Para su correcta conservación debemos separar la que está madura de la que no, además de guardarla en el cajón específico de la nevera.
Las altas temperaturas, especialmente las que se están registrando en las últimas semanas en España, afectan tanto a las personas como al resto de la naturaleza. La exposición a un calor tan fuerte hace, también, que la fruta que tenemos en nuestro frigorífico se pueda estropear con mayor rapidez. Por ello, es necesario tomar una serie de medidas con el fin de evitarlo.
Independientemente de si nos gusta la fruta más madura o más verde, es importante separar ambos estados. Esto es porque, cuando está en proceso de maduración, desprende gas etileno, lo que hace que las que están cerca también maduren más rápido. Así, puede afectar tanto a frutas como a verduras. Las frutas que más etileno desprenden son la manzana, el plátano, la pera y el melón.
En segundo lugar, es importante guardar las frutas en la nevera sin los plásticos en las que puedan venir envasadas, y dejar espacio entre ellas. Algo que ayuda a mantenerlas más frescas es guardarlas en bolsas de papel o recipientes de cristal. Además, se deben guardar la fruta en el espacio del frigorífico habilitado para ello, pues están diseñados para controlar la humedad y reducir el fío.
Antes de consumir
A la hora de consumirlas es necesario lavarlas, pero si van a ser introducidas en la nevera no conviene hacerlo si están mojadas, pues aceleraría su deterioro. Lo mismo ocurre si las cortamos, pues se precipitaría su oxidación. Si ya lo hemos hecho, podemos rociar los trozos cortados con limón y guardarlos en una bolsa térmica o un tupper. Por último, si ha madurado más de lo que desearíamos, siempre podemos congelarla y destinarla para hacer batidos o postres con frutas. Para eso, primer debes lavarlas, cortarlas en trozos pequeños y quitar las partes no comestibles.
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