El actor de 95 años fue hallado sin vida junto a su esposa Betsy Arakawa en su casa de Nuevo México.
Gene Hackman ha sido encontrado muerto junto a su mujer, la pianista Betsy Arakawa, y el perro de ambos en su casa de Santa Fe, en Nuevo México (EE UU), según han confirmado fuentes policiales del estado. El actor acababa de cumplir 95 años el pasado 30 de enero; Arakawa, con quien se casó en 1991, tenía 63 años.
Hackman, una leyenda actoral el Nuevo Hollywood que protagonizó clásicos como French Connection. Contra el imperio de la droga (1971), La conversación (1974) o Sin perdón (1992), llevaba retirado de la gran pantalla desde 2004.
Icono del Nuevo Hollywood
Nacido en San Bernardino (California, EE UU) en 1930, durante su juventud Hackman estuvo alistado en la Marina estadounidense, destinado a China y Japón como operador de radio. Fue a finales de la década de los cincuenta cuando decidió dedicarse a la actuación, para lo que se inscribió en la prestigiosa escuela californiana Pasadena Playhouse.
Hackman obtuvo las calificaciones más bajas de la institución, demostrando que su estilo actoral era muy distinto al establecido. Al menos, allí conoció a su amigo Dustin Hoffman. Con nada más que llevarse de allí, se trasladó a Nueva York, donde compartió piso con Robert Duvall. Se empezaba a gestar la generación de actores que cambiaría el aspecto de las estrellas del cine de Hollywood en las dos siguientes décadas.
Aunque había debutado unos años antes, el primer papel fundamental del actor fue el de Buck Barrow en la película de Bonnie y Clyde (1967) dirigida por Arthur Penn, con Warren Beatty y Faye Dunaway de protagonistas. Además de ser su primera nominación a los Oscar, el título fue el disparo de arranque de lo que se llamaría el cine del Nuevo Hollywood, del que Hackman sería uno de sus mayores iconos.
Hackman acabó su década maravillosa de los setenta de la forma más histriónica posible, como el Lex Luthor de la Superman (1978) de Richard Donner. Esa vena cómica, que no había ocultado tampoco en El jovencito Frankenstein (M. Brooks, 1974), le acompañaría hasta algunos de sus últimos papeles más recordados, como el de Royal Tenenbaum en Los Tenenbaums. Una familia de genios (2001), de Wes Anderson.
En los ochenta y noventa sumó otro buen puñado de títulos memorables, de Arde Mississippi (1988) de Alan Parker y Otra mujer (1989) de Woody Allen a La tapadera (1993) de Sydney Pollack y su segundo premio Oscar, por el western Sin perdón (1992) de Clint Eastwood.
Gene Hackman, leyenda del Nuevo Hollywood que protagonizó clásicos como 'French Connection', 'La conversación' o 'Sin perdón'
Gene Hackman, en una rueda de prensa dedicada a la película 'El jurado' (2003)
Ganador de dos premios Oscar, trabajó en 90 películas, entre ellas 'Bonnie y Clyde', 'La conversación', 'Arde Mississippi', 'Marea roja', 'Enemigo público' y 'Los Tenembaums'. También icónico por ser Lex Luthor en 'Superman', llevaba retirado desde 2004.
Como el aficionado sabe, hay actores que transmiten presencia, carácter y llenan la pantalla. Sin duda uno de los grandes en la faceta fue Gene Hackman, memorable actor del Hollywood de los 70 (su década dorada), los 80 y los 90. Retirado desde 2004, ha fallecido a los 95 años.
Hackman, de voz, rostro y gestualidad imponentes, participó en 90 películas a lo largo de cinco décadas, amplio listado en el que sobresalen el magistral thriller French Connection. Contra el imperio de la droga (1971) y el estupendo western Sin perdón (1992), por las que ganó el Oscar a mejor actor y en categoría de reparto, respectivamente.
También destacan Bonnie y Clyde (1967), Nunca canté para mi padre (1971), La conversación (1974), Arde Mississippi (1988), La tapadera (1993), Wyatt Earp (1994), Cómo conquistar Hollywood (1995), Marea roja (1995), Enemigo público (1998) y Los Tenenbaums. Una familia de genios (2001). Y por supuesto figura en el imaginario colectivo de muchos por encarnar al villano Lex Luthor en la saga primigenia de Superman.
Hackman, nacido en 30 de enero de 1930 en San Bernardino (California), tuvo una infancia y una juventud difíciles por la actitud de su padre, que les llevó de sitio en sitio hasta que se instalaron en Danville (Illinois) y que abandonó a la familia cuando Gene tenía 13 años. A los 16, mintiendo sobre su edad, se alistó en la Marina estadounidense, sirviendo durante cinco años, principalmente como operador de radio, y estando presente en China y Japón.
Entró en el mundo interpretativo en los 50, formándose en 1957 en Pasadena Playhoyse, escuela interpretativa californiana en la que entró tras casarse con su novia, Faye Maltese, y en la que entabló una fuerte amistad con Dustin Hoffman. Ambos acabarían probando suerte juntos en Nueva York, donde vivieron con Robert Duvall y forjaron profundos vínculos en una etapa en la que trabajaban de lo que podían.

Más de uno no le auguraba futuro a Hackman, si bien consiguió establecerse. Su primera participación cinematográfica fue en 1961 con Mad Dog Coll. Hawai (George Roy Hill, 1966), en la que acompañó a Julie Andrews, Richard Harris y Max von Sydow, señaló una mejoría certificada en 1967 con Bonnie y Clyde, de Arthur Penn.
Los fundamentales años 70

Después de cerrar los 60 con títulos como Los temerarios del aire (de John Frankenheimer y con Burt Lancaster y Deborah Kerr) y Atrapados en el espacio (de John Sturgess y con Gregory Peck y Richard Crenna), Hackman inició los 70 con una nominación al Oscar por su desempeño en el drama familiar Nunca canté para mi padre.
Entonces llegaron French Connection, el Oscar, el detective Popeye Doyle, su fijación y su determinación por hallar al cerebro criminal detrás de una red de tráfico de drogas y secuencias como la del 'saludo' de Fernando Rey al huir en metro o la de la persecución en coche. Historia del cine que además de mostrar a un poderoso Hackman siempre nos recuerda que la importancia del maestro William Friedkin no solo reside en El exorcista. El actor retomaría el personaje en la secuela de 1975 firmada por Frankenheimer.

Hackman estuvo en otro thriller fundamental y fuertemente representativo de los setenta, La conversación (1974), obra de Francis Ford Coppola estrenada entre El padrino y El padrino. Parte II en la que encarnó a un reservado experto en vigilancia y en analizar conversaciones ajenas sumido con horror en los errores que ha cometido. Una historia con resonancias por la descripción del solitario personaje y por el factor latente del caso Watergate.
Aquella década encabezó el reparto de La aventura del Poseidón (una película muy de la época tanto por la temática de catástrofes como por el elenco coral), compartió condición de vagabundo con Al Pacino en El espantapájaros (1973), hizo un divertido cameo en El jovencito Frankenstein (Mel Brooks, 1973) y volvió con Arthur Penn en La noche se mueve. También protagonizó el western Muerde la bala, estuvo con Liza Minnelli y Burt Reynolds en Los aventureros de Lucky Lady, de Stanley Donen, y formó parte del elenco de la bélica Un puente lejano (Richard Attenborough, 1977).

Mención aparte merece su icónico rol del villano millonario Lex Luthor, uno de los grandes enemigos de Superman. Más allá de echar de menos al bueno de Christopher Reeve, siempre que se revisa el clásico de Richard Donner (1978) uno siente la chispa del pérfido personaje y lo que se divirtió con él. Gene Hackman retomó el papel en la secuela de 1980 y en la mediocre cuarta entrega (1987).
Hackman en la década de los 80
En comparación con la dinámica previa y con lo que vendría en los 90, su carrera en los 80 no luce tanto. Esa sensación se aplaca con Arde Mississippi (1988), la película de Alan Parker con carga de denuncia por el racismo en Estados Unidos en los 60 en la que Hackman y Willem Dafoe son dos agentes del FBI sumergidos en el odio sureño y en las salvajes acciones del Ku Klux Klan. El actor obtuvo su cuarta nominación al Oscar.
En el marco del drama deportivo se guarda buen recuerdo de Hoosiers. Más que ídolos (1986), ambientado en los años 50 y con el actor como entrenador de un equipo de baloncesto de instituto de Indiana ante su gran oportunidad.
Hackman trabajó con Woody Allen en Otra mujer (1988) así como en Bajo el fuego (1983) y en filmes propios de la década como Más allá del valor (1983), Bat 21 (1988) y A la caza del lobo rojo (1989). También era el Secretario de Defensa estadounidense que ponía en problemas a un joven Kevin Costner, miembro de la Marina que tiene una aventura con la amante del alto cargo, en No hay salida (1987).
Hackman en los años 90

Pensar en Gene Hackman en los 90 conduce en primer término a Sin perdón (1992) y a su papel de duro y violento sheriff molesto con la intención de Clint Eastwood y Morgan Freeman de vengar a una prostituta. El memorable y poderoso western le reportó su segundo y último Oscar. El actor volvería a colaborar con Eastwood en Poder absoluto (1997).
El intérprete regresó poco después al género en la atrayente Wyatt Earp (1994, de Lawrence Kasdan y con Kevin Costner y Dennis Quaid) y en la reivindicable Rápida y mortal de Sam Raimi (1995), en la que Sharon Stone es una pistolera con el único objetivo de vengarse del poderoso y malvado líder de un pueblo. En ella aparecían un joven Leonardo DiCaprio y Russell Crowe.

En esa década se involucró, aportando su relieve interpretativo, en títulos sugerentes: La tapadera (1993), con Sydney Pollack adaptando a John Grisham y con Tom Cruise al frente; Marea roja (1995), el tenso thriller de submarinos del añorado Tony Scott en el que se medía con Denzel Washington; la estilosa Cómo conquistar Hollywood (Barry Sonnenfeld, 1995), con John Travolta, René Russo y Danny DeVito; y la divertida y gay Una jaula de grillos (Mike Nichols, 1996), con Robin Williams y Nathan Lane y con el impagable momento en el que el rígido senador republicano que interpreta se ve obligado a travestirse para que no lo identifiquen a la salida de un local de ambiente.
De esos años también son Al cruzar el límite (Michael Apted, 1996), con Hugh Grant, Cámara sellada (James Foley, 1996) y Al caer el sol (Robert Benton, 1998), con el aliciente de verlo junto a Paul Newman (y Susan Sarandon).
Finalizó la década con Enemigo público (1998), trepidante y entretenido thriller de Tony Scott con un Will Smith en su momento álgido y con resonancias por aspectos como los del control digital y la paranoia.
Los primeros 2000, la última etapa

Antes de su retirada en 2004 acumuló varios títulos interesantes. Podía haber seguido perfectamente más tiempo en activo (tenía 74 años), si bien decidió poner punto y final y evitar esa inevitable deriva de los trabajos alimenticios para actores veteranos, cauce en el que tienden a abundar las participaciones en películas de dudoso nivel.
En los primeros 2000 estuvo en la tramposa pero vistosa Bajo sospecha (de Stephen Hopkins y con Morgan Freeman y Monica Bellucci), en la deportiva Equipo a la fuerza (con Keanu Reeves) y en Las seductoras, en la que Sigourney Weaver y Jennifer Love Hewitt, unas sensuales timadoras, pretenden engañarle.
En este punto destacan The Mexican, de Gore Verbinski y con Brad Pitt y Julia Roberts como cabezas de cartel; Tras la línea enemiga, curiosa por lo de ver a Owen Wilson en modo acción; y El último golpe, el solvente ejercicio de robos y atracos orquestado por David Mamet y con Hackman respaldado por Danny DeVito y Delroy Lindo.
Sus trabajos más significativos en estos años fueron el de patriarca de Los Tenenbaums, la singular familia de Wes Anderson (su penúltimo Globo de Oro antes del honorífico de 2003) y el ofrecido en El jurado (2003), principalmente por el recorrido de coincidir en pantalla con su amigo Dustin Hoffman. John Cusack y Rachel Weisz ratificaban lo atractivo que era el reparto.
Bienvenido a Mooseport, comedia en la que encarnaba a un expresidente en guerra electoral con un tendero (Ray Romano) por la alcaldía de un pequeño pueblo, resulta menor pero presenta el simbolismo de que acabó suponiendo su despedida del cine.
Desde su retirada
Alejado totalmente de la industria, Hackman llevó desde entonces una vida tranquila dedicada preferentemente a ahondar en su faceta literaria. Publicó varias novelas históricas, algún thriller y algún western. Las ocasionales fotos en prensa sobre su aspecto físico impactaban pero denotaban su energía a pesar de la avanzada edad.
Su matrimonio con Faye Maltese, iniciado en 1956, abarcó tres décadas, hasta 1986. Con Maltese tuvo tres hijos, Christopher, Elizabeth Jean y Leslie Anne. En 1991 se casó con la pianista Betsy Arakawa, con quien vivió hasta el final.
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