jueves, 25 de mayo de 2023

Muere Tina Turner a los 83 años

 


Cantante, compositora, bailarina y actriz, ha ejercido de reina del rock durante décadas.

 

Tina Turner ha muerto. La inconfundible voz rasgada, el soul trascendental de sus letras, la pasión desaforada sobre el escenario, el frenesí y la melancolía de sus conciertos, el magnetismo sexual y el drama personal que arrastraba y escondía al mismo tiempo, un símbolo de supervivencia y superación. Todo eso y mucho más era Tina Turner, leyenda de la música estadounidense y una de las artistas más brillantes de su tiempo, ídolo de masas en los 80. Estaba enferma desde hacía tiempo y el miércoles su cuerpo no aguantó más. Tenía 83 años.

Su familia confirmó en un comunicado que la cantante de Brownsville, Tennessee (26 de noviembre, 1939) "ha fallecido hoy en paz a la edad de 83 años tras una larga enfermedad en su casa de Küsnacht, cerca de Zúrich, Suiza. Con ella, el mundo pierde una leyenda de la música y un modelo a seguir". Ahí quedan grandes éxitos como Private Dancer, The Best o What's Love Got to Do with it, los 12 Grammy, los más de 100 millones de discos vendidos, la primera mujer en ser la portada de la revista Rolling Stone. Un mito que se apaga.

Turner, Annie Mae Bullock, se adentró en los confines del rock como ninguna otra cantante negra había logrado antes, con un despliegue de energía ante su público que acabó por emular Mick Jagger con los Stones y después una larga lista de admiradoras: Beyoncé, Janet Jackson, Mary J. Blige. Nadie se movía como ella sobre las tablas, desatada, generosa, con la frondosa melena al viento y la sempiterna sonrisa blanca, una fuerza de la naturaleza que influenció a generaciones posteriores de mujeres con su mantra particular: sobre el escenario ningún hombre era más que ella.

No es el único legado que deja, más allá de discos memorables como Foreign Affaire, Private Dancer o Break Every Rule. Su marido, Ike Turner, con quien comenzó su carrera a mediados de los 50, abusaba de ella física y psicológicamente. Las humillaciones eran constantes. Pero la joven artista, convertida en sensación de aquella banda a las primeras de cambio, The Kings of Rhythm, logró sacudirse esa carga de encima y convertirse en una de las grandes estrellas de los 80 a nivel mundial. Su resurrección caló hondo en aquellos años de machismo furioso

Hija de granjeros de Tennesse, Turner creció en una zona rural del condado de Haywood, en Nutbush, una localidad que después inmortalizó en la poderosa Nutbush City Limits de 1973, uno de los últimos temas -grabado en Inglewood, Los Angeles- que publicó junto a su ex marido, cuando actuaban como un dúo, Ike & Tina Turner Revue.

"Escribía canciones con Little Richard en mente, pero no tenía a Little Richard para que las cantara, así que Tina se convirtió en mi Little Richard", reconoció su ex esposo en su biografía. Ella todavía era una adolescente cuando lo dejó todo por la música. En 1966, los Rolling Stones los incluyeron de teloneros para una gira de conciertos primero en Reino Unido y después en Estados Unidos tres años más tarde. Empezaron a llamar la atención de las masas. Fue ella la que sugirió que incluyeran temas de los Beatles y Creedence Clearwater Revival en su repertorio, una estrategia que les dio la visibilidad que buscaban.

Ralph Gleason, el crítico del San Francisco Chronicle, la recordaba entonces como "la profesional más sensacional del momento sobre un escenario", un "huracán" que bailaba con giros y movimientos que hacían que el impacto de verla fuera "total e inmediato". El éxito les hubiera seguido acompañando de no haber sido por las palizas que le propinaba su marido, enganchado a la cocaína que le acabó matando. Pese a contar con su propio estudio de grabación en Inglewood, de los millones de discos vendidos y las nominaciones al Grammy, la situación se volvió insostenible.

En verano de 1976, de camino a un hotel en Dallas donde tenían un concierto, se produjo una bronca monumental entre ambos y la cantante no aguantó más. Se refugió un hotel de carretera y pocos días después le pidió el divorcio a su marido. "Cuando me fui, estaba viviendo una vida de muerte", le confesó a la revista People en 1981. "Yo no existía. No temía que me matara cuando me fui, porque ya estaba muerta. Cuando me marché, ya no miré hacia atrás".

La transición fue dura, ahogada por múltiples deudas. A la de Brownsville le costó levantar el vuelo en solitario. Su disco de 1978, Rough, no funcionó como esperaba. Su carrera parecía estar cerca de descarrilarse. Actuaba en clubes y salones de hotel, tirando de nostalgia del pasado. Hasta que Capitol Records le dio la luz verde al siguiente álbum, Private Dancer, y de ahí el acceso a la estratosfera de la industria musical. Vendió 10 millones de copias, convertido en el mayor éxito de su carrera.

En esta etapa se incluyen duetos sorprendentes, por ejemplo, con Eros Ramazzotti o Antonio Banderas, y la canción principal de la película "Goldeneye" (1995) de la saga James Bond.

Tras una larga etapa de relativo silencio, participó en el álbum "River: The Joni Letters de Herbie Hancock" y en 2008 reapareció en los Grammy, ofreciendo un enérgico dueto en directo con Beyoncé, y apareció en televisión junto a su amiga Cher.

Aprovechando la ocasión, publicó otro de sus recopilatorios de grandes éxitos con dos nuevas canciones "It would be a crime" y "I'm ready".

Paralelamente fue desarrollando sus aptitudes cinematográficas en películas como: "Gimme Shelter" (1970), Taking Off (1971) "Soul to Soul" (1971), "Tommy" (1975) Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (1978) (y "Mad Max III" (1985); What's Love Got to Do with It? (1993) o Last Action Hero (1993).

En 1998, actuó frente a 180.000 personas en Maracaná, el estadio de Río de Janeiro, batiendo un récord para un concierto pagado, y dos años más tarde superó los 100 millones de dólares en entradas, más que ningún otro artista en solitario en la industria de la música hasta entonces.

Alcanzó la cúspide viniendo de un hogar marcado por las turbulencias, como muchas otras cantantes afroamericanas de su generación. Turner recuerda que sus padres no se querían, "así que se peleaban todo el tiempo". Su madre se fue a vivir a St. Louis cuando Tina -su verdadero nombre es Anna Mae Bullock- tenía tan solo 10 años y su padre siguió el mismo camino tres años más tarde. Turner acabó viviendo con su abuela en Brownsville.

Tras volver a vivir con su madre en Missouri, comenzó a frecuentar el club Manhattan en el este de St. Louis, donde conoció a Ike Turner. Debutó con un tema de B.B. King, You Know I Love You. "Cuando Ike me escuchó dijo: ¡Por Dios! No podía creer que esa voz saliera de ese frágil cuerpecito", una silueta incombustible convertida después en leyenda.

Tina Turner se retiró del mundo de la música en 2009, a los 70 años, dejando atrás 50 años de carrera, más de 200 millones de discos vendidos y todo un legado reunido en 22 álbumes, 12 de estudio, 3 en directo y 7 recopilatorios. Además obtuvo 21 nominaciones a los Premios Grammy, de las cuales ganó ocho estatuillas.

 

 

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  Pirata Oscar 

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