El análisis genómico de los restos de 13 individuos hallados en Siberia, publicado en la revista ‘Nature’, ha revelado que hace 54.000 años, los neandertales vivían en pequeños grupos.
Un grupo de científicos liderado por Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Biología Evolutiva (Alemania) y Premio Nobel de Medicina 2022, ha obtenido el retrato del estilo de vida de una familia neandertal, después del análisis genómico realizado de los restos de 13 individuos distintos hallados en Siberia (Rusia).
El estudio, publicado en la revista ‘Nature’, ha analizado el ADN de un total de 17 restos neandertales procedentes de dos cuevas siberianas, ubicadas en las localidades rusas de Chagyrskaya y Okladnikov. Una investigación que manifiesta cómo era la organización de estas familias, que vivían en pequeños grupos pero en comunidades que abandonaron las mujeres una vez que llegaron a la edad de reproducción. Los fósiles corresponden a dos mujeres, cuatro hombres adultos, una chica adolescente, dos niños y dos niñas.
La antigüedad de los restos oscilaba entre los 52.000 y los 59.000 años. Además, los restos de los neandertales aparecieron junto a otros restos de animales de los que se alimentaban, como los bisontes y cabras montesas, y también junto a restos de carbón, material que empleaban para cocinar la carne. Los resultados han mostrado que el ADN de dos de los neandertales eran padre y la hija adolescente, mientras que otros eran primos entre ellos.
Mediante las heteroplasmias, variante genética que permanece durante un reducido número de generaciones, los investigadores han podido deducir el número de miembros de la familia neandertal de la cueva de Chagyrskaya. “Dado que encontramos niveles altos de homocigosidad en todos los individuos, concluimos que la comunidad local de los neandertales de Chagyrskaya era pequeña”, expresaron los científicos.
Otro hallazgo está relacionado con la diversidad genética, que es extremadamente baja dentro de esta comunidad neandertal, y que oscila entre los 10 y 20 miembros. Una cifra similar al tamaño de los grupos de especies al borde de la extinción. Además de la relación establecida entre padre e hija adolescente, se comprobó mediante el ADN mitocondrial, que el padre estaba emparentado con otros dos hombres hallados, lo que sugiere que tuvieron una madre o abuela en común.
En cuanto al cuarto hombre, no se ha podido comprobar el parentesco con el resto de varones cuyos restos fueron encontrados, aunque sí se ha descubierto que era primo de una de las dos mujeres que habitaron en la cueva. Dos cuevas que se encontraban cerca de la actual frontera rusa, y que estaban a unos 100 kilómetros de la cueva de los denisovanos (neandertales asiáticos), mientras que al oeste se encontraban los neandertales europeos.
Diferente forma de vida entre mujeres y hombres
A diferencia de las mujeres, que abandonaron el clan familiar a la edad de reproducción para engendrar hijos, los hombres permanecían siempre en él. “Estudiaremos si este tipo de organización social era común en todos los neandertales, para comprender cómo de conectadas estaban las distintas comunidades entre sí y buscar evidencias de si en ellas también se producía la migración de la mujer”, afirmó Skov.
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