Lingotes de oro, supuestos mapas del tesoro que llevan a botines enterrados y fortunas escondidas de reyes, emperadores y dinastías siguen repartidos por el mundo.
¡Ay, la fama, el oro, el poder! Todo lo tuvo aquel que escondió los siguientes tesoros. Siglos después, emperadores, reyes y piratas siguen desafiando a exploradores y aventureros de todo el mundo. Aquellos que alguna vez pusieron una X en el mapa para recuperar su tesoro y jamás pudieron volver a por él, retan ahora desde los muertos a los que desean encontrarlos: “¿Mi tesoro? ¡Lo dejé todo allí, buscadlo si queréis! ¡Ojalá se lo atragante al rufián que lo encuentre!”. Repasemos, según Esquire, los 8 grandes tesoros que todavía no se han encontrado. Súbete a bordo y vámonos ya, que esto va a comenzar.
El oro de Atahualpa
Esta historia data de 1553, cuando Francisco Pizarro secuestró al emperador Atahualpa (el último soberano inca). El soberano mandó llenar una habitación de oro para el rescate, pero aun así Pizarro lo mandó ejecutar. Como venganza, los incas robaron el oro y desde entonces se dice que lo tiraron al lago Yanacocha, en la región de Llanganati, en los Andes. 147 años después, en el 1700, el español Atanasio Guzmán fua a buscar el tesoro, y como no lo encontró dibujó un mapa de la región que hoy en día sigue perdido. El explorador Richard Spruce hizo una copia que se encuentra en el Museo de Historia Natural de Londres.
El falso mapa de El Dorado
¡El Dorado! La ciudad mítica de la que se decía que estaba repleta de riquezas. En 1617 el pirata inglés Walter Raleigh puso rumbo a la actual Venezuela, donde se rumoreaba que estaba El Dorado. En una expedición dirigida por su propio hijo, Raleigh y la tripulación fueron masacrados por los indios, y el pirata volvió a Inglaterra con un mapa que dibujó basándose en los relatos de los indígenas. Nadie lo creyó a su vuelta y fue ejecutado.
El tesoro del capitán Kidd
William Kidd es uno de los piratas más reputados de la historia. Cuando fue condenado a la horca por un tribunal de Londres, trató de negociar con la Cámara de los Comunes enviándoles una carta en la que revelaba la localización de sus tesoros, los que había acumulado tras años en alta mar. A cambio pedía el indulto, pero fue rechazado y Kidd acabó ahorcado.
Más tarde, en 1929, el anticuario Hubert Palmer se hizo con un escritorio viejo en una subasta, y dentro de una de sus patas encontró la supuesta carta de Kidd. Según explica Esquire, en ella aparecían las coordenadas de una isla del mar de la China donde se encontraba su tesoro, pero en esas coordenadas no existe ninguna isla. En 2015 se encontró en las costas de Madagascar una barra de plata de 50 kg que se dijo que pertenecía al tesoro de Kidd, pero hubo cierto escepticismo con el hallazgo.
El códice masónico
Este tesoro es más reciente. El Mapa de Lue es un gráfico encriptado que supuestamente explica la ubicación de un tesoro nazi en Estados Unidos, unas cien toneladas de lingotes de oro que Hitler mandó a sus quintacolumnistas en territorio enemigo. Está cifrado en símbolos masónicos y muchos creen que se trata de un hoax (noticia falsa). Fue encontrado por el cazatesoros alemán Hunter Karl von Mueller.
El tesoro de Jesse James
En 1930 murió un anciano minero llamado Ben Morton, que había pasado gran parte de su vida buscando en las montañas de Missouri el botín de Jesse James, un pistolero americano que murió en 1882 asesinado por Bob Ford. Morton consiguió el mapa a través del sacerdote que dio la extremaunción al hermano de Jesse. El mapa se conoce como Mapa Wolf porque, de lo poco que se puede descifrar, es la figura de un lobo. Muchos creen que se trata de un fraude.
El oro de Moctezuma
Hernán Cortés recogió en 1520 una gran cantidad de oro que arrebató a Moctezuma, emperador del Imperio mexica. El tesoro, que no salió del país, fue escondido en 1847 por el gobierno de México durante la guerra contra Estados Unidos. El jesuita Joaquín Pomes fue el encargado de esconder el tesoro y dejó un mapa del noroeste mexicano en el que supuestamente lo ocultó. Todavía no ha sido encontrado.
El tesoro de Yamashita
Otra historia reciente. En la Segunda Guerra Mundial, el general Tomoyuki Yamashita consiguió grandes cantidades de oro al saquear Asia. Cuando Filipinas cayó en 1945, ordenó esconder su tesoro. Jamás dijo a nadie dónde lo enterró, pero en 1947 un filipino informó que tenía un mapa del tesoro que le robó a un japonés con unas coordenadas que nadie ha conseguido descifrar.
El tesoro del Olonés
Decía Joaquín Garrido, un anciano pescador, que era descendiente de la tripulación del pirata francés conocido como el Olonés, que también dejó escondido un tesoro. Unos americanos viajaron a Cuba y, tras entablar amistad con Garrido, encontraron entre sus pertenencias el mapa de un tesoro. Nadie sabe a qué isla pertenece y se dice que puede ser un fraude, pues era común a finales del siglo XIX vender supuestos mapas del tesoro en el Caribe.
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