lunes, 22 de noviembre de 2021

Tercera dosis de la vacuna para todos: por qué y para qué sería necesaria

 

 

  • Se trata, sobre todo, de reforzar la protección de la vacuna frente al contagio, porque va decayendo con el tiempo

  • Los anticuerpos neutralizantes, que son los que bloquean la infección, van decayendo con el paso de los meses

  • Las personas vacunadas se pueden infectar, pero son menos contagiosas: "Tienen niveles más bajos de virus, en general, y lo eliminan más rápido"

 

Cada vez parece más claro que todos nos pondremos una tercera dosis de la vacuna de la covid, no sólo los mayores. Ya se ha anunciado también para sanitarios y mayores de 60. Y se habla incluso de que pueda acabar convirtiéndose en una dosis anual de recordatorio de la vacuna, similar a la de la gripe. Sobre todo, para las personas más mayores y con patologías. Pero ¿por qué es necesaria esta tercera dosis? ¿para qué es útil?

Lo primero que habría que tener claro es que no se trata de que, pasados unos meses, las dos dosis que nos pusieron en su día (o una, en el caso de Janssen) ya no estén siendo válidas cuando nos cruzamos con el virus. Lo son. No tanto como cuando nos las pusieron, pero lo son. Porque la protección que ofrecen no es única, es de distintos tipos, y varía con el tiempo.

Lo explica muy bien, en un tuit reciente, el inmunólogo José Gómez Rial. La “diferencia entre inmunidad protectora que evita la reinfección y la memoria inmunológica, que evita la enfermedad grave”. Y se ve muy claro cómo actúa cada una, en el gráfico que acompaña a su tuit. La primera dura meses, la segunda, años. 

 

 


 

 

En esta imagen se indica la diferencia entre inmunidad protectora (evita reinfeccion o es inaparente) y la memoria inmunológica (evita enfermedad grave)

 

Explica Gómez Rial que “los altos niveles de anticuerpos tras la vacunación impiden la infección, bloqueando la entrada del virus, pero es normal que tras un tiempo desaparezcan (más aún en mucosa respiratoria)”. Los anticuerpos neutralizantes -que, como su nombre indica, son los que neutralizan al virus- van decayendo con el paso de los meses. ¿Cuánto? No está claro del todo, pero se estima que a partir de los seis meses se debería poner esa dosis de refuerzo, para restaurar ese decaimiento.

El inmunólogo recuerda también que hay otra respuesta además de la de anticuerpos, que es la celular, y esa nos protege durante mucho más tiempo. Es la que está evitando, de hecho, que, aunque nos contagiemos estando vacunados, acabemos en la UCI o falleciendo. “La memoria inmunológica (celular) perdura mucho más tiempo, y no evita la infección pero evita lo más importante: la enfermedad grave”, explica Gómez Rial.

 

Protección en mucosas y memoria inmunológica

La vacuna nos protege de la muerte y la hospitalización por covid, pero no es esterilizante, ninguna de las que hay actualmente lo son. Es decir, que podemos infectarnos y ser transmisores del virus, además, asintomáticos. De ahí la necesidad de seguir usando mascarilla en interiores y tomando otras medidas de protección. Esto es algo que ya sabíamos cuando nos pusieron las dos dosis, pero que conviene recordar de cara a la tercera.

Para empezar, “una persona vacunada tiene menos probabilidades de contraer COVID”, advierten. Si se infecta menos, contagiará menos, claro. Pero es que, aunque se infecte, es menos contagiosa que otra persona no vacunada, aseguran. Y explican por qué. 

Explican que lo que ocurre es que las personas vacunadas “eliminan el virus más rápido, tienen niveles más bajos de virus, en general, y pasan menos tiempo con niveles de virus muy altos”. Es decir, la carga viral máxima en un momento dado puede ser similar en vacunados y no vacunados, pero en general es más baja y dura menos en su organismo, por lo que son contagiosas durante menos tiempo.

“Por lo tanto, es probable que las personas vacunadas, de media, sean menos contagiosas”, concluyen los autores del artículo. Y ello supone, aseguran, “una propagación significativamente menor del virus a través de una comunidad altamente vacunada”. Si enlazamos esto con el hecho de que la protección frente al contagio va decayendo con el tiempo, podemos dar respuesta a las preguntas iniciales sobre la necesidad de la tercera dosis.

El médico intensivista Alberto García-Salido también recuerda en twitter el importante papel de las vacunas para frenar la transmisión. Y lo resume así de claro: “Sin ellas, esto aún sería una carnicería”. Está claro que cuanto más impidamos la transmisión, menos circulación de virus habrá, y cuanto menos circule, menos restricciones habrá que tomar y más “normal” será nuestra vida. Que es el objetivo final de las vacunas. 

 

 

TODA LA INFORMACION LO HE ENCONTRADO EN LA PÁGINA OFICIAL DE Nius

 


   Pirata Oscar 

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