Quién se esconde detrás de la figura de uno de las mayores genios del siglo XX, destacado por sus invenciones relacionadas con el funcionamiento eléctrico.
Actualmente, prácticamente todo el mundo conoce la marca de coches Tesla: una de las mayores fortunas en el mundo del automovilismo, destacado por el funcionamiento totalmente eléctrico de sus coches, pero qué se esconde detrás de Tesla, uno de los mayores genios del siglo XX. Nikola Tesla, nacido en Smiljan, la actual Croacia, el 10 de julio de 1856, se podría definir como uno de los mayores inventores y uno de los pioneros en desarrollar artefactos eléctricos, pero era mucho más que eso.
Filósofo, poeta e ingeniero de gran presencia y con una personalidad enigmática y seria, y para muchos, un adelantado para su época, fue desprestigiado y perseguido durante toda su vida y se convirtió en una de las personalidades más influyentes en la historia reciente a nivel mundial. Humanista convencido y nacido en el seno de familia ortodoxa, nunca se dejó llevar por el “fanatismo” religioso de la época, pese a denominarse admirador del budismo y cristianismo. Además dominaba hasta ocho idiomas: serbocroata, checo, inglés, francés, alemán, húngaro, italiano y latín.
Planteamientos e investigaciones
Sus investigaciones y descubrimientos le llevaron a continuos enfrentamientos con todo tipo de físicos e inventores de la época. La realización de experimentos con osciladores/generadores mecánicos, tubos de descarga eléctrica y las primeras imágenes de rayos X, le llevaron a obtener una enorme fama como inventor, llegando a su laboratorio, numerosas personalidades y patrocinadores.
También construyó uno de los primeros barcos con control remoto inalámbrico. En 1893 vertió luz a la posibilidad de establecer comunicación inalámbrica con sus dispositivos y buscó su viabilidad en su proyecto de la Wardenclyffe Tower, con un transmisor de potencia y comunicación inalámbrica intercontinental, pero se quedó sin fondos antes de poder completarlo.
Tesla destacó en numerosas invenciones entre 1910 y 1920 con enorme éxito. Entre sus principales descubrimientos destacan: el Teslascopio, la bombilla sin filamento, todo tipo de dispositivos de electroterapia, como el generador de rayos X, además de obtener numerosas conclusiones acerca de estos; generador de corriente alterna, la bujía para encendido de motores de explosión, numerosas conclusiones acerca de los rayos X, el radiogoniómetro, el control remoto, la turbina sin paletas o la bobina de Tesla, entre otros muchísimos. En 1960 se dio su nombre a la unidad de inducción magnética del sistema Internacional de Unidades (SI), en su honor.
Vida profesional
En 1875 comenzó sus estudios en la Universidad Politécnica de Graz, Austria, donde inició la carrera en ingeniería y física, la cual no finalizaría, pero adquirió una experiencia de valor incalculable para desarrollar sus proyectos. En 1881 tras un breve periplo por Viena, se trasladó a París, donde comenzaría a trabajar en la Compañía Edison. Pasados un par de años, se decidió a dar un cambio a su vida, instalándose en Nueva York en 1884, cuando acudió a a las oficinas del mismísimo Thomas Alva Edison, quien le contrató de inmediato.
Ambos, genios que estudiaban el mismo campo, no terminaron de establecer una buena relación ya que, la postura de Tesla respecto a sus resultados (convencido de la funcionalidad de la corriente alterna,), chocaba frontalmente con los planteamientos de Edison, ferviente defensor de la corriente continua. De esta forma se desataría la conocida “guerra de las corrientes”.
Tras continuas disputas, finalmente en 1886, Tesla fundaría su propia compañía: Tesla Electric Light & Manufacturing. Pese a no contar con el apoyo de sus inversores, Tesla continuó por su cuenta y creó un motor de inducción sin escobillas, con corriente alterna. Esto le catapultó a la Westinghouse Electric & Manufacturing Company’s, donde George Westinghouse decidió apostar por él.
“La ciencia no es más que perversión en sí misma a menos que tenga como objetivo último mejorar la humanidad”, esta fue una de sus declaraciones más celebres, en clara alusión a su intento de lograr electricidad gratuita para el mayor número de persona. Bajo esta premisa y con la ayuda de Westinghouse, inició un proyecto para lograr suministro eléctrico en Búfalo, que no logró llevar a cabo.
Problemas con otros genios
En 1895, tras un fatídico incendio en su laboratorio, todos sus proyectos fueron destruidos, algo que no iba a permitir el genio eslavo, de modo que en 1898, presentó el “Teleautomaton” en la primera Exhibición Eléctrica en el Madison Square Garden de Nueva York. Este era un bote en miniatura, controlado por radio a distancia; pero finalmente, este mérito quedo relegado para el español Leonardo Torres Quevedo, quien patentó en 1903 el “Telekino”.
Otro con el que también desarrolló una rivalidad a nivel personal fue Marconi, ya que, pese a ser galardonado con el Nobel de 1909 por el invento del radio, Tesla patentó la idea 13 años antes. Definitivamente en 1943, la Corte Suprema de Estados Unidos reconoció a Nikola Tesla poco antes de su muerte como el inventor de la radio y le devolvió la patente.
Últimos años
En 1931, Kenneth Swezey, joven escritor, admirador de Tesla, a quien había seguido de cerca, organizó una celebración para el 75° cumpleaños del ingeniero. Tesla fue felicitado por una gran lista de inventores, ingenieros, matemáticos y físicos de lo más reconocido a nivel mundial, incluido Albert Einstein.
Tras el éxito de la fiesta, Nikola optó por repetirlo anualmente con ocasión de cumpleaños, en lo que se convirtió un evento de renombre al que acudía prensa, inventores y físicos de todo el mundo, en lo que se convertiría en una especia de exposición y coloquio donde Tesla exponía sus invenciones y teorizaba sobre sus descubrimientos.
En 1933, en el 77º celebración de su aniversario, confesó a la prensa que estaba a punto de producir pruebas de una nueva forma de energía, totalmente opuesta a la teoría de Einstein y que podría ser aprovechada con un aparato barato que duraría 500 años.
Finalmente, Nikola Tesla murió solo el 7 de enero de 1943, con 86 años en una habitación de hotel en Nueva York de un infarto de miocardio. Una vez enterado, el gobierno de Estados Unidos requisó todos los documentos de sus investigaciones, la mayor parte de ellos indescifrables puesto que Tesla guardaba la mayoría de sus ideas en su mente.
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