L’alcalde de Benicarló, Juanma Cerdá, i la regidora de Cultura, María Teresa Pellicer, han inaugurat avui, juntament amb la comissària de l’exposició, Antonella Montinaro, la mostra ‘Obra gràfica contemporània: de Picasso a Obey’, una de les exposicions més destacades del Mucbe per a aquest 2024 on es poden contemplar les obres d’alguns dels artistes més reconeguts dels segles XX i XXI: Marc Chagall, Pablo Picasso, Joan Miró, Andy Warhol, Yayoi Kusama, Takashi Murakami 0 Obey, entre d’altres.
La mostra exhibeix 50 obres de 27 artistes contemporanis i convida a reflexionar sobre l’evolució de les pràctiques artístiques i les tècniques de reproducció de l’art contemporani, al temps que analitza la relació entre els artistes i la tecnologia.
L’exposició està plantejada en diferents blocs que tracen un breu recorregut per la història de l’art contemporani: mirades creuades de la modernitat i els seus orígens; l’expressionisme abstracte i l’op-art (abreviatura d’Optical-Art, moviment pictòric nascut als Estats Units l’any 1958); l’escultura contemporània i l’obra múltiple seriada; el pop i la serigrafia; i finalitza amb les pràctiques artístiques i nous mètodes de producció al segle XXI.
La mostra es podrà visitar a la planta baixa del Mucbe fins al 14 de juliol.
Exposició d'obra gràfica contemporània: De Picasso a Obey
Exposició: De Picasso a Obey
OBRA GRÀFICA CONTEMPORÀNIA
Del 27 de març fins al 14 de juliol de 2024
Lloc: Mucbe.
Organitza: Regidoria de Cultura, Museus i Patrimoni Cultural.
El proper dimecres, 27 de març, a les 12.00 h, s'inaugura l'exposició 'De Picasso a Obey - Obra gràfica contemporània'. Una exposició en la que es podran contemplar obres d'alguns dels artistes més reconeguts dels segles XX i XXI, com ara Marc Chagall, Picasso, Miró, Andy Warhol, Yayoi kusama o Obey, entre d'altres reconeguts artistes representants de l'Art Contemporani.
Aquesta exposició es podrà visitar en les sales de la planta baixa del Mucbe (Museu de la Ciutat de Benicarló) fins al 14 de juliol de 2024.
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Esta exposición, compuesta por 50 obras de 27 artistas, revela la evolución de una serie de prácticas artísticas que tienen en común el hecho de ser susceptibles de ser reproducidas por medios mecánicos, además de una reflexión sobre la relación entre el artista y la tecnología.
El recorrido expositivo ha sido planteado en distintos bloques temáticos para su correcta comprensión. El discurso empieza presentando una mirada cruzada hacia los orígenes del arte contemporáneo con obras de Pablo Picasso, Marc Chagall o Joan Miró; le sigue una selección de obras de artistas que desarrollaron el lenguaje de la abstracción internacional como Richard Serra, Karel Appel o Joseph Beuys; la escultura contemporánea con múltiples de Anish Kapoor o Yayoi Kusama; el Pop Art y la serigrafía con obras de Andy Warhol o Roy Lichtenstein entre otros, para acabar con las nuevas tendencias de siglo XXI con astistas como Jeff Koons, Damien Hirst o Takashi Murakami.
De este modo, la exposición se posiciona en la intersección de dos sistemas: la articulación entre una colección de arte moderno y contemporáneo, y la historia del arte, empleando el vínculo entre arte contemporáneo y reproducibilidad técnica.
La obra gráfica contemporánea parece posicionarse hoy en un terreno separado de su concepción tradicional cambiando de percepción y prioridades y destacando posibilidades poco desarrolladas hasta el momento. Sus características más marcadas, como lo democrático, múltiple, económico o popular son transformadas y reorganizadas por el artista formando parte de un discurso conceptual en la obra donde las potencialidades son asumidas como instrumentos creativos al servicio del arte.
La importancia de la tecnología en la producción, de forma involuntaria, añade valor a la manufactura de la obra envolviéndola de un aura particular y tan diversa como las diferentes técnicas y usos, que además se incorporan como herramientas ocultas en el proceso gráfico creativo.
En los últimos tiempos, muchos artistas han utilizado la obra gráfica sin prejuicios como base de muchos de sus trabajos. Sus propiedades plásticas, su incitación a la investigación, su capacidad de sorprender, su abanico de posibilidades y soportes o sus fronteras abiertas hacen de la gráfica moderna una disciplina en auge para la creación contemporánea.
En la idea central de este proyecto resulta clara la influencia de la perspectiva que da Walter Benjamin en su ensayo "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica", que se centra en el problema de la producción en masa y en la pérdida del aura en la obra de arte contemporánea.
El aura, según el filósofo, encierra todas las cualidades esenciales de la obra de arte y está ligado a la función del ritual. Así, de este modo, el sujeto creativo, lingüísticamente hablando, desaparece para dar pie a obras en las que intervienen muchos procesos distintos, con muchos creadores diferentes. Numerosos artistas, desde el siglo pasado, han diseñado obras de arte pensadas para ser múltiples y para ser reproducidas de manera potencialmente limitada: estas piezas dejan de ser obras consideradas como artículos excepcionales para coleccionistas y se convierten en bienes de consumo igual que cualquier otro producto industrial.
CONTENIDO DE LA EXPOSICIÓN
La exposición se plantea en distintos bloques que trazan un breve recorrido por la historia del arte contemporáneo: miradas cruzadas de la modernidad y los orígenes del arte contemporáneo; el expresionismo abstracto y el op-art en Europa y EE.UU.; laescultura contemporánea y la obra múltiple seriada; el pop y la serigrafía y para terminar con prácticas artísticas y nuevos modos de producción en el siglo XXI.
El principio del siglo XX resultó ser muy prolífico en cuanto a la aparición de grandes artistas y sus primeras vanguardias.
Picasso y Chagalll aparecieron en la escena artística en la primera década del siglo XX y Miró en la década de 1910. Estos artistas evidencian un deseo de renovación de los lenguajes plásticos y cuyo paradigma es encontrado por los artistas en las corrientes europeas, participando en la dimensión internacional del arte de vanguardia del siglo XX.
Picasso realizó su primera litografía en 1919, como una invitación a la exposición que presentó en la galería Rosenberg de París, desde entonces y hasta 1930, utilizó la técnica litográfica para ilustrar algunos libros, catálogos e invitaciones, pero no fue hasta 1945 cuando se interesó realmente por este sistema de estampación.
Comenzó a elaborar estampas sobre piedra a partir de noviembre de 1945 en el taller de Fernand Mourlot, en la calle Chabrol de Paris donde artista se implicó en todas las fases de producción, desde el dibujo sobre la piedra hasta el control de las primeras tiradas. El taller Mourlot, abierto en 1852, fue un lugar que eligieron para estampar los grandes artistas de la época, entre ellos Matisse, Miró, Chagall, Braque, Leger o Magritte.
Los cambios del lenguaje plástico no llegaron a influir de manera definitiva en la renovación de las técnicas de reproducción gráfica artesanales empleadas hasta el momento: el grabado y la litografía. Sin embargo crearon las bases para la adaptación tecnológica en los años futuros.
El grupo COBRA se formó en París en 1948 y fue compuesto por artistas provenientes de los Países Bajos y Escandinavia, siendo sus principales representantes: Karel Appel, Asger Jorn y Pierre Corneille, a los cuáles se sumaron: Jean Atlan, Pierre Alechinsky, Constant, Noiret y Dotremont, inventor del nombre del grupo (acrónimo de las ciudades de sus principales representantes COpenhague, BRuselas y Ámsterdam) y redactor de su manifiesto.
El contexto de posguerra en el que surge CoBrA era muy distinto al de las vanguardias históricas y, para el grupo, exigía nuevas formas de implicación en lo colectivo. .Estos artistas se marcaron como objetivo aprovechar la libre expresión del inconsciente sin la interferencia ni el control del intelecto y estas premisas hunden sus raíces en el surrealismo, así como en la violencia cromática, el dinamismo y el acento en el proceso. Este interés por el gesto inconsciente también pone al grupo en relación con el "action painting" americano.
Al terminar la guerra la situación en EEUU era muy diferente de la europea; sus ciudades no habían sido devastadas y la vida cultural no se había interrumpido. Además, desde los años treinta, pero sobre todo en la primera mitad de los cuarenta, había sido país de asilo para un buen número de países europeos, lo que permitió un conocimiento directo de sus obras y su pensamiento.
Pero si grande fue la influencia que el conocimiento directo de los vanguardistas tuvo sobre los jóvenes artistas norteamericanos -siendo decisiva la del grupo surrealista-, mayor fue la que ejercieron aquellos que se insertaron en la sociedad americana como docentes, entre ellos un nutrido grupo del cuerpo de profesores de la Bauhaus: Walter Gropius, Marcel Breuer (Universidad de Harvard), Mies van der Rohe (ITT de Chicago), Moholy Nagy (funda en Chicago la Nueva Bauhaus) -que tanta influencia tendría en la aparición del arte óptico y cinético-, y Joseph Albers (Black Mountain College de Carolina del Norte).
La pintura óptica, así como la abstracción "hard edge", tenía profundas raíces en la tradición del Bauhaus, y fue la consecuencia del tipo de experimentos continuos con diversos materiales que el Bauhaus alentaba en sus alumnos.
Op-art, abreviatura de "Optical-Art", fue un movimiento pictórico nacido en los Estados Unidos en el año 1958, cuyo nombre se empleó por primera vez en 1964 en la revista Times. Esta corriente artística abstracta se basaba en la composición pictórica de fenómenos puramente ópticos, sensaciones de movimiento en una superficie bidimensional, que engañaban al ojo humano mediante ilusiones ópticas y estructuras de repetición con un orden claro. Frente a otras tendencias racionales, el Arte Óptico se basa en principios científicos rigurosos con el fin de producir efectos visuales inéditos.
Máximo exponente del Op-art fue Victor Vasarely, artista de origen Húngaro nacido en 1908, que fue estudiante de la Bauhaus de Budapest y empezó como artista gráfico antes de dedicarse a la pintura a mitad de los años 40, recuperando de la influencia del Bauhaus "el carácter funcional de la plasticidad
El Pop Art apareció simultáneamente a finales de los años '50, en Inglaterra y en Estados Unidos tratando de quitar la conexión emocional entre el artista y la obra de arte y creando obras que tuvieran una interpretación más instantánea y menos intelectual.
Los artistas del Pop Art desarrollaron diferentes técnicas de trabajo, entre las más importantes se encuentra la serigrafía: un procedimiento de impresión que era utilizado principalmente para hacer reproducciones de arte o anuncios publicitarios.
Andy Warhol fue el pionero en el proceso del desarrollo de fotografías de gran formato y en sus obras los rasgos expresionistas se eliminaron de manera progresiva hasta reducir su trabajo a una repetición seriada de elementos populares procedente de la cultura de masas, especialmente a través de la serigrafía. Gran parte de sus obras fueron realizadas mediante la serigrafía, convirtiendo los originales serigráficos en una nueva forma de expresión. El artista reprodujo sistemáticamente mitos de la sociedad contemporánea, muestra de lo cual son las series dedicadas a distintos actores o cantantes de la época.
El recorrido expositivo se concluye con la posmodernidad, una concepción cultural propia de la sociedad de las últimas décadas del siglo XX, que se asocia al culto de la individualidad, a la ausencia de interés por el bienestar común, admitiendo un fracaso de la sociedad.
El arte actual, desde las últimas décadas del siglo pasado, está en una situación de transformación, tanto en el plano teórico como en el práctico.
Como otros aspectos de la sociedad, los criterios por los que se regían las prácticas artísticas han cambiado radicalmente, y entre los factores que han propiciado esta metamorfosis seguramente el impacto de las nuevas tecnologías y el exceso de información.
La pluralidad que caracteriza al arte actual a través de la proliferación de lenguajes expresivos y el uso de todo tipo de materiales para la creación, afecta también directamente a los medios de fabricación empleados para la multiplicidad.
En la cultura en la época de la globalización se ha liquidado definitivamente la tradicional oposición entre cultura y economía. Los artistas Takashi Murakami (Japón, 1962) y Damien Hirst (UK, 1965) tienen factorías de producción o cuenta con un ingente número de personas elaborando sus obras. En el caso de Hirst, las célebres pinturas de puntos "Spot Paintings", tienen un estudio dedicado a crear solo esta tipología de obras, de las que ha producido cientos o miles y que su marchante Larry Gagosian vende en sus galerías repartidas por todo el mundo. Murakami igualmente trabaja a partir de un holding, Kaikai Kiki Corporation, con sedes en New York y Tokyo. Además, a partir de su factoría, distribuye a otros artistas.
Igualmente el arte contemporáneo ha llegado a convertirse en una experiencia subversiva. La obra de Paul McCarthy (EE.UU., 1945) es sarcástica, perturbadora y roza el absurdo: el artista pone en escena situaciones sin límite, sin solución, profundamente perturbadoras que destapan el inconsciente reprimido de los espectadores. Muy importante remarcar las vinculaciones del arte contemporáneo con el arte urbano como es el caso de Obey (EEUU, 1970) cuya obra se caracteriza por estar altamente influenciada por el cartelismo o la propaganda política del siglo XX.
Las imágenes de desnudo masivo realizadas por Spencer Tunick (EE.UU., 1967), controvertido fotógrafo estadounidense que para realizar instalaciones humanas alrededor del mundo ha desnudado a masas de personas frente a su lente, hacen cuestionar los límites del arte y de las manifestaciones sociales, tratándose de una clara espectacularización de la expresión estética.
Apartado complementario a todas las épocas, el de la escultura contemporánea, una de las manifestaciones artísticas que más ha evolucionado a lo largo del siglo XX. Este proceso evolutivo tuvo como precedentes el "ready made" de Duchamp y el objeto encontrado dada y surrealista, que fueron revolucionando y liquidando en parte el concepto tradicional de escultura.
Cuando hablamos de pieza única en la escultura contemporánea, se trata de proyectos cuya tirada del mismo modelo oscila entre 2 y 8 ejemplares, todas exactamente iguales y numeradas. En el caso del múltiple, la voluntad de hacer accesible a muchos la obra de arte, llevó al nacimiento de la escultura multiplicada en distintas series.
Comisaria: Antonella Montinaro (Arte Contemporáneo GACMA SL)
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