En 1889 parece que se adelantaron al futuro y adivinaron que "Videoconferencias, drones, audiolibros... el futuro ya lo pintaron ¡en 1889!" vamos hablar un poco de esto en la sección de TECNOLOGÍA.
El ilustrador francés Jean Marc Côté dibujó nuestro presente en 1889. Cuando se cumplen 30 años del fallecimiento del autor de ciencia ficción Isaac Asimov, que recopiló aquellas predicciones en su libro Días del futuro, una visión del siglo XIX sobre el año 2000, repasamos también las que él mismo hizo en 1964.
Una pequeña fábrica de cigarrillos le encargó al artista Jean Marc Côté en 1889 que dibujara unas tarjetas para conmemorar en sus cajetillas el centenario de la Revolución francesa con imágenes de cómo sería la vida en el año 2000. Côté debía de ser un fiel lector de Julio Verne porque, igual que el creador del submarino Nautilus, imaginó robots, drones y otros inventos que después se hicieron realidad. La tabacalera quebró y las ilustraciones no se distribuyeron. Años después, Isaac Asimov, escritor y prolífico autor de novelas de ciencia ficción, las encontró en un mercadillo y quedó tan maravillado que hizo un libro sobre ellas: Días del futuro, una visión del siglo XIX sobre el año 2000. Sigue siendo chocante ver cómo Côté pinta los aviones que los hermanos Wright no hicieron volar hasta 1903. Fue un visionario genial.
Las predicciones de Asimov
No menos visionario fue el propio Asimov. Han pasado treinta años del fallecimiento del escritor, pero sus predicciones también parecen cumplirse. Al igual que las ilustraciones de Côté avanzaron aviones o drones antes de que existieran o Julio Verne anticipó los submarinos, el autor de las antologías Yo Robot y Fundación habló de guerra nuclear, computarización y uso del espacio. ¿Les suena?
De origen ruso y nacionalizado estadounidense, Asimov llegó a publicar más de quinientas obras, en su mayoría de ciencia ficción, aunque también escribió sobre matemáticas, astronomía, historia y química. Incluso publicó un artículo en 1964 en el que predijo cómo sería el mundo pasados 50 años, es decir en 2014. «La pantalla no solo se usará para ver a la otra persona, también se podrán estudiar documentos y fotografías», explicaba. Vamos, la videollamada. Pronosticó la aparición de coches sin conductor, «vehículos con cerebro de robot», decía.
Asimov predijo también la invención de Internet: «Las personas dispondrán de enormes bibliotecas donde la información será de libre acceso desde computadoras domésticas», escribió en 1964
Hasta el nacimiento de Internet predijo: «Las personas dispondrán de enormes bibliotecas donde la información será de libre acceso desde computadoras domésticas». Y, aunque no mencionó las plataformas de streaming o las redes sociales, algo de eso había en otra de sus predicciones sobre el futuro del comportamiento humano: «La humanidad sufrirá terriblemente de aburrimiento, una enfermedad que se extenderá cada año y crecerá intensamente. Esto tendrá repercusiones mentales, emocionales y sociológicas muy serias, y me atrevo a decir que la psiquiatría será la especialidad más importante en 2014». Y para terminar, Asimov lo dejó muy claro: «La supervivencia como especie solo se lograría mediante una igualdad efectiva entre hombres y mujeres».
Audiolibros
Jean Marc Côté pensó que la lectura se haría a través del oído y que también habría máquinas que escribirían al dictado. Con el artilugio que dibujó a la izquierda de la imagen, Côte pretendía ilustrar algún mecanismo capaz de convertir los libros en lenguaje oral al tiempo que lo retransmitía por esa especie de ¿auriculares? ajustados a través de cables de manera individual.
Conquistando el aire
El ilustrador francés dibujó aviones antes de que existieran e imaginó drones. Son muchos los dibujos de Côté que aluden a actividades practicadas en el aire y sus diseños incluyen alas de pájaros o de murciélagos, pero también motores de hélice y manivelas para mover a algunos de sus aviadores.
Ideas fallidas
Algunas predicciones fallaron. Por ejemplo, su idea de crear una incubadora instantánea. La maquina en cuestión existe hoy día, pero el proceso no pasa de huevo a polluelo de manera inmediata como había imaginado Côté. Todavía, claro.
Correo electrónico
«La información llegaría volando hasta nosotros». Algo así debió pensar el ilustrador. Un vaticinio de lo que sería Internet y el correo electrónico. Eso sin contar con la multiplicación de mensajeros que nos entregan paquetes cada día. Quién sabe si en breve nos llegarán a las ventanas.
Aspiradora
El ilustrador ya intuyó el uso de los electrodomésticos actuales. También imaginó máquinas que peinaban y maquillaban. En la imagen podemos ver una especie de escoba eléctrica, la pariente más antigua del actual iRobot Roomba.
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