Topol: "Veremos variantes peores que delta. ¿Puede ser ésta? No lo sabemos"
González-Candelas: "Hay que ver qué efecto tiene cada mutación sola y en su conjunto”, aún no sabemos cómo de “mala” puede llegar a ser
Los científicos coinciden en que, con este perfil genético, “hay que vigilarla más y detectar a tiempo cualquier cambio, porque el riesgo potencial es más alto”
La OMS se reúne de urgencia, la Unión Europea empieza a blindar sus fronteras, las bolsas caen en todo el mundo… ¿Qué está pasando? ¿Está justificada tanta alarma por la nueva variante detectada en Sudáfrica? Se trata de la B.1.1.529, también bautizada como 'ómicron'. Es pronto para saberlo, pero son muchas las voces, y muy diversas, que ya califican la situación de “preocupante”.
Es el caso del científico estadounidense Eric Topol, que no suele ser alarmista. En declaraciones a CNN, este viernes, era muy claro al respecto. “Es preocupante. Es la primera variante, desde delta, que genera esta preocupación tan alta”. Reconoce Topol que es pronto aún para sacar conclusiones firmes, pero insiste. “Es pronto, sí, pero no habíamos visto a una variante despegar tan rápidamente. Y en una zona del mundo que es pura delta”. Que ómicron gane espacio frente a delta puede indicar que sea aún más contagiosa. Pero otras razones pueden explicar estos datos preliminares.
La directora de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido, Jenny Harries, ha advertido de que esta variante es "la más significativa" hasta ahora. González-Candelas está de acuerdo, pero lo matiza. “Es la más significativa que hemos visto, por su gran número de mutaciones, pero eso es una medida cuantitativa, que no necesariamente se corresponde con sus efectos en transmisión, letalidad, virulencia... Eso no lo sabemos todavía, es demasiado pronto”, advierte. Aun así, considera que “debe estar sometida a una vigilancia más estrecha que otras variantes”. ¿Por qué?
Más mutaciones que ninguna de las anteriores
Las alarmas han saltado por la gran cantidad de mutaciones que acumula ómicron, más de 50, muchas más que cualquiera de las anteriores. Y, sobre todo, porque sólo en la proteína S, que es contra la que van dirigidas las vacunas, se han detectado nada menos que 32. De estas 32 mutaciones, además, diez están localizadas justo en el receptor de la enzima ACE2, es decir, por donde entra el virus.
Por todo ello, los científicos sudafricanos que la están estudiando hablan de "un gran salto en la evolución" del virus. Lo advierte Tulio de Oliveira, director del centro de investigación y secuenciación KwaZulu de Sudáfrica. “32 mutaciones solo en la proteína S es una pasada, en cuanto a número de mutaciones”, reconoce González-Candelas. “Lo más que habíamos visto hasta ahora era 12 o 13. Pero “hay que ver qué efecto tiene cada una sola y en su conjunto”, advierte, porque ahí está la clave para saber cómo de “mala” puede llegar a ser.
Más importante que el número de mutaciones es cómo actúan juntas
“Se ha visto que bastantes de las que tiene están presentes en otras variantes de preocupación, e individualmente se han ido asociando a mayor transmisibilidad o a mayor escape antigénico, pero individualmente”, subraya el científico. Porque hay que tener en cuenta que “las mutaciones, a su vez, interactúan, porque todas están en la misma proteína (S). Si están próximas, actúan entre sí. Y sus efectos se pueden compensar o se pueden potenciar, no lo sabemos, eso hay que comprobarlo todavía”.
Es decir, una cosa es lo que hagan esas mutaciones individualmente, y otra lo que consigan hacer todas juntas, que es lo importante. “Se conocen los efectos de algunas de estas mutaciones individualmente. Pero eso para nada garantiza que el efecto combinado sea la suma de todas ellas”, advierte el experto en genómica. “Tiene muchas mutaciones, pero no por ello se puede concluir que sea extremadamente peligrosa per se”.
En los próximos meses veremos algo que compita con delta por dominar el mundo (Eric Topol)Por eso, González-Candelas prefiere ser cauteloso, de momento. “Que es un gran salto en la evolución del virus está claro, por el gran número de mutaciones que acumula de forma simultánea. Pero saltos muy grandes ya los hemos visto antes, con alfa sobre todo (delta tiene menos)”.
¿Perfil “horrendo” o solo “malo”?
Lo cierto es que el perfil genético de la nueva variante ha sido calificado de “horrendo”, incluso, por varios científicos. El experto en genómica de la covid del Wellcome Sanger Institute, Jeffrey Barret, es algo menos alarmista. “Su perfil mutante es malo”, asegura en Twitter sobre la variante. Y con “malo” se refiere a esas “nueve mutaciones observadas en cariantes de riesgo anteriores”.
Aunque esta “evolución convergente” es frecuente, señala, “esta variante tiene muestras sin precedentes de mutaciones vistas anteriormente en alfa, beta, gamma y delta por separado”. En su hilo de Twitter, Barret va detallando en qué consiste cada mutación y lo que pueden suponer, en cuanto a mejora de las capacidades del virus.
¿Pueden suponer estas mutaciones que la nueva variante adquiera mejoras de todas las variantes anteriores? Ello implicaría mejoras importantes en cuanto a su transmisibilidad y a su capacidad de evasión de anticuerpos, un cóctel nada deseable.
El microbiólogo de la Universidad de Cambridge Ravi Gupta lo expresa así: "La variante beta era todo escape del sistema inmunitario, pero nada más. Delta tiene infectividad, pero poco escape. Esta variante tiene potencialmente ambas cosas en un nivel alto".
“No es tan sencillo", advierte González-Candelas. "Que estemos viendo esto no significa que la variante vaya a sumar las mejoras de delta, beta, alfa y gamma, no funciona así". Pero hay pistas que apuntan ya, al menos, a alguna de estas mejoras.
Preocupados por su rápida propagación
Lo más preocupante, de momento, es la rapidez con la que se está propagando. Es decir, su aparentemente mayor capacidad de transmisión. Alertan de ello, y con gran preocupación, los científicos sudafricanos que la han detectado. “¡Esta nueva variante, B.1.1.529, parece extenderse muy rápido! En menos de dos semanas domina todas las infecciones, tras una devastadora ola de delta en Sudáfrica (nueva variante azul, ahora el 75% de los últimos genomas y pronto llegará al 100%)”. Y muestra un gráfico que resulta muy elocuente.
Lo cierto es que el jueves no llegaban a una decena los casos secuenciados en Sudáfrica, y el viernes ya eran un centenar. Eric Topol también se ha referido a ello. “La rapidez con la que se está propagando en Sudáfrica y en Botsuana es preocupante”, advertía en declaraciones a CNN.
Pero es cierto, también, que gran parte de esos casos están asociados a un mismo brote. “No parece que sea una variante que esté arrasando, de momento. Es cierto que está aumentando rápido, pero en un contexto en que la incidencia era muy baja. Siempre hay que ver el contexto”, apunta González-Candelas. “Está asociada a un brote, en el que se detectan muchos casos, pero la variante no está desorbitándose de momento”.
Aun así, el científico también deja claro que, a una variante con este perfil genético, sea “horrendo” o no, “hay que vigilarla más y detectar a tiempo cualquier cambio. Porque el riesgo potencial es más alto”.
¿Cómo se vigila esta variante?
Los científicos sudafricanos están trabajando contrarreloj para seguirle la pista a esta nueva variante, saber más sobre ella y poder detectar a tiempo nuevos casos, es decir, tratar de contenerla. No es fácil. González-Candelas nos explica cómo lo están haciendo. “Las pruebas (que se hacen a los casos sospechosos) pueden indicar que una muestra contiene esta variante, porque da fallo de diagnóstico, al igual que en su momento ocurría con alfa”. La PCR, entonces, es clave para poder identificarla rápido.
Pero ¿qué significa que esta variante de un fallo de diagnóstico? “Una de las mutaciones que tiene es la deleción de los aminoácidos 69 y 70, y ahí, en según qué pruebas diagnósticas, la prueba falla”, explica el experto en secuenciación. “Normalmente se hacen tres PCR, y en una de ellas su diana cae en una zona que en esta variante, al igual que en alfa, esta delecionada. Es decir, que en esa zona el virus no se amplifica, y por tanto la PCR no detecta que esté ahí el virus”. Esto es clave.
Porque “si ven un fallo de detección de la proteína S, si dos de las tres PCR te dan positivas y una te da negativa, eso ya es un indicio de que puede tratarse de esta variante”. Y detectándola así, puedes ver si se está extendiendo mucho o no. González-Candelas advierte: “Podría tratarse de alfa también, cuando ocurre esto, te daría el mismo patrón, pero alfa no está circulando”.
Después de detectar un fallo de diagnóstico como este, “hay que secuenciar, para verificarlo”. Es decir, secuenciar esas muestras para confirmar que efectivamente se trata de esta nueva variante. El proceso de detección es complejo y laborioso. Y estamos hablando de África. Tulio y su equipo, de hecho, están pidiendo ayuda desesperada a través de Twitter para poder hacer frente a esta nueva variante en mejores condiciones. Porque los riesgos de que se extienda más allá de sus fronteras, recuerdan los científicos, nos afectan a todos.
“Si no contenemos el virus en todo el mundo, eventualmente veremos variantes peores que delta. ¿Puede ser esta? No lo sabemos, pero si no fuese esta, en los próximos meses veremos algo que compita con delta por dominar el mundo”, zanja Eric Topol. Avisados estamos.
Actuar antes de tener confirmados los riesgos de ómicron
Otros, como el experto en genómica y secuenciación de FISABIO Fernando González-Candelas, son mucho más cautelosos y creen que tanta alarma es desproporcionada. “Hay que seguirla para ver cómo se comporta, pero creo que no debemos estar preocupados por ella, de momento. La reacción de la UE me parece exagerada, hasta que no se vea exactamente el efecto que tiene esta variante”. En otros capítulos de la pandemia el problema fue actuar tarde. Ahí residen las dudas.
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Pirata Oscar
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