martes, 2 de enero de 2024

España buscará una vez más romper el 'techo de cristal' de Barcelona en París 2024

 


España, ante el reto de las 22 medallas en París 2024.

 

 Olimpismo

 

Superar las 22 medallas de los Juegos de 1992 se ha convertido en una obsesión pero nuestro deporte olímpico sigue sin dar el salto definitivo por la ausencia de un proyecto global

 

El deporte olímpico español, un irrelevante actor secundario durante su primer siglo, dio su primer gran salto en los Juegos de Barcelona 1992. Al calor de su público y tras una importante inversión de los sectores público y privado -vía Plan ADO-, los deportistas españoles fueron capaces de ganar 22 medallas, 13 de ellas de oro, para escalar hasta el sexto lugar del medallero.

El inmediato reto era mantener ese nuevo estatus con un número similar de metales en Atlanta 1996, Sídney 2000 y Atenas 2004, cosa que se logró sin demasiados apuros más allá de los pobres guarismos -apenas 11 medallas- de la cita oceánica. Una vez asentado el proyecto, tocaba seguir creciendo para equipararnos con los grandes países de nuestro entorno -Francia, Italia, Alemania...- pero ese segundo salto competitivo ha resultado mucho más complicado.

Hasta el punto que aún no hemos superado esas 22 medallas de Barcelona’92. Ese ‘techo de cristal’ se ha convertido en una obsesión que asoma de nuevo en el horizonte de los Juegos de París, en los que el deporte español debería andar en las cifras de las últimas citas olímpicas. Dicho de otro modo: seguimos sin dar ese segundo salto. ¿Por qué?

 

Las opciones de medalla de España en los Juegos de París.
 
 
Las opciones de medalla de España en los Juegos de París.

 

En primer lugar, porque no tenemos un proyecto definido. Con el Plan ADO agotado, el deporte olímpico español es un reino de taifas en el que cada federación se autogestiona. Es decir, no hay una entidad ‘supra federativa’ que aporte una visión global de nuestro deporte olímpico -el Consejo Superior de Deportes (CSD) no ha asumido nunca ese rol-, como sí pasa en otros países como Países Bajos, Australia, Canadá, Nueva Zelanda o Irlanda.

Es cierto que el actual Gobierno ha hecho un importante esfuerzo y ha aumentado el dinero destinado al deporte de alto rendimiento, sobre todo con la creación del prometedor programa Team España Élite, pero nuestro país sigue adoleciendo una estrategia y, sobre todo, de objetivos definidos a corto, medio y largo plazo.

 

Tener caladeros

Y en segundo lugar, y no menos importante, porque nuestro deporte olímpico sigue siendo enormemente coral, lo cual es muy bueno, pero carece de ‘caladeros’ fiables y duraderos de medallas más allá del piragüismo o la vela. 

Esto se aprecia perfectamente si comparamos nuestro historial en los Juegos con el de un país como Hungría, que quizás nunca tuvo un Ballesteros, un Santana, un Alonso, un Gasol o un Nadal pero que casi cuatriplica nuestros 48 oros en las ediciones de verano -lleva 181-.

España ha ganado medallas hasta en 30 deportes diferentes pero sólo en la vela suma más de cinco oros - 13 en total- y en apenas ocho disciplinas lleva más de un metal dorado. Hungría en cambio sólo ha ganado medallas en 19 deportes pero acumula 38 oros en esgrima, 29 en natación, 28 en piragüismo y 20 en lucha y supera la barrera de los siete títulos olímpicos en diez disciplinas. 

 

El reto de un oro por equipos 28 años después

España es un potencia en los deportes de equipo y suele clasificar a varios en cada edición de los Juegos pero en realidad no gana un oro colectivo desde el del waterpolo en Atlanta 1996. Ahora mismo sólo la selección masculina de fútbol y la femenina de waterpolo están clasificadas pero aspiramos a tener hasta once combinados (fútbol, baloncesto, balonmano, waterpolo y hockey hierba por duplicado y rugby 7 masculino) y varios de ellos llegarán con muchas aspiraciones a la cita francesa.

En Río 2016, sin ir más lejos, los deportistas magiares sólo ganaron preseas en cuatro deportes pero llegaron a los ocho oros. Es más, 30 deportistas húngaros han ganado tres o más oros olímpicos por ningún español...

El panorama, por lo que respecta a las aspiraciones españolas en París 2024, es idéntico al de las últimas ediciones, con el piragüismo como mascarón de proa y un importante número de podios en el alero que harán que el resultado final sea más o menos satisfactorio. 

Si se rompe el ‘techo de cristal’ de las 22 medallas de Barcelona, habrá sonrisas y se hablará de crecimiento pero si nos quedamos otra vez entre los 15 y 20 metales, como pasa ya desde Atenas 2004, nadie pedirá explicaciones porque, en realidad, nadie sabe de verdad a qué aspiramos en los Juegos Olímpicos...

 

 

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   Pirata Oscar 
 
 

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