las disciplinas a concurso en los Mundiales. A las cuatro preseas obtenidas en la natación artística –plata Dennis González en el solo libre, Dennis y Mireia Hernández en el dúo libre mixto, el equipo técnico femenino y bronce el dúo técnico de Iris Tió y Alisa Ozhogina– y las dos del waterpolo –sendos bronces, el único país que ha subido al podio tanto en masculino como en femenino–, se han sumado dos medallas inéditas.
Historia en saltos y aguas abiertas
Por un lado, el bronce de Nicolás García Boissier y Adrián Abadía en saltos sincronizados desde tres metros, deporte que cuenta tan sólo con 88 licencias estatales. Por otro, la plata de María de Valdés en los diez kilómetros en aguas abiertas, la primera de una mujer española. Y, por supuesto, la guinda la puso un majestuoso Hugo González, capaz de colgarse la plata en los 100 metros espalda y un oro, el único estatal en estos Mundiales, en los 200 espalda.
Estos diez metales aúpan a España a sus terceros mejores Mundiales de la historia al menos en cantidad, tras los 12 conseguidos en Barcelona 2013 y los 11 de Roma 2009. Nueve se habían obtenido el pasado verano en Fukuoka, si bien es cierto que con más oros (tres), lo que situó al país en el séptimo lugar de un medallero total que ahora lo ubica como decimotercero del mundo. El gran hito, al margen de coronarse en deportes que nunca antes habían estado tan arriba, ha consistido en volver a la elite en natación en línea, donde no se lograba ninguna presea desde Budapest 2017.
No en vano, ha sido en la piscina del Aspire Dome donde se ha dado el gran salto con respecto a los anteriores campeonatos. En Budapest 2022, tocó fondo la natación española al no alcanzar ni una sola final, ni marcas personales. En Fukuoka 2023, se alcanzaron tres finales, dos de ellas de la mano de un Hugo que ya avisó, y de qué manera, con sendas séptimas plazas en 200 estilos y 200 espalda que le metieron en los Juegos en ambas distancias.
De tres finales a ocho en natación
Y en Doha han sido hasta ocho las finales: Hugo en 50 (sexto), 100 (plata), y 200 espalda (campeón), Mario Mollá en 50 (sexto) y 100 mariposa (séptimo), el relevo 4x100 estilos masculino (quinto), el 4x100 libre masculino (octavo) y el 4x200 libre masculino (octavo). Pero no sólo eso, sino que se han batido cuatro récords de España: el 4x200 libre, Sergio de Celis en los 100 libre y primero Luis Domínguez y después César Castro en 200 libre.
Muchos de estos hitos han llegado acompañados de lo que principalmente perseguía la Real Federación Española de Natación (RFEN) en estos Mundiales: plazas para los Juegos de París. Se planteaban como un Preolímpico, salvo en waterpolo (ambas selecciones estaban ya clasificadas), y la estrategia ha dado sus frutos.
Más de una docena de billetes olímpicos
Además de la sorpresa de los saltos sincronizados masculinos y de un pasaporte no nominal en los saltos individuales femeninos de tres metros (lo logró María Papworth siendo decimoséptima) que se unen al que en Fukuoka había alcanzado Ana Carvajal desde la plataforma de diez metros, han cumplido su objetivo con creces firmes aspirantes a ganar medallas este próximo verano.
Es el caso tanto del equipo como del dúo de la natación artística, como también De Valdés gracias al mencionado subcampeonato en diez kilómetros (que ratificó siendo sexta en los cinco, distancia no olímpica), y por supuesto Hugo González en los 100 espalda, que ha sumado a las mínimas olímpicas que ya ostentaba en 200 espalda y 200 estilos.
También en natación, estarán en París Carlos Garach en 800 libre, Mario Mollá en 100 mariposa y los relevos 4x100 libre, 4x100 estilos y 4x200 libre masculinos, así como el 4x200 libre femenino, el cual se ha clasificado sin haber siquiera nadado en Doha (sí lo hizo en Fukuoka, y nadie le ha sacado de los 16 mejores tiempos entre ambos Mundiales). En todos los casos, competirán en Doha siempre que haya al menos dos nadadores que tengan la mínima.
En ese sentido, otros cuatro nadadores cuentan desde hace meses con un tiempo inferior al que se reclama para ir a los Juegos, aunque no cumplen por ahora con los requisitos de la RFEN: Carmen Weiler en 100 espalda, África Zamorano en 200 espalda, Arbidel González en 200 mariposa y Garach en 1.500 libre.
El Open de España y los Europeos, en paralelo
En cualquier caso, del 18 al 22 de junio se disputará en Palma de Mallorca un Open de España que servirá como criba final para los aspirantes a nadar en París. En paralelo, del 10 al 23 de ese mes se estarán celebrando en Belgrado los Europeos de deportes acuáticos, todos salvo el waterpolo (que lo jugó en enero), a sólo un mes de los Juegos. Allí, razonablemente, acudirán únicamente quienes ya están clasificados para competir en París. Entre ellos, Hugo González, el gran nombre propio de unos Mundiales ya inolvidables.
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