domingo, 4 de agosto de 2024

Peleteiro, a ocho centímetros del bronce

 

 

 
JESUS ALVAREZ ORIHUELA DIARIO AS

 

 PARÍS 2024 | ATLETISMO

 

La triplista acaba sexta la final (14,59), pero muy cerca de repetir la medalla que se colgó en Tokio 2020. La inesperada lluvia y un mal talonamiento inicial fueron clave.

 

Ana Peleteiro (28 años) lo intentó todo en la final olímpica de París. Luchó por exprimir su poderío atlético y su fortaleza mental, pero la “atleta de guerra” como le denomina Iván Pedroso, peleó contra las circunstancias en el Stade de France. Hizo un concurso muy regular y consistente, aunque un par de peldaños por debajo de lo que ella misma creía que sería, con cuatro saltos por encima de 14,50. Ninguno llegó a 14,60. El voló 14,59 sólo le valió para ser sexta. A ocho centímetros de un bronce que la gallega sabía que era más que factible. Por eso estaba tan hecha polvo cuando vio que el último vuelo tampoco era suficiente. Su marido Benjamin Compaoré intentaba consolarla, una guerrera como ella no tenía consuelo.

Los 46 metros de carrera que tanto ha trabajado con Iván Pedroso, el gurú del foso, necesitaban una marcha más para explotar su velocidad hacia la tabla de batida antes ‘hop, step and jump’. La española, deportista de día D y hora H, de esas que se crecen cuando el resto de humanos menguaría para hacerse muy pequeñito lo tuvo en la mano. “La medalla estará en 15 metros”, pensaba la gallega. Eso únicamente fue el oro de Thea Lafond (15,02). La plata valía 14,87; el récord de España que tiene Peleteiro, a dos centímetros únicamente de lo que había saltado para colgarse el oro europeo en Roma hace dos meses.

 



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¿Y el bronce? Ese metal es el que tanto le va a doler. El mismo que consiguió en Tokio con la mencionada plusmarca nacional fue mucho más barato de lo esperado: 14,67 de la norteamericana Jasmine Moore. De haber ajustado mejor el primer salto (14,55) o el tercero (14,52) habría subido al podio. Porque en el triple brinco horizontal inicial se dejó 15,4 cm a la tabla; y en el que determinaba el pase a la mejora fueron 12,5.

Otro factor que también perjudicó a Peleteiro fue la inesperada aparición de la lluvia. No porque le fastidiara más a ella que al resto, por supuesto, sino porque en sus piernas claramente había un salto mejor de encontrar el talonamiento correcto, pero la base de su talento tiene mucho que ver con la velocidad y el estado del pasillo y el foso no era el mejor para intentar sacar lo mejor. La visualización que tanto entrena reiteradamente con su coach Rebeca López seguro que le preparó también para no lograr su segunda medalla olímpica. Lo peor es la sensación de que lo tenía en su mano y lo dejó escapar.

 


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   Pirata Oscar 

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