El VAR, anulando un tanto a Dinamarca y concediéndole un penalti a la anfitriona, rescata a la Mannschaft ante una valiente Dinamita Roja. Andersen, figura trágica.
Dinamarca llevó a Alemania al borde de un abismo al que no terminó cayendo por unos milímetros. Porque fueron milímetros, en concreto la punta de la bota de Andersen, los que provocaron que el VAR señalara fuera de juego cuando los de Hjulmand se habían adelantado en el marcador. No valió y la tecnología volvió a saltar a escena en la siguiente acción, esta vez para dictaminar un penalti a favor de los alemanes después de que el propio Andersen hubiera acariciado el cuero levemente con los dedos de su mano derecha. Havertz dijo gracias y, desde los once metros, allanó el camino para una Mannschaft que terminó imponiéndose 2-0 tras otro tanto de Musiala. Supervivencia. O suerte. Una suele ir de la mano de la otra. Y Alemania sabe de esto. Mucho.
Rüdiger se recuperó a tiempo de su distensión en el bíceps femoral y formó pareja de centrales junto con Schlotterbeck. Además del zaguero del Dortmund, sustituto del sancionado Tah, Nagelsmann efectuó dos cambios más con respecto al empate ante Suiza: Sané por Wirtz y Raum por Mittelstädt. El que se volvió a quedar fuera, a pesar de su tanto sobre la bocina contra Suiza, fue Füllkrug. En la esquina danesa, Delaney cubrió la baja por sanción de Hjulmand y Skov Olsen jugó en detrimento de Wind. La magia, como siempre, debía ponerla Eriksen.
Pero Alemania tuvo algo en contra. La tetracampeona del mundo fue un vendaval que apenas tardó cuatro minutos en causar serios daños en la retaguardia de la Dinamita Roja. Frente a su Muro Amarillo, que ayer fue blanco, cogió carrerilla Schlotterbeck en un córner y mandó el esférico hacia el fondo de la red. Estalló el estadio, pero no tardó en volver a enmudecer dado que el árbitro terminó anulando el gol debido a un placaje de Kimmich sobre Skov Olsen que permitió a Schlotterbeck rematar. No cesó el chaparrón para los daneses, que vieron cómo Schmeichel tuvo que acudir al rescate en un latigazo de Kimmich y una volea de Havertz. Asfixiante Alemania.
Justo cuando la defensa rojiblanca, pasados unos 20 minutos, pudo cerrar el paraguas, lo abrieron en la grada debido a una colosal tormenta que empezó a romper sobre el feudo westfálico y obligó al colegiado a interrumpir el choque durante 20 minutos. Justo cuando los de Hjulmand pasaban por su mejor momento. Comenzaron a encadenar posesiones, embotellando a los alemanes por momentos en su área y dándole a entender a Neuer de forma bastante convincente que no iba a ser una velada plácida para él. Todo lo contrario.
Primero fue Eriksen el que, tras un control soberbio en el corazón del área, lanzó un disparo raso que Rüdiger despejó in extremis. Kroos, inusualmente erróneo en la circulación, permitió que Hojlund le robara la cartera a escasos metros de Neuer y estampara el cuero en el exterior de la red. La más clara de todas volvió a ser para el ariete del United después de una contra de manual que le dejó solo ante un Neuer que le ganó el mano a mano.
Sufría la Mannschaft y no dejó de hacerlo en la segunda mitad. Y esta vez muy en serio. Volvió a jugar Dinamarca cerca del área alemana y Andersen, después de un centro que Alemania no logró despejar, batió a Neuer con un zurdazo que el VAR anuló, esta vez por fuera de juego. En las imágenes se apreció que fue por la punta de una bota. Acto seguido, Andersen pasó de héroe victorioso a trágico al rozar un centro de Raum con sus dedos. VAR. Penalti. Y Havertz no perdonó, poniendo a prueba que la suerte, en esto del fútbol, cambia en cuestión de instantes. Dinamarca se vino abajo. Alemania fue a por más. Y lo encontró en una rosca de Musiala ajustada al palo. A cuartos.
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OFICIAL DEL PERIÓDICO AS
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(ALEMANIA - DINAMARCA)
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