WATERPOLO | FUKUOKA 2023
La Selección, con una sensacional Judit Forca y una gran defensa, derrota a Hungría por 12-9 y se mete en semifinales. Se medirá a Australia el miércoles, Estados Unidos, ya fuera de combate.
La tarde en Fukuoka comenzaba con una sorpresa de las grandes: Estados Unidos, el ogro, el equipo que acumula tres oros olímpicos y cuatro Mundiales seguidos, perdía en cuartos de final ante Italia (7-8). Una noticia que no pudo pasar desapercibida para el resto de países aún en competición, que si miraban el oro con telescopio ahora lo atisban a simple vista. El que esté más en forma se lo llevará, y España, el segundo mejor equipo del mundo de la última década, presentó su candidatura con una victoria sólida ante Hungría (12-8). La Selección femenina se cita con Australia este miércoles por una plaza en la final y el billete directo para los Juegos Olímpicos de París. “Paso a paso”, como dice Miki Oca, pero la posibilidad del segundo oro de su historia (el único en Barcelona 2013) es palpable.
Aunque Hungría es la actual bronce olímpica y subcampeona mundial, España le tenía tomada la medida. Había salido ganadora de los últimos enfrentamientos, el más reciente hace apenas un mes en la World Cup, una confianza que se vio en las manos de Elena Ruiz y Judit Forca, las que marcaron el ritmo goleador del partido; especialmente la zurda, jugadora diferencial, autora de cinco tantos, 16 en todo el torneo. Abrió el marcador Forca con la ayuda del poste, como anotó la propia Elena Ruiz, de 18 años, con un lanzamiento marca de la casa. Entre medio anotó Keszthelyi de penalti (2-1). Mientras España aprovechó su primera superioridad, anotada por Bea Ortiz, las magiares se mostraron más imprecisas ante la buena defensa española, pero Garda hizo el 3-2 antes del descanso.
Las de Miki Oca confirmaron las buenas sensaciones en el segundo parcial, donde volaron a lomos de Forca, que marcó de todas las formas posibles. El abanico de remates sacó de quicio a Alda Magyari, le meta húngara, que apenas detuvo un 30% de los lanzamientos. Elena Ruiz siguió con su acierto mientras que Hungría aprovechó las superioridades y los penaltis, nunca las igualdades, atragantadas con los brazos de España, los postes y la intensidad de todas las ‘guerreras’. Garda recortó distancias y Keszthelyi siguió a lo suyo (6-4). La defensa era el hándicap de una Hungría que no supo frenar el potencial español.
No entiende de relajaciones Forca, que empezó el tercer parcial con gol en superioridad para poner el 7-4. La diferencia de tres ya era muy difícil de salvar para Hungría, con el complejo que tiene ante la España de Oca. Al acierto de Forca, que anotó el 9-5, se le unió la intuición de Paula Camus, versátil en esa zona de boya, donde anotó dos tantos en superioridades para poner el 10-6 en el marcador. Quedaba un cuarto, pero Hungría no se rindió y anotó dos penaltis por medio de Garda. Se puso 10-8 y con posesión, quizás el momento más delicado de la Selección. Apareció allí Martina Terré, nombrada MVP, para sacar una mano izquierda milagrosa que evitó ese 10-9.
No hay gloria sin sufrimiento, y España ya había completado su pequeña cuota. Como si el final del cuento de cuartos de final tuviera que ser perecto, los dos últimos goles, los definitivos, sirvieron para que dos de las más veteranas, Anni Espar y Maica García, pusieran el 12-8 a falta de dos minutos. La guinda. El banquillo era una fiesta, comedida: una sonrisa, unos puños al alto... y para el vestuario. El reto de esta España es mucho mayor. Ahora, sin el Everest habitual que escalar, aspira con todas las de la ley al oro mundial.
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