Rafa Nadal realizó este lunes el tradicional posado para los medios con la Copa de los Mosqueteros en París con la Torre Eiffel de fondo.
Rafa Nadal ha cumplido este lunes con la última de las tradiciones que él ya ha convertido en rutina tras conquistar su decimocuarto título de Roland Garros.
Nadal ha posado para los medios con la Copa de los Mosqueteros, el trofeo que se le entrega al campeón del cuadro individual masculino de Roland Garros, y lo ha hecho sobre uno de los puentes del río Sena con la Torre Eiffel de fondo.
Este posado pone el broche a un Roland Garros histórico para Rafa Nadal en el que el tenista español ha logrado superar a exigentes rivales como Felix Auger-Aliassime, Novak Djokovic, Alexander Zverev (se retiró por lesión en el partido más difícil para Nadal en el torneo) y a Casper Ruud en la final y donde ha logrado mitigar como ha podido el problema crónico en el pie izquierdo que tantas dudas sobre su futuro ha generado en estas últimas dos semanas en París.
1 ⃣ 4 ⃣ títulos en #RolandGarros -- en este último día del torneo
que es nuestra estadística del día por @Infosys ¡Qué espectáculo, Rafa!
Un último día histórico
Ponte al día con los mejores momentos con Roland-Garros Daily
Contar tu vida a través de Nadal
¿Qué contar a estas alturas de Rafa Nadal sin caer en la repetición, en la redundancia, en la loa conocida, en el piropo mil veces narrado? ¿Qué decir a estas alturas de Nadal si es necesario que el speaker de los torneos llegue un cuarto de hora antes sólo para enumerar su palmarés, como versículos de la Biblia? Se ha escrito tanto sobre él que lo verdaderamente original es no escribir nada.
Quizá lo más sencillo para entender su gesta interminable es contar lo que le ha pasado a España desde que Nadal se hizo con su primer Ronald Garros en el año 2005. Por ejemplo, han pasado cuatro presidentes del Gobierno. Hemos asistido al declive del bipartidismo, a tres mociones de censura, al nacimiento de varios partidos de ámbito estatal, el fervor del 15-M, a la abdicación de un Rey, a un referéndum en Cataluña. Celebramos el fin de ETA, un Mundial, una Eurocopa, la gran ola feminista. Nos estremecimos con otro atentado yihadista, con un accidente del Alvia. Nos peleamos en Tuenti, felicitamos en Facebook, nos reímos en Twitter, hicimos acopio de autoestima en Instagram, bailamos ridículamente en TikTok. Entramos en una crisis, no sé si alguna vez llegamos a salir, volvimos a entrar. Asistimos a la llegada del ébola, al terror de una pandemia mundial. Conocimos a la generación Z. Aprendimos a colocarnos las mascarillas sobre las gafas.
También es sencillo contar tu vida propia a través de las imágenes de Nadal restregándose por el suelo naranja de la pista francesa. A mí, por ejemplo, me ha dado tiempo a terminar la carrera de periodismo, encontrar trabajo, publicar tres libros, ver nacer a un sobrino, ir al entierro de tres de mis abuelos, leer el discurso en la boda de mi mejor amiga, vivir en tres países. Todas las vidas se pueden contar a través de los Roland Garros de Nadal, siempre presente, inmutable. Probablemente en el año 2005 pensábamos que qué podría conseguir más si con 19 años ya había conseguido lo más complicado. No sabíamos que lo que nos iba a conceder, 17 años después, era el regalo del tiempo.
ROLAND GARROS
Nadal: "No puedo seguir jugando en estas circunstancias"
Nadal, tras levantar su 14º Roland Garros, explicó que se someterá a un nuevo tratamiento en su pie tras jugar el torneo con anestesia en dos nervios.
Rafa Nadal alzaba los brazos, lanzaba la raqueta, alguna lágrima caía por sus mejillas... El 22º título de Grand Slam, el 14º Roland Garros, ya estaba en su poder y el balear de 36 años había completado un trabajo que recordaba a las 12 pruebas de Hércules. Minutos después, el español tomaba la palabra en la ceremonia de entrega de trofeso tras derrotar al noruego Casper Ruud por 6-3, 6-3 y 6-0 tras en cadenar once juegos consecutivos.
"Casper, es un placer jugar una final de Roland Garros contigo, quiero felicitarte por la carrera que estás teniendo y por estas dos semanas. Estoy feliz por ti y por tu familia, te deseo lo mejor para el futuro", comenzaba Nadal antes de dirigirse a los suyos: "Equipo, familia, son increíbles las cosas que están pasando este año, os quiero agradecer todo, sin vosotros nada de esto sería posible. Especialmente en los momentos difíciles, durante las lesiones vuestro apoyo me ayuda mucho, sin él me habría retirado hace mucho. Gracias a todos los que hacen posible este evento, para mí es el mejor torneo del mundo y estando aquí hacéis que me sienta como en casa".
El ganador de 22 Grand Slams, 14 Roland Garros, daba respuesta a lo que todos querían oír: "Personalmente, es muy difícil describir los sentimientos que tengo. Nunca creí que estaría aquí con 36 años siendo competitivo, jugando una vez más en la pista más importante de mi carrera. Me da mucha energía para seguir adelante, gracias a París y a todo el mundo. Para mí, es increíble jugar aquí, es muy bonito. No sé qué pasará en el futuro, pero voy a seguir luchando". Una hora después, el balear apareció en rueda de prensa, donde valoró su victoria y explicó los pasos a seguir para solucionar sus dolencias en el pie.
Pregunta: Dado todo lo que ha sucedido, ¿es su triunfo más inesperado?
Respuesta: Para mí, tener este trofeo a mi lado significa todo. Ha sido una victoria emotiva, inesperada de algún modo. Estoy muy feliz. Han sido dos grandes semanas, desde el principio he ido mejorando día a día y he terminado jugando una buena final. Quiero agradecer a todo el mundo su apoyo en cada día.
¿Cómo ha sido enfrentarse a Ruud?
Casper es un gran jugador, tiene una posición alta en el ranking y mejora cada año. En el pasado era un gran jugador de tierra, y ahora lucha en todas las superficies. Lo más importante en el deporte es el valor del trabajo diario, y él lo tiene. Hoy ha sido un día difícil para él, pero estoy seguro de que ha sido un gran momento para Casper y su familia. Me encantaría verle con el trofeo en el futuro.
¿Cuál es su mentalidad para el futuro? ¿Cómo de difícil ha sido jugar con el pie así?
Nada cambia en mi mente, como he dicho en los días previos, es obvio que con las circunstancias en las que estoy jugando no quiero y no puedo seguir. Voy a seguir tratando de buscar una solución y una mejora a lo que sucede. Han sido dos semanas en las que no he querido hablar del pie, quería estar centrado en el tenis y en los rivales. He sido capaz de jugar con infiltraciones en el nervio para dormir el pie, que es por lo que he podido jugar, porque mi doctor ha puesto anestesia en los nervios para que no sienta el pie. Es un gran riesgo para torcerte el tobillo o que se produzcan otros daños. Roland Garros es Roland Garros y quería intentarlo, era la única manera de darme una oportunidad aquí. No puedo agradecer lo suficiente a mi doctor lo que ha hecho por mí durante mi carrera. Pero es obvio que no puedo seguir compitiendo con el pie dormido. Ahora, sabiendo que durmiendo dos nervios mejora la situación, podemos hacer un tratamiento para crear esta sensación de un modo permanente. Es lo que tenemos planeado hacer la semana que viene. Habrá una inyección de radiofrecuencia en el nervio y buscaremos que tenga el impacto que tengo ahora mismo en el pie. Si funciona, seguiré adelante. Si no funciona será otra historia, y me preguntaré si soy capaz de hacer otras cosas como una importante operación que requiere mucho tiempo y no me garantiza volver bien. A ver cómo funciona lo primero, espero que vaya más o menos bien y que pueda quitar el dolor que tengo. Si eso sucede, a ver si puedo estar en la gira de hierba.
¿En qué consiste exactamente el tratamiento?
Ahora vamos a hacer un tratamiento que es una intervención en los dos nervios que han ido bien y me han quitado el dolor. Consiste en unas inyecciones con radiofrecuencia pulsátil que me podrían ayudar a disminuir la sensación en el pie. Si se consigue quitar esa sensación de dolor permanente, el objetivo es dejar el nervio medio dormido, aunque me deje el pie con poca sensibilidad. Si me disminuye mucho el dolor sería el objetivo. Ojalá así sea.
¿Este tratamiento hará que se pierda Wimbledon?
Iré a Wimbledon si mi cuerpo está listo para ir a Wimbledon. Es un torneo que no quiero perderme, nadie quiere perdérselo. He vivido grandes emociones allí y tengo un gran respeto por el torneo. Si quiero estar en Wimbledon, por supuesto, pero todavía no puedo dar una respuesta clara sobre ello. No sé cuántas inyecciones he tenido estos días, un par antes de cada partido.
Si el tratamiento no funciona, ¿jugaría Wimbledon como lo ha hecho aquí?
No seguiré infiltrándome en Wimbledon. Con antiinflamatorios puedo seguir jugando, pero no con inyecciones que anestesian el pie. No quiero ponerme en esa situación de nuevo. Puede pasar una vez, pero no es una filosofía de vida que quiero seguir. Espero que las cosas vaya bien, seamos positivos y tengamos confianza en el tratamiento.
¿Qué siente y cómo ha vivido el torneo?
Han sido dos semanas emocionantes, todo lo que se ha vivido aquí con un cuadro realmente difícil. He ganado a cuatro top-10, a nivel tenístico es un torneo con gran valor. Tener este trofeo conmigo otra vez... es difícil describir las sensaciones. Si ya es emocionante, lo es más teniendo en cuenta lo de los últimos meses. Empiezo el año fenomenal, cuando parece que todo va fantástico tengo una fractura en la costilla que me aparta de la gira de tierra y la preparación que conlleva. Vuelvo con problemas en el pie porque el parón me va fatal. En Roma iba cojo directamente. Expliqué todo, fui claro, y dije que aquí se podían hacer cosas con el médico. Lo único que se podía hacer era dormir el pie. Se ha hecho un bloqueo a distancia con inyecciones de anestesia en los nervios sensitivos del pie. Juego sin dolor, pero también con cero sensación, como cuando te duermen algo en el dentista o al operarte. Por eso he podido jugar. No quería hablar durante el torneo de las cosas que estaba haciendo y ahora se puede decir abiertamente. Así se ha podido dar una opción de competir. Han pasado dos semanas increíbles, he disfrutado todo lo que he podido sabiendo que era una situación límite. He conseguido aislarme de todos los problemas y poder centrarme en el tenis. Ha sido una victoria muy importante.
A partir de ahora, ¿jugará menos torneos?
Más selectivo no puedo ser, lo dije a principio de año. Si soy más selectivo, dejo de ser tenista. Miras los torneos que he jugado estos 4 ó 5 años y son muy pocos, más selectivo no se puede. Si el tratamiento no funciona, tengo muy claro lo que hay, que son diferentes opciones. Eso me lo reservo para mí, es un planteamiento de vida mío, a ver si compensan según qué cosas. A nivel de plantearme una operación que me podría mejorar pero que no me aseguraría del todo la posibilidad de seguir, tengo que hablar conmigo mismo con mucha calma y tomar una decisión de vida, a ver si compensa estar medio año parado sin una seguridad... No lo sé, no puedo contestar, tendría que tomar una declaración de vida que ahora no estoy preparado para tomar.
¿Merece la pena? ¿Tiene usted un límite ante tanto sufrimiento?
Lo que tengo en el pie no será peor después de infiltrarse, pero hay mayores riesgos de sufrir otros problemas al no sentir una parte de tu cuerpo. Es un riesgo que quería tomar aquí, pero no lo quiero seguir tomando en el futuro. He vivido momentos que estarán en mi memoria siempre, y para mí tenía sentido. Ahora, tengo que tomar la decisión de cuál será la siguiente decisión, y prevalece mi vida. Mi carrera tenística ha sido una prioridad en mi vida, pero nunca ha estado por encima de mi felicidad. Si no soy capaz de seguir, haré otras cosas.
¿Qué significa para el circuito su victoria en estas condiciones?
No hay que hacer ninguna heroicidad de algo que no es. Yo no he jugado con dolor en el pie. El problema es mentalmente aislarte de todos esos problemas. Yo he jugado con condiciones buenas, y ha sido un torneo de nivel alto. Ha ido de menos a más, dije que no llegaba con la preparación adecuada y al principio no era un favorito claro para la victoria. Eso no quiere decir que 8 ó 9 días después no podría serlo. El día que tuve que jugar a mi máximo nivel lo hice, en cuartos contra Novak. El partido de semis estaba siendo complicado y desgraciadamente acabó así, las condiciones para mí no eran las mejores. Hoy hay que dar crédito a lo que ha estado haciendo Casper. Sabía que si hacía las cosas bien, dependía más de mí. Estoy muy feliz por ello.
¿Tenía presente los riesgos de jugar así?
Si uno piensa todo el rato en los riesgos, uno no puede jugar. Cuando uno toma decisiones, se puede equivocar o se puede acertar. En mi carrera se han tomado decisiones, algunas erróneas y otras acertadas. Cuando uno decide, tiene que asumir las consecuencias. En 2016, aquí tenía muchos problemas con la muñeca, jugué con ella dormida y el segundo día me rompí. ¿Me reproché? No, asumí las consecuencias. A veces salen bien y otras veces salen mal. Sabíamos que la muñeca era muy arriesgada y yo presioné más de la cuenta, mi médico no estaba del todo de acuerdo, era un riesgo que no fue asumible. Este año, era un riesgo asumible, se hizo y ha salido bien. Miro al futuro con optimismo, pero también con respeto por cada situación. Confío en que lo que se va a hacer funcione, estoy en un momento bonito de mi carrera, disfrutando del regalo que es seguir jugando a esta edad. No me lo habría imaginado hace 10 años, así que vamos a hacer todas las cosas posibles para seguir.
¿Tiene todavía metas que cumplir? ¿Qué le motiva para el futuro?
Esto no es sobre ser el mejor de la historia o los récords, juego porque me gusta jugar al tenis. Para mí, Novak, Roger y yo hemos cumplido nuestros sueños. Lo que me motiva a seguir no es la competición para ver quién es el mejor. Es la pasión por el juego, tener momentos que estarán conmigo para siempre, jugar en los mejores estadios del mundo. Si no me siento competitivo, no disfruto, eso es así. Pero no es sobre ganar más títulos. Es sobre tener la oportunidad de seguir haciendo lo que hago.
¿Le sorprende lo que ha logrado?
Por supuesto, sorprende ganar 14 Roland Garros o 22 Grand Slam. Si no te sorprende, eres súper arrogante. No había soñado conseguir todo esto. Honestamente, ha sido en base a seguir hacia adelante, trabajando duro día a día en cada entrenamiento, con el objetivo de mejorar aspectos de mi juego. Sin esa filosofía y sin toda la ayuda que he recibido de mi equipo... Todo el mundo que ha estado a mi lado en algún momento me ha hecho aprender, no sólo del tenis, también de la vida.
¿Cómo ha visto el encuentro?
Al principio, estaba un poco nervioso. Mi servicio no funcionaba tan bien como otros días, y he tenido que asegurar más con mi saque. Al principio del segundo set ha habido un momento complicado, pero él ha hecho un par de errores y he podido recuperar el break. He podido parar su racha y he jugado sólido, sin muchos fallos y tomando el control de los puntos.
¿Vale la pena pasar por lo que ha pasado?
A mí me gusta lo que hago, disfruto de jugar al tenis y de competir. Siempre valen la pena los esfuerzos. Siempre tienen su recompensa, si no es a nivel de reconocimiento general es con reconocimiento personal. La mayor satisfacción es la personal, más allá de la mediática, saber que uno se esfuerza para conseguir su objetivo. Volver a casa teniendo la certeza de que has hecho todo lo posible es para mí la mayor satisfacción. Esta es la mejor victoria, la tranquilidad de saber que uno hace todo lo que puede para que las cosas salgan bien. Siempre merecen la pena los esfuerzos. Lo que no se puede es alargar en el tiempo lo que estoy haciendo. Roland Garros es el torneo más importante de mi carrera, no sé cuántos me quedarán por jugar o si ha sido el último, ya se verá qué sucede. Sé que es un lugar mágico para mí, y si en un Grand Slam estás con la cabeza preparada, puedes ganar unos partidos sin estar a tu mejor nivel y puede llegar un momento que dé un click.
¿Es su victoria más especial aquí?
Creo que 2020 tuvo un valor importante, las condiciones no me venían bien y jugué quizás la mejor final que he jugado aquí. No me planteo si este ha sido el mejor torneo. En cada uno hay vivencias y momentos complicados. En 2008, aunque nunca me he considerado invencible, es el año en el que más me acercaba ser muy difícil de batir. A nivel emocional, tiene más valor los años en los que he sufrido más y más cerca he estado de perder.
ROLAND GARROS
Una carrera a contrapié
Rafa Nadal lucha desde sus inicios en 2004 contra el Síndrome de Müller-Weiss, que le hace sopesar ya la retirada por el dolor que le atormenta.
Rafa Nadal, campeón ya de 22 torneos de Grand Slam, ha vivido una carrera plena de éxitos, paradójicamente, siempre con una espada de Damocles sobre su cabeza. Siempre con la amenaza de que su pie izquierdo, afectado por el Síndrome de Müller-Weiss, le obligara a poner punto final a su carrera. ¿De qué se trata? Es una osteocondritis del escafoides, una enfermedad degenerativa en ese hueso de la parte media-superior del pie fundamental para la movilidad. Sin cura, al menos para la actividad de un deportista profesional.
Ya en 2004, en su primer año en el circuito, se retiró del torneo de Estoril en abril por una fractura por estrés (tres meses de baja) en el escafoides del pie izquierdo. Pero un 23 de octubre de 2005 en Madrid, en la final del Masters 1.000 en la que remontó dos sets a Ivan Ljubicic, saltaron todas las alarmas. Ganó su undécimo título del año, pero el problema se agravó. El "bultito" (tiene esa zona del pie deformada y así lo denominaba) parecía que se había partido en dos. Viajó al Masters de Shanghái pero fue incapaz de jugarlo.
Era ese Nadal, siempre dispuesto a la batalla y al intercambio cuerpo a cuerpo, que Agassi definió muy bien: "Nadal está firmando cheques que su cuerpo no podrá pagar". Su equipo decidió viajar a la sede de Nike en Estados Unidos en enero de 2006 (no jugó en Australia) y se vino con unas plantillas especiales y zapatillas a medida para mitigar ese problema, que unido al de la pronación (el pie apoya hacia adentro) empezaba a martirizarle.
UN 42 DE PIE
El balear mide 1,85 y está por los 90 kg de peso, pero sólo calza un 42, por lo que la 'plataforma' que sostiene su cuerpo es pequeña. Según los especialistas en biomecánica, la dolencia del pie es la que ha podido provocar los recurrentes problemas de tendinitis en las rodillas que le han tenido tanto tiempo parado, ya que ha ido modificando sus apoyos naturales. En 2010 se puso en manos del doctor Mikel Sanchez y los tratamientos con factores de crecimiento (infiltraciones de su propio plasma enriquecido) le ayudaron a mejorar.
En el Masters de 2007, Nadal sólo disputó un partido a tres sets (ante Ferrer y perdió) y terminó con el rostro desencajado. "Soy mejor tenista, pero no puedo correr. Nado, corro dentro de la piscina para coger fondo, hago remo, bicicleta, elíptica... Eso se nota, tengo que coger físico a medida que juego partidos", admitía en una entrevista en Shanghái. Su tío Toni fue más allá: "El problema de Rafa es grave, muy grave". "No sé, que decida el médico", llegó a contestar su entonces técnico cuando se le preguntó por el futuro.
Pero Nadal, un estajanovista con mente poderosísima, ha sabido ir adaptando su juego para mitigar el sufrimiento: menos contraataque en carrera, pasos cortos, más agresividad para evitar puntos largos, mejoras con el saque... Un ejercicio de supervivencia que, a la vez, le ha convertido en un tenista con más recursos.
DOLOR INTENSO
Pero el año pasado, el dolor se hizo más intenso. En la semifinal que perdió en París contra Novak Djokovic, pidió que le cambiaran el vendaje que sujeta esa zona del pie. "Tengo el escafoides chafado por la mitad. Se va inflamando y duele. Ya era insoportable y por eso pedí otro vendaje", aclaró. Paró, volvió en Washington 55 días después, pero la sensación no fue buena. "Para mí lo más importante es disfrutar jugando. Y con este dolor no se puede disfrutar", sentenció entonces. Entonces, ya le rondó por la cabeza la retirada. Pero su equipo le animó a seguir. En septiembre se decidió a hacer un tratamiento "un pelín más agresivo" (se le vio con muletas) en Barcelona.
"Vamos a tope y si me rompo, me rompo", les dijo a los suyos, según reveló su entrenador Carlos Moyá. Llegó a Australia y ganó. Otro milagro. "Tengo el escafoides partido por la mitad, es un problema sin solución", dejó claro allí. "Hace mes y medio, no sabía si volvería a jugar al tenis de forma profesional", confesó. "Siempre ha tenido problemas con el pie, pero hasta ahora sólo afectaba en los entrenamientos y en momentos puntuales. Pero llegó un punto en el que los tenía con más frecuencia. No sólo entrenando, también en partidos", contaba Moyá.
Luego vino la fisura en las costillas. Y otro parón que no le sentó nada bien. Antes de llegar a París, todas las luces rojas saltaron en Roma. Frente a Shapovalov el dolor se hizo insoportable. Se le vio totalmente cojo. "No estoy lesionado, vivo con una lesión", aclaró.
No dudó en que iría a Roland Garros. Eso sí, con su doctor, Ángel Ruiz-Cotorro, al lado. El tratamiento continuo (con infiltraciones y anestesia local) le ha permitido jugar. Pero el abuso también perjudica. De ahí la insinuación sobre que podría ser su "último" Roland Garros. Nadal tiene el dolor, y su salud en el futuro, en un lado de la balanza que cada vez pesa más.
TODA LA INFORMACION LO HE
ENCONTRADO EN LA PÁGINA
OFICIAL DEL PERIÓDICO AS,
INFORMACIÓN ADICIONAL DE
TWITTER DEL ROLAND GARROS
TODOS LOS VIDEOS SON DE ALLÍ
No hay comentarios:
Publicar un comentario