jueves, 24 de marzo de 2022

LA RAZÓN Y LA CULTURA 23 (Estas 10 expresiones que usamos coloquialmente, tienen su origen en la vida militar)

 

Martes y como no toca una entrada de LA RAZÓN Y LA CULTURA vamos con dos nuevos artículos Estas 10 expresiones que usamos coloquialmente, tienen su origen en la vida militar y el otro ¿Cuál es el origen del libro?.

 

 

Estas 10 expresiones que usamos coloquialmente, tienen su origen en la vida militar

 

El castellano es una lengua viva. Y se alimenta de las vivencias de quien lo habla. Por eso, no es de extrañar que un pueblo que se ha pasado en guerra la mayor parte de su historia, haya adoptado muchas de estas expresiones en el habla popular 


 Algunas de las expresiones más utilizadas coloquialmente en la actualidad tienen su origen en el mundo militar | Fuente: Captura de la película "Alatriste"

 
Algunas de las expresiones más utilizadas coloquialmente en la actualidad tienen su origen en el mundo militar | Fuente: Captura de la película "Alatriste"

A lo largo de los siglos, el devenir de la historia ha colocado a infinidad de españoles en la difícil tesitura de la guerra. Y como el lenguaje bebe de lo que vive quien lo habla, muchas de las expresiones que utilizamos en nuestro día a día, han resultado ser producto de aquellas campañas.

Por ejemplo, expresiones como “poner la pica en Flandes”, “no hay moros en la costa” o “dejar en la estacada” son producto de eventos, hábitos o costumbres del mundo militar, que -con el tiempo- fueron asimiladas por el lenguaje común. A continuación podrás encontrar algunas de las expresiones más utilizadas coloquialmente en la actualidad y que tienen su origen en el mundo militar:

 

1. Dormirse en los laureles

Esta frase significa abandonarse o dejar de esforzarse tras haber conseguido una victoria. La expresión tiene su origen en la antigua costumbre de condecorar con una corona de laurel a aquel militar que hubiese destacado por su valor o por su talento militar. Al parecer, era común que después de recibir este solemne galardón, esta persona dejase de esforzarse porque ya había conseguido aquello que ambicionaba, que era el reconocimiento.

 

2. Leer la cartilla

La expresión significa reprender o echar la bronca. Surge de la práctica de entregar un pequeño cuaderno con las normas comportamiento y de disciplina a cada nuevo soldado que se unía a la tropa. Cuando a un soldado le leían la cartilla, le estaban recordando qué se podía y qué no se podía hacer.

 

3. Ser de la misma quinta

Significa “tener la misma edad”. El término se remonta al siglo XV. Surgió a raíz de un decreto del rey Juan II de Castilla por el que una quinta parte de los varones de su reino debían hacer el servicio militar. Y para alcanzar ese cupo, más allá de los que se habían presentado como voluntarios, había que escoger al resto de muchachos. Y para hacerlo, se quintaba. Es decir, se hacía un sorteo en el que salía el nombre de uno de cada cinco varones nacidos en un año. De ahí la expresión “ser de la misma quinta para referirse a quienes comparten año de nacimiento.

 

4. Mandar a la porra

Durante la instrucción, el tamborilero mayor del regimiento portaba un bastón conocido como porra. Este se clavaba en el suelo, marcando la posición a donde mandaban a los soldados que recibían algún castigo. De ahí la expresión de “mandar a la porra”.

 

5. Dar cuartel

Significa conceder un trato de favor a alguien que está enfrentando una dificultad. En algunas ocasiones, los altos mandos de los ejércitos contendientes pactaban una zona de exclusión a donde irían a parar aquellos soldados rendidos. A esta zona de refugio se le denominaba “cuartel”. Y para ser apartado de la batalla, lo único que había que hace era gritar “¡cuartel!”. Tras lo cual, quien lo había gritado pasaba automáticamente a ser prisionero de guerra del bando contrario. En consecuencia, surgió también la expresión “no dar cuartel”, que significa no ser benévolo y no tener piedad con el adversario. Luchar hasta las últimas consecuencias.

 

6. No dar un palo al agua

Esta expresión significa ser un vago. Surge de la acusación que se le hacía a aquellos remeros más holgazanes, que solo fingían impulsar los remos, mientras se dejaban llevar por el trabajo del resto de marinos. “No dar un palo al agua” significa, en consecuencia, que una persona está holgazaneando.

 

7. Se te ve el plumero

Se utiliza para señalar a quién -sin querer- ha dejado entrever sus verdaderas intenciones. En el siglo XIX, surgió una unidad llamada las Milicias Nacionales, que luchaba a favor del bando liberal y en contra del bando absolutista. A los soldados que integraban esta unidad se les reconocía fácilmente porque lucían unos llamativos penachos en sus morriones. Y tras su disolución, los absolutistas empezaron a utilizar esta expresión para señalar a aquellos liberales que ocultaban su pasado o sus ideas.

 

8. Se armó la de San Quintín

El 10 de agosto del año 1557, los españoles vencen a los franceses en la localidad de San Quintín, al norte de Francia. El sufrimiento de ambos bandos durante el combate dio lugar a la conocida frase: “Se armó la de San Quintín”, que se utiliza para describir una gran trifulca o polémica.

 

9. Dejar en la estacada

En la antigüedad, era común colocar en primera línea unos obstáculos fabricados de estacas afiladas. De forma que la caballería quedase totalmente anulada frente a ellas. Dejar en la estacada hace referencia a aquellos soldados que dejaban abandonado a un compañero que había impactado con aquellas estacas.

 

10. Pasarlas canutas

La canuta es el documento que se le entregaba a cada soldado recién licenciado tras cumplir su periodo de servicio militar. Y era común que los soldados tuviesen problemas para reincorporarse a la vida civil. De ahí la referencia a quién está atravesando por un mal momento de su vida, ya sea por un asunto laboral, personal o económico.



¿Cuál es el origen del libro?

 

Desde Mesopotamia hasta la antigua Roma, el nacimiento del primer libro de la historia no fue algo puntual, sino distendido en el tiempo

 


FOTO: La Razón (Custom Credit)

Gracias a los libros tenemos conocimiento de quiénes fuimos, somos o podríamos ser. Las páginas de enciclopedias, diccionarios, novelas, ensayos, textos históricos o poemarios han servido siempre como forma de aprendizaje, estudio y supervivencia del a inteligencia humana. No obstante, los libros no nacieron a la par que el hombre, sino que también tiene su origen, su creación paulatina y sus correspondientes antecesores. De hecho, existe un volumen exacto que se considera como el primer libro de la historia y que cuenta con su relato propio en cuanto a sus orígenes.

Si seguimos el criterio de la Unesco, que definió lo que era exactamente un libro con fines estadísticos, este debe cumplir las siguientes características: debe ser una publicación no periódica, debe tener como mínimo 49 páginas y estar editado en el país y puesto a disposición del público. Con esto, viajamos hasta la antigua Mesopotamia para hablar del primer volumen de la historia. Según los expertos y estudiosos, la forma de libro más antigua eran aquellas pequeñas tablillas de arcilla, madera o marfil que se utilizaban como soporte para la escritura. Con el paso del tiempo, llegamos a Egipto, donde se cree que se comenzó a utilizar la tinta por primera vez, así como el soporte de papiro, el más similar al papel.

De esta manera, los historiadores consideran estos escritos como la segunda forma de libro en la historia, hasta llegar a Grecia, donde se empezó a utilizar el papiro hacia el siglo VII a.C., así como en Roma se comenzó a usar el pergamino. Con esto, hay quienes señalan como el origen del libro de una manera más exacta directamente en la Edad Media, antes de que Gutenberg inventase en 1440 la imprenta. En esta época, fue la Iglesia la que se ocupó de transmitir el conocimiento de manera escrita, y eran los monjes en los monasterios los encargados de leer, copiar y conservar los manuscritos.

Posteriormente, llegó la invención de la imprenta, y con ella el primer libro impreso de la historia. Gutenberg, también conocido como “el padre de la imprenta”, desarrolló su moderna técnica de impresión a través de moldes con hierro y completó la primera impresión que se conoce: la “Biblia de Gutenberg de 42 líneas”. Así, desde entonces, han surgido -y continúan haciéndolo- una cantidad inimaginable de libros, repartidos por todos los rincones del mundo. Un objeto respetado y necesario para nuestro día a día, cuyo valor es tal que también cuenta con su día de celebración internacional: el 23 de abril, fecha establecida por la Unesco en 1995, en conmemoración de la muerte de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y Garcilaso de la Vega, pilares de la literatura universal.

 

 

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 Pirata Oscar 

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