España cierra la fase de grupos con una victoria ante Albania y aguarda rival para octavos. Ferran, a pase de Olmo, firma el 0-1.
Hay platos que, por más pimienta o tabasco que les eches, no saben a nada. El Albania-España había perdido todo el picante desde el momento en el que La Roja certificó su pase a octavos de final como primera de grupo, así que lo de Düsseldorf no era sino un ejercicio de profesionalidad. Algo que los pupilos de Luis de la Fuente cumplieron, pues hubo intensidad y compromiso con una idea de juego en la que el balón manda. Siempre, juegue quien juegue. Lástima que ese esfuerzo, indudable, solo dejara un gol como saldo. El 0-1 de Ferran a pase de Olmo fue lo mejor que nos brindó la noche.
No resulta fácil mantener el ADN de un equipo cuando hay poco en juego, porque la tensión no se finge, se siente. Así que para España, la mejor manera de activarse ante Albania, que era la que realmente se jugaba la vida, fue con una patada a Navas y un ataque balcánico. Eso bastó para encender el banquillo y a los once jugadores que De la Fuente eligió para cerrar la fase de grupos. “Vamos a ver a una España reconocible”, había advertido el seleccionador en la víspera. Dicho y hecho. Pese a renovar por completo el once, España se pareció a España y eso que volvía a vestir de ese amarillo que uno diría inclasificable de no ser porque Relaño ya lo definió en su día como si fuera el pelaje de un toro: amarillo natillas, dijo. Lo clavó.
Conexión Olmo-Ferran
Con ese amarillo y el once a la espalda Ferran Torres quiso reivindicarse en cuanto tuvo ocasión. Él ha sido uno de los damnificados por la meteórica irrupción de Nico y Lamine en el equipo, el otro podría ser Olmo, ojito derecho del seleccionador. Ambos formaron de inicio y protagonizaron el primer gol de España con la pasmosa naturalidad de la que suelen hacer gala los elegidos. Se miraron a los ojos, o eso me pareció, y ahí nació el pase en profundidad del jugador del Leipzig, un toque suave y raso al corazón del área que el azulgrana supo leer extraordinariamente. Tan bueno fue el desmarque como el remate, una rosca con la zurda que tocó en la base del poste antes de llegar a la red. La Roja solo había necesitado 13 minutos para encarrilar una victoria con la que hacer pleno en la primera fase de un grupo que a esa misma hora vivía su auténtico infarto en Leipzig con el duelo entre Croacia e Italia. Empate a cero iban entonces las cosas por allí.
Y así siguieron durante unos minutos en uno y otro estadio. Los números hablaban poco a poco por España, como los nueve tiros a puerta por uno solo del rival al paso por vestuarios. Aunque con timidez, Albania dio un paso adelante, con Ramadani y Asllani imprimiendo el sello a cada ataque. Pero La Roja no sufría, con Le Normand ya en el eje central de la defensa en sustitución de Laporte, a quien hay que medir los minutos por sus recientes molestias musculares. El gol llegaba en otras trincheras (Modric) mientras Sylvinho lo buscaba con la entrada de Broja por Manaj. Un simple cambio de cromos, delantero por delantero, pero que se dejó notar, pues el del Fulham puso pronto a prueba a Raya, que voló para blocar un disparo lejano como ya había hecho en la primera parte a remate de Asllani. Lo haría en una tercera ya en el 92, una palomita a lo Miguel Ángel (Mundial 78) a tiro de Broja.
Albania apretó hasta el final alentada por los casi 30.000 aficionados que les pedían un último esfuerzo desde la grada. Sin embargo, ni Broja, Ni Laci ni Asllani dieron con el ansiado gol con el que mantener vivo el sueño de estar en octavos. Allí estará España, con pleno de victorias, algo que solo sucedió una vez en la historia de la Eurocopa, la de 2008. Objetivo cumplido. Uno más.
Disfruta de toda la emoción de la Eurocopa en Biwenger, el fantasy oficial de Diario AS y número 1 del mercado. Mbappé, Kane, Lamine Yamal… En Biwenger podrás fichar a todas las estrellas y tomar las decisiones de un verdadero entrenador. ¡Juega gratis al fantasy de la Euro y consigue grandes premios pinchando aquí!
No hay comentarios:
Publicar un comentario