Ludwig van Beethoven estaba muy ocupado antes del estreno de su Novena Sinfonía, el 7 de mayo de 1824. La nueva obra del maestro se esperaba con impaciencia en Viena. Los copistas trabajaban sin descanso para producir el material manuscrito para la interpretación. Beethoven no solo supervisaba su trabajo, sino que también trataba de encontrar un teatro, así como músicos y cantantes adecuados.
"El público suele ver a Beethoven como un genio solitario que creaba obras magníficas en soledad, cuando en realidad trabajaba con un gran equipo", explica Beate Angelika Kraus, musicóloga del Archivo Beethoven, el departamento de investigación de la Beethoven-Haus de Bonn. Allí fue donde nació Ludwig van Beethoven en el mes de diciembre de 1770.
Beethoven y el trabajo en equipo
"También tenemos que pensar en Beethoven como un gestor que organizaba su vida profesional con una red de colaboradores", afirma Kraus, que es autora de una edición crítica de su Novena Sinfonía en el marco de las obras completas de Beethoven y ha estudiado intensamente cómo funcionaban los procesos de trabajo del compositor.
Sobre el escenario, había varias personas para dirigir el coro y la orquesta. Un director principal se situaba junto a Beethoven y marcaba los tempi. Aparte del concertino, líder de los violines primeros, también había un pianista que podía asumir ciertas responsabilidades. "Era lo habitual en aquella época. Cuando un coro subía al escenario, podía intervenir desde el piano si era necesario", dice Kraus.
La Novena lo convierte en estrella mundial
Como hito de la historia de la música y "símbolo de cultura y humanidad", el manuscrito de la Novena Sinfonía forma parte del Patrimonio Documental Mundial de la UNESCO desde 2001. Por primera vez en la historia del género sinfónico, Beethoven escribió una parte para coro en su Novena Sinfonía, la última que logró concluir.
Con casi 70 minutos de duración, la Novena es también una obra excepcionalmente larga. Beethoven abrió con ella el camino a muchos compositores. El famoso coro final, con el "Himno a la Alegría" simboliza la paz y el entendimiento internacional. La versión instrumental de esa parte de la obra se convirtió en el himno del Consejo de Europa en 1972 y es el himno oficial de la Unión Europea desde 1985. La melodía del texto Freude schöner Götterfunken, escrito por el poeta Schiller, es conocida hoy en todo el mundo, por lo que, según la UNESCO, la obra constituye una contribución al "diálogo cultural internacional".
La directora de orquesta ucraniana Oksana Lyniv dirigió la Novena un día después del ataque ruso a Kiev y Járkov, en febrero de 2022. Para ella, los pasajes del texto salidos de la pluma del poeta Friedrich Schiller son especialmente conmovedores. Por ejemplo, cuando dice: "Todos los hombres serán hermanos". "Todo el mundo debería desarrollar esta empatía, cuando se estrenó la obra todo el público quedó contagiado de ese espíritu, e incluso lanzaron sus gorras al aire", afirma Lyniv, en entrevista con Deutsche Welle.
No hay una sola Novena
La Novena Sinfonía fue planeada durante largo tiempo. Se sabe que el primer esbozo data de 1815. En vida del compositor, la obra fue interpretada en doce ocasiones, pero no siempre se tocaba la misma versión. "Podemos decir que, a lo largo de doce años, Beethoven publicó en varias ocasiones una versión distinta de la Novena autorizada por él", dice Beate Angelika Kraus.
Así pues, la Novena del día del estreno era una versión temprana y diferente de la que después el compositor envió a su editor o de la partitura que le llegó al rey prusiano, a quien Beethoven dedicó finalmente su sinfonía. "La Novena no es, como suele pensarse, una obra fija», dice Kraus, "sino, más bien, una obra en curso".
Encargo de Londres
La sinfonía fue un encargo de la Sociedad Filarmónica de Londres; por ese motivo, el estreno tenía que ser en Inglaterra. Pero 30 amigos del arte firmaron una misiva pidiendo a Beethoven que estrenara primero sus últimas obras en Viena. "Conocemos desde hace tiempo esta carta de febrero de 1824, pero ahora la vemos desde otra perspectiva, porque sabemos que muchos de estos firmantes estaban en estrecho contacto con Beethoven", afirma Kraus. Por tanto, cabe preguntarse si Beethoven estaba implicado en la iniciativa que, sin duda, fue muy bien recibida como pretexto para que la obra se estrenara en Viena.
El programa del estreno
Ludwig van Beethoven presentó sus últimas obras al público en conciertos, llamados "Academias". En la academia celebrada el 7 de mayo de 1824 en el Teatro de la Corte de Viena, en la Kärntnertor, además del estreno de la Novena Sinfonía opus 125, sonaron otras obras de Beethoven ante los más de dos mil espectadores congregados. Entre ellas, tres partes de la Missa solemnis opus 123 y la obertura La consagración de la casa opus 124. "En aquel entonces, nadie habría ido a un concierto que solo durara una hora o que solo tuviera en programa como única obra la Novena Sinfonía", dice Kraus.
En el momento del estreno, Beethoven padecía una grave sordera. Ya en edad temprana había perdido la capacidad de escuchar los sonidos agudos, como los de la flauta. "Además, padecía tinnitus y problemas con el volumen". En otras palabras, a pesar de la pérdida de audición, los sonidos fuertes los percibía como dolorosos, dice Kraus. Aun así, subía al escenario y marcaba el ritmo. "Las frecuencias graves, por ejemplo los timbales y los bajos, es muy posible que las siguiera percibiendo".
Recreación del concierto del estreno
Con motivo del 200 aniversario del estreno de la Novena Sinfonía, la Casa Beethoven de Bonn ha reconstruido la "Academia" de 1824 con la mayor fidelidad posible. El 7 de mayo de 2024, un concierto recreará en el magnífico auditorio de la Stadthalle de Wuppertal aquel evento de 2024 en el que el público escuchó por primera vez la obra, ya que el lugar del estreno mundial, el Teatro de la Corte de Viena en Kärntnertor, ya no existe.
La Orquesta de la Academia de Viena actuará con instrumentos originales bajo la dirección de Martin Haselböck. Además, el coro de la cadena alemana WDR participará con destacados solistas. Al igual que en el estreno mundial, el coro no se situará detrás de la orquesta, sino delante de ella, y así, como dijo el director Haselböck a la prensa, interpelará de forma más directa al público. Para los organizadores, tanto la Missa Solemnis como la Novena de Beethoven apelan a la idea de la paz, más actual que nunca. El concierto será retransmitido en directo por Deutsche Welle en el canal de YouTube "DW Classical Music". (ms/ers)
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