PIRAGÜISMO
Gallega y madrileña logran la plata en C1 500, olímpica en París. Oros del K2 1.000 y el C4 500 y bronce Garrote en K1 200. España ya suma ocho medallas.
Dos oros, una plata y un bronce hoy. Ocho medallas ya en los Mundiales de Duisburgo. Los mismos metales, a falta de una jornada, que en la edición del 2022 en Halifax donde España dominó el medallero. El piragüismo vuela y si todas las pruebas fuesen olímpicas en París 2024, sería un festival... Pero no. Allí sólo habrá cinco modalidades masculinas y cinco femeninas. En el olimpo no caben todos.
Por eso, en el canal alemán cobró más importancia la plata de Antía Jácome y María Corbera en C2 500 que los oros de Pedro Váquez e Íñigo Peña en K2 1.000 y el del C4 500 de Jon Antoni Moreno, Pablo Graña, Manuel Fontán y Adrián Sieiro. O el tercer puesto de Carlos Garrote en K1 200, que ya no está en el programa. Los aros olímpicos marcan. En la otra prueba que daba seis plazas a París, el K1 1.000, Paco Cubelos fue séptimo, aunque podría estar dentro por posteriores reasignaciones.
Así que mirando a París, Jácome (23 años) y Corbera (31) apuntan altísimo. La gallega logró su tercera plata tras las del viernes en C1 200 (también distancia olímpica) y el C2 200 en el que también paleó con la madrileña. Salieron en modo supernova, dispuestas a ventilarse a las campeonas del mundo y olímpicas Shixiao Xu y Mengya Sun y mandaban en el ecuador. Pero las chinas se vaciaron para entrar primeras (1:42.775) con las españolas a 141 milésimas. Cerquísima. El bronce, para Canadá.
“Habremos realizado 15 o 20 entrenamientos juntas, muy pocos, así que esto nos da un subidón para querer más”, contaba Corbera en mayo, tras ser segundas en la Copa del Mundo de Szeged. Ella estaba en Aranjuez a las órdenes de Jesús Cobos. La perla de Pontevedra (quinta ya en Tokio en C1 200), en Mallorca con Kiko Martín después de deshacerse el grupo de canoa en Sevilla. Descubrieron que había química y encontraron una fórmula para juntarse más. Ha resultado. “Los 500 metros se me atragantan”, avisaba también en mayo Jácome, que con el impulso de la polivalente Corbera (que brilla tanto en el 200 como en el 5.000) ya saborea el medio kilómetro. El C2 500 ya está en París y con ello las dos podrían salir también en el C1 200. Buenísima noticia.
Los jóvenes Martín Jácome (hermano de Antía) y Pablo Crespo rozaron el podio (4º) en C1 1.000 y demostraron que hay madera después de haber sido campeones mundiales Sub-23. Como en el C4 500 que defendió con éxito su título de Halifax con el balear Moreno (segundo el viernes en C1 200) y los gallegos Graña, Fontán y Sieiro. La canoa marcha.
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