Sensacional actuación del navarro de 21 años que se codeó con los mejores del mundo en la final del Belgrado y se quedó a cuatro centésimas del bronce. Oro para Holloway.
Asier Martínez llevaba dos años corriendo siempre bien. Sale a la pista y todo fluía. Es un fino estilista de la velocidad en vallas, un talento puro para deslizarse sobre los obstáculos sin ni siquiera tocarlas. En Belgrado, la salida nula de un rival le sacó de la concentración y sufrió. Cuarto en su serie (con 7,67), pero clasificado para semifinales como el mejor tiempo. Siempre amable y dispuesto, pidió no hablar con la prensa hasta la tarde, pero en Teledeporte sí dijo que no había corrido bien.
Tampoco le salieron las cosas como se esperaba a su amigo-rival Enrique Llopis. 7.76, sexto en su serie y eliminado. 12º a tres centésimas del sexto tiempo que daba billete a la penúltima ronda. "El domingo me hice un esguince y no podía dar el 100%. No tengo fuerza en el pie, tengo mucho dolor y he decidido correr por disfrutar de un Mundial. Ahora a seguir, a recuperarme y a por el aire libre", explicaba el atleta de 21 años, los mismos que el de Zizur Mayor.
Llegaba el momento de las semifinales, el todo o nada, y la serie de Asier asustaba sólo con ller los adversarios. Holloway, Pozzi, Martinot-Lagarde, Czykier, Fofana... Dos puestos directos para la final y otros dos a repartir entre los mejores terceros o cuartos de las tres series. Billete carísimo se queda corto. Triunfo de Holloway con 7.29 igualando su récord del mundo para evidenciar lo caro que era. Asier corrió de forma espectacular para entrar tercero, tras el francés Martinot Lagarde, con 7.55, igualando su mejor marca en pista cubierta. Espectacular el navarro que veía la opción de entrar en la final.
"Aún sigo sin entender qué ha pasado esta mañana. Ahora me he encontrado en el estado en el que venía y estoy muy satisfecho y feliz. Estar en la final del Mundial es un gran resultado y más teniendo en cuenta que no es en realidad mi prueba, que son los 110. La serie era durísima y correr junto a estos fenómenos es un aliciente. Hacerse un nombre en el atletismo no es fácil y en la salida había unos cuantos. Ahora en la final no tengo nada que perder, lo voy a dar todo y a ver qué sale. Espero que no me intimide ver a los rivales", decía a AS.
Llegó el momento definitivo, la final. El momento de máxima tensión. Y
Asier volvió a demostrar que tiene un futuro portentoso tras pelear de
tú a tú con los mejores del mundo y acabar cuarto con 7.57 por el 7.39
del oro, el norteamericano Grant Holloway, el 7.50 del francés
Martinot-Lagarde y el 7.53 del otro estadounidense, Jarret Eaton.
RELEVOS 4X400
En las chicas, Sara Gallego, Geena Davis, Carmen Avilés y Laura Bueno. Pasaban dos por serie semifinal, pero pese al tremendo esfuerzo de las cuatro atletas no pudieron escapar de la última plaza en una potente serie ganada por Estados Unidos seguida por Países Bajos. El tiempo del relevo español fue de 3:35.01.
Puestos de finalista para Martín (800) y Diame (longitud)
La salmantica acabó en la octava posición en Belgrado con 2:03.93, mientras que la valencina fue séptima en el salto horizontal con 6,71.
Fátima Diame llegaba sin hacer ruido al salto de longitud con la idea de pasar la mejorar y firmar puesto de finalista. El nulo del primer salto dio paso a un buen 6.60 que le aseguraba prácticamente el objetivo planteado a la pupila de Iván Pedroso. En el tercero se fue hasta 6,71 (su mejor marca de 2022). El objetivo parecía crecer aunque el nivel del resto también crecía. Finalmente, Diame fue 7ª, otro puesto de finalista para España, en el oro de la ídolo local, la serbia Ivana Vuleta (7,06).
Otra española que se va de Belgrado con plaza de finalista es Lorena Martín. La salmantina de Peñaranda de Bracamonte, que se metía en la final por dos milésimas, peleó pero no pudo escapar de la última posición en la final de 800 metros con un tiempo de 2:03.93 en la victoria de la estadounidense Wilson (1:59:09). Brillante campeonato de la española, que suma otro puesto de finalista al botín de la RFEA.
Campeonato del Mundo de atletismo en pista cubierta - Día 2Lorena Martín. SportMedia / Europa Press (Europa Press)
Yulimar Rojas revienta el récord del mundo de triple salto
La prodigiosa venezolana gana el oro en Belgrado con un brinco de 15,74, el mayor vuelo de la historia: 31 cm por encima del récord indoor y siete del absoluto. Peleteiro, 8ª
Yulimar avanza con su imponente presencia y unos cascos a volumen desmesurado con salsa, vallenato, merengue o reggaeton desde sus 192 centímetros. La venezolana de 26 años, nacida en Caracas y afincada en Guadalajara desde noviembre de 2015, podría haber sido estrella del voleibol o la reina del salto de altura, pero escogió el triple y se ha convertido en la mejor de la historia, lo que podría repetir próximamente en la longitud. En Belgrado, a las 11:06 de la mañana y sin aparente esfuerzo voló hasta 15.19 en el primer intento. Cara de no estar nada contenta, gestos a Iván Pedroso de algo relacionado con el ruido... y medalla de oro porque su brinco es inalcanzable para ninguna de sus rivales.
El prodigio, que adora a los superhéroes y disfruta de los momentos siempre medidos con reloj caribeño, llegaba a Serbia para sumar un nuevo título, y de paso, romper su propio récord indoor de 15,43 (en Tokio batió el absoluto al volar hasta 15,67 rompiendo el 15,50 de Kravets de 1995). En Gallur, hace pocas semanas se quedó a dos centímetros. Le quedaban cinco saltos por delante a la guerrera optimista que vive al ritmo de su música y exprime su talento en las pistas de la Fuente de la Niña, junto al maravilloso y talentoso grupo familiar creado por el cubano entre los que está Ana Peleteiro.
Ana Peleteiro. PEDJA MILOSAVLJEVIC (AFP)
La gallega de Ribeira (02/12/1995), la mejor saltadora de la
historia de España, quería compartir podio con su amiga, como hicieron
en los Juegos, oro y bronce. Primer salto y brinco hasta 14,30.
Buena sensación a 23 centímetros del podio provisional. Habla al foso,
maldice, desea, incluso reza... Es una transformación que transmite
verdad, como también hace en la distancia corta dialéctica. Fiel a su
máxima de "trabajo, trabajo y trabajo" siempre hay que pensar y confiar
en ella ya que habitualmente da lo mejor de sí en los momentos más
complicados y límites. El segundo brinco fue más corto (14,08), el
tercero nulo y el cuarto 14,25. El quinto debía ser el de enganchar las
opciones... pero fue nulo. Ana miró a Iván, algo no estaba como ella
deseaba. Sólo faltaba un intento. Carrera veloz, apoyo correcto en
tabla... pero el tercer salto no llegó a fluir y Ana cayó de pie sin
desplegar sus piernas. Octava posición final para la española,
puesto de finalista mundial. "A veces se gana y a veces se aprende. Lo
dejé todo en la pista pero no somos máquinas y a veces fallamos.
He tenido cosas personales que te pueden afectar, pero he entrenado muy
bien. A veces las piezas del puzle encajan y otras no", explicaba Ana.
Volverá a pelear por metales, que nadie lo dude.
Con el oro colgado del cuello de Yulimar, la venzolana de 26 años hizo un segundo salto muy largo... pero nulo. En el tercero volvía a superar los 15 metros que el resto mira con deseo: 15.04. Quedaban tres más para asaltar la plusmarca mundial. Otro nulo larguísimo y cercano al récord en el cuarto para despegar hasta el 15,36 en el quinto brinco. Faltaba la escena final, el momento culminante del máximo brillo en la escena final. El estadio fijó sus ojos en Yulimar, palmas acompasadas dirigidas por la propia directora de orquesta saltadora y... ¡15,74! El salto más largo de la historia, el atletismo nunca había visto nada parecido. Prodigiosa. 31 centímetros por encima del récord del mundo y 7 mejor que el increíble vuelo de Tokio. Y un metro más que sun inmediata acompañante en el podio. "Estoy feliz y contenta por mi tercer título mundial y encima con récord del mundo".
World Athletics Indoor Championships BERNADETT SZABO (REUTERS)
La plata fue la ucraniana Bekh-Romanchuk que logró 14,74, marca personal, y explotó en lágrimas para abrazarse con su entrenador con todo lo que está sucediendo en su país revoloteando su cabeza en ese momento. De hecho cogió la bandera de Ucrania y la besó antes de realizar su último salto. La plata le sabía a maravilloso homenaje a ese pueblo que está sufriendo la atrocidad por parte rusa. El bronce se lo llevó la jamaicana Kimberley Williams (14,59).
Etiopía reina con doblete en el 3.000 con Mechaal en 7ª plaza
Barega y Girma no dan opción con un impresionante esprint a dúo en los últimos 250 metros mientras el español debe conformarse con plaza de finalista.
Quince aspirantes para sólo tres medallas. La final del 3.000 de Belgrado estaba llamada a ser una batalla del dúo etíope Barega-Girma contra el mundo... entre ellos, Adel Mechaal. El barcelonés de adopción llegaba con el récord de Europa en el bolsillo y una sensación extraña, atribuido al mal descanso, en la ronda que daba los billetes para la final.
Disparo de salida, quince vueltas por delante a la pista cubierta del Stark Arena serbio y ritmo pausado de salida con Mechaal liderando con paso parmonioso. Eso duró 200 metros porque Selemon Barega consideró que eran demasiados en el grupo. Cogió la cabeza y empezó a marcar un ritmo que calentaba las piernas y forzaba a seguir al de delante en fila de a uno.
Los kenianos Krop y Erenyo siguieron los pasos de su compañero de continente... pero su paso por los puestos de cabeza sólo sirvió para que el ritmo disminuyese. Respiro para todos. Turno para el marroquí Talbi tras cruzar el primer kilómetro en 2:35.39. El segundo mil se pasó en 5:14 y Mechaal, que daba la sensación de arrastrar demasiado algunos pasos en algunos momentos, aguanta entre los ocho que se iban escapando.
La calma tensa desencadenó una tormenta a falta de 250 metros con los explosivos etíopes tomando la cabeza y disparando su tremendo potencial para firmar el doblete esperado: Barega-Girma. 7:41.38 para Seremon y 7:41.63 para Girma. Mechaal apretó los dientes pero únicamente pudo acabar séptimo, puesto de finalista, con 7:43.60. El bronce fue para el británico Marc Scott.
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Pirata Oscar
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