En un partido memorable, España tumba a Egipto en la prórroga (29-28) con un Gonzalo Pérez de Vargas colosal y la magia de Alex Dujshebaev y Aleix Gómez. Alemania o Francia, rival en la semifinal.
Los Hispanos terminaron abrazados en las redes de una de las porterías del Pierre Mauroy Stadoum de Lille. Ya podían apuntar a su currículo una heroicidad más después de ganarle a Egipto un partido que parecía imposible y plantar los pies en otra semifinal olímpica. El 29-28, prórroga incluida, fue el resultado de un ejercicio honesto de lucha para no entregarse. También, de talento individual. Las paradas de un elegido, Gonzalo Pérez de Vargas. Del genio Alex Dujshebaev para pedir el balón cuando más quemaba y explorar espacios imposibles. Y de la magia de Aleix Gómez, el zurdo infalible. Su nueve de nueve en lanzamientos, y su penalti final, le convirtió en el héroe final como ante Croacia. El partido, sin embargo, también eleva al seleccionador, Jordi Ribera, que libró una batalla táctica fabulosa contra otro grande, Juan Carlos Pastor. Una partida de ajedrez que, finalmente, decidió el partido. En la vida, muchas veces gana el que arriesga. Detrás de ese aparente aspecto didáctico, hay un ganador voraz en Ribera, que decidió vaciar su portería en los ataques y ganar los cuartos de final de los Juegos a las bravas. Siete contra seis, España abrió por fin el cerrojo de Egipto y se clasificó para las semifinales olímpicas. Su rival saldrá del ganador del Francia-Alemania.
La mañana empezó rara. Los dos equipos estuvieron siete minutos sin ver puerta. Entre otras cosas, porque Gonzalo Pérez de Vargas y el enorme Mohamed Aly, ex meta del Logroño, tenían todas las luces encendidas. Ambos ofrecieron un recital de paradas impresionante que llevó el partido a un resultado corto en la primera parte. El atasco de Los Hispanos, sin embargo, duró más que el de Egipto, que llegaba a la cita con varios jugadores y perdió pronto a Mohab y Omar, con un problema muscular. Sin embargo, Egipto supo cerrar muy bien el centro de la defensa. Estuvo rocoso y hasta metió manos para evitar los pases al pivote de Maqueda o Dujshebaev. Robó hasta cinco balones en la primera parte y provocó numerosas pérdidas de la Selección, que salvo un minuto mágico en el que pasó del 2-4 al 5-4, sudó sangre para meter cada gol. La poderosísima primera línea de los faraones, en cambio, sí funcionó. Los hermanos Elderaa, Omar y Ali Zein exploraron bien los agujeros del centro de la defensa de Los Hispanos. Una vaselina del ex azulgrana en un lanzamiento de siete metros sobre la bocina dejó a España en una situación complicada con vistas a la segunda parte (8-12).
España intentó agarrarse como fuera a la pista. No dejó que Egipto se marchase más lejos de cuatro goles, pero tampoco era capaz de acercarse a más de dos. La primera línea de los de Juan Carlos Pastor siguió martilleando, esta vez con Hesham, la portería de Pérez de Vargas. Llegó el momento Alex Dujshebaev, que se puso al mando de las operaciones. Forzó acciones de siete metros, marcó un golazo y, finalmente, empujó al equipo a un 21-22 que daba esperanzas. Pastor pidió tiempo muerto (minuto 53). Jordi Ribera llegó a arriesgar con alguna acción atacando con siete y dejando la portería vacía. No quedaba otra. El partido estaba en la pizarra. Jordi Ribera también optó por adelantar la defensa. Pastor ordenó a sus primeras líneas unos contra uno para atacarla. España consiguió empatar el partido después de un paradón de Pérez de Vargas y un penalti convertido por Aleix Gómez. Con 24-24, Los Hispanos iban a tener 1.45 en superioridad. El partido, sin embargo, se marchó a la prórroga después de otro tiro final de Egipto que Gonzalo, otra vez salvador, mandó fuera.
España preparó una jugada exprés para aprovechar que los egipcios empezaban el tiempo extra con uno menos. Marcó Casado. Fue la primera vez que Los Hispanos se adelantaban desde el 5-4. Las caras de los egipcios, pese a que su portero, Mohamed Aly, seguía haciendo milagros, ya no eran las mejores. Sin Omar, sin Mohan, los Elderaa se estaban quedando sin gasolina y les quedaban Hesham y Ali Zein. La exclusión de este último después de un golpe a Alex Dujshebaev, previa revisión de los árbitros, pareció volcar el partido para España. Pero al momento, Casado fue también excluido en otra revisión. El partido estaba en el aire. Aleix marcó desde los siete metros y el partido quedó en manos de Gonzalo Pérez de Vargas. El portero del Barça no hizo una, sino dos paradas seguidas. Todos se fueron a abrazarlo contra las redes. Final feliz. Los Hispanos de hierro, los héroes de Lille, en las semifinales de los Juegos de París.
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