Por primera vez en la historia de los Premios Goya hay un empate y dos películas se alzan con el máximo galardón
El 47, dirigida por Marcel Barrena, y La infiltrada, dirigida por Arantxa Echevarría, son las mejores películas del año para los académicos. La historia de Manolo Vital y la lucha vecinal del barrio barcelonés de Torre Baró, por un lado, y la historia de la agente de la Policía nacional infiltrada en la banda terrorista ETA durante ocho años, por otro, han ganado ex aequo el Goya a la Mejor Película en la 39 edición de los Premios Goya. Es la primera vez en la historia de los galardones que se produce un empate en número de votos en esta categoría.
Con la sorpresa por este giro final en la ceremonia, los equipos de ambas películas han subido al escenario para compartir su alegría por este reconocimiento. “Esta película habla de la solidaridad, de la vivienda, de la justicia social y de tantas cosas”, enumeró la productora de El 47 Laura Fernández Espeso, que quiso dedicar este Goya “al público, que nos ha apoyado desde la primera proyección”.
Por su parte, Marcel Barrena, destacó que “esta peli es sobre gente buena que hace cosas buenas, como Manolo Vital. Todo lo bueno que le pase a esta película es gracias a las vecinas y vecinos de Torre Baró, os sentimos muy cerca”, apuntó el director, que recordó la coincidencia entre el «el artículo 47 de la Constitución española dice que todos tenemos derecho a una vivienda digna».
Las productoras de La infiltrada resaltaron lo «bonito» de compartir este premio «con nuestros compañeros de El 47. Mercedes Gamero también dedicó el premio «al más de un millón de espectadores que han visto La infiltrada«. Y la productora María Luisa Gutiérrez puso el acento el público joven. «Hay mucha gente joven que fue al cine y sintieron el viaje de la película y corrieron a internet a buscar cuál era la historia real y qué había pasado. Pensamos que la gente joven no quiere saber de dónde venimos y nos equivocamos», reflexionó. Además, quiso poner en valor las producciones que realiza junto a su socio Santiago Segura en su productora: “las películas familiares taquilleras hacen posibles películas arriesgadas como esta”.
Todos ellos recibieron el premio de manos del equipo de Mar adentro, Javier Bardem, Alejandro Amenábar, Belén Rueda y Lola Dueñas, que desvelaron los ganadores. Las Bases de los premios Goya establecen que en el caso de empate ambos equipos tienen los mismos derechos como ganadores y cuentan con sendas estatuillas.
En la quinta edición de los premios, celebrada en 1991, hubo otro empate en los Premios Goya, esta vez en la categoría de Mejor Cortometraje, cuando no se hacía distinción entre ficción, animación y documental. Los títulos premiados fueron Blanco o negro y El viaje del agua.
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