Empiezo algo nuevo que espero que sea interesante para la gente que me quiera leer.
Se me ocurrió la idea de hacer un blog nuevo, donde comentar aspectos de un lugar que es parte de mi vida. Que no se quede en el olvido. Con el tiempo le he añadido información de mi población y otras ciudades cercanas.
Cine, televisión, música y actualidad también tienen cabida en este espacio.
Seguro que de aquí saldrá algo bueno, en este pequeño rincón que abierto con toda mi ilusión.
Italia forzó la tanda de penaltis y Edu Lorrio, entrando por Aguirre, detuvo el último de los lanzamientos rivales
Los jugadores españoles celebrando la parada que les dio el oro en la finalEFE
El waterpolo estaba en deuda con la selección española, un equipo que en los últimos trece años había perdido dos títulos mundiales y uno europeo en la tanda de penaltis. A ese desenlace se llegó también en la final contra Italia del Mundial de Budapest, y ahí salió cara esta vez.
El séptimo lanzamiento de los italianos fue atajado por Edu Lorrio,
el portero suplente en este campeonato, que entró en el agua para
romper los esquemas de los lanzadores 'azzurri' y adivinó el tiro a su
derecha del goleador Cannella.
Así se cerró una final que España dominó tres cuartos, pero
que Italia, con su infinitas tablas, llevó al desempate con un parcial
final de 3-0. Si hace tres años el 'settebello' no dio opción a
España en la final del anterior Mundial, en esta ocasión ha prevalecido
una suerte de justicia poética.
Los dos mejores equipos
en la actualidad, en un año postolímpico con muchos cambios en casi
todas selecciones -España es una excepción-, llegaron merecidamente a la
final y honraron lo que estaba en juego con un partido que fue una caja
de sorpresas. España aplicó el libreto que le había llevado tan lejos: una determinación absoluta en el inicio de cada cuarto, en los que sorprendió repetidamente a Italia con goles rápidos que le dieron la iniciativa. Y, sobre todo, esa defensa que había maniatado a sus rivales y el cerrojo echado por el joven Unai Aguirre. Así, con confianza en sus armas, España adquirió
una primera ventaja con un contragolpe de Granados y dos goles de
Munarriz, el primero en superioridad numérica y el segundo desde el
centro del arco de ataque. Pero Italia no perdió el hilo y
aprovechó con sabiduría todas las ocasiones que se le presentaron, en
jugadas de hombre de más o ante el menor despiste español, llevando al
empate el primer cuarto.
El siguente sólo tuvo un color, el azul
del casquete que portaban los españoles. Granados, lo más parecido que
ha dado el waterpolo masculino español a Estiarte, se mostró implacable
en dos ocasiones variando sus lanzamientos. España jugaba con sus boyas buscando las exclusiones italianas y en ese escenario movía la bola hasta fabricar las colgadas. Las aprovecharon primero Tahull (6-3) y más adelante lo haría Martín Famera.
Un desmarque de Perrone puso al inicio del tercer cuarto el 7-3. Los dos equipos aprovechaban sus superioridades para marcar y Campagna,
el seleccionador italiano, se vio obligado a cambiar a su portero
titular Del Lungo por Nicosia. Eso cambió un rumbo del partido
muy favorable a España. El meta atajó cuatro seguidas y su compañeros
ayudaron lo suyo blocando repetidos lanzamientos españoles.
Los jugadores españoles se arrojan al agua celebrando su victoriaEFE
FICHA TÉCNICA
9 (14) - Italia:
Del Lungo (Nicosia); Di Fulvio (1), Damonte, Iocchi Gratta, Fondelli
(1), Canella (2), Marziali (1), Echenique, Presciutti (1), Bruni (1), Di
Somma (1), Dolce (1).
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