HOCKEY HIERBA | PREOLÍMPICO (F)
En los dramáticos ‘shoot out’, tras el 0-0 en el partido, obtiene la Selección española femenina el tan ansiado billete para París, con una enorme Clara Pérez y la decisiva María López.
“Es una final. Y como tal, tenemos que jugar a hockey y tener control emocional”, proclamaba Carlos García Cuenca, que vivía en este Preolímpico de Valencia su primera gran cita al frente de las RedSticks, en los instantes previos a una semifinal repleta de ansiedad. El primer ‘match-ball’ para ir a los Juegos, ‘Olympic ball’ por tanto (porque aún hubiera quedado la bala del partido por el tercer puesto), en el que se dejó notar la inmensa ansiedad de España, incapaz de batir a Irlanda, y de gozar siquiera de un solo penalti córner a favor, en los 60 minutos de juego, pero con la grandeza suficiente de ganarse la plaza a París 2024 en los ‘shoot out’, en los que Clara Pérez estuvo imperial ante las cuatro lanzadoras irlandesas, mientras que Lucía Jiménez, Júlia Strappato y sobre todo María López, autora del definitivo 3-0, metían en los Juegos a un nuevo combinado después de que apenas 36 horas antes lo lograra la Selección española de waterpolo.
Fe absoluta en las RedSticks tenían los 60 integrantes de la Marea Naranja que desde el Club de Hockey San Fernando, en Cádiz, viajaron a Valencia para animar, sabedores de que habían sido talismanes en el Preolímpico para Tokio 2020, en un trayecto en autocar que partió de medianoche para llegar a Beteró dos horas antes del partido. También los irlandeses, cabe recalcar, contaron con su cuota de público, desgañitados con su himno. Aunque para apoyo, el de la excapitana, Gigi Oliva, quien comentaba el encuentro para la federación internacional (FIH), y la discreta presencia del exseleccionador, Adrian Lock, a quien su relevo, García Cuenca, acudió a buscar para departir brevemente a media hora del inicio.
Y llegó la hora de la verdad. El partido. Con tanto en juego que tardaron ambas selecciones desembarazarse de los nervios. Le costaba a España atravesar la presión alta, asfixiante, de las irlandesas, y una vez lo conseguía, penetrar en el área se convertía en territorio vedado. No en vano, se imponían las defensas, concentradas, ayudándose. Y, cuando las pérdidas se reiteraban, con Clara Pérez atenta y acertada en sus primeras intervenciones, ante Michelle Carey. El papel de su homóloga Ayeisha McFerran, no obstante, fue directamente testimonial en el primer cuarto.
Un poco más arrojada entró al segundo periodo la Selección, que enseguida merodeó el 1-0 en un centro-chut cruzado de Blanca Pérez que por centímetros no acertó a empujar Marta Segú en el segundo palo. Y, aunque en la siguiente acción llegó el primer penalti córner del encuentro, que se llevó Irlanda, lo que generó fue peligro para las RedSticks al contragolpe. Sin embargo, volvieron a mostrarse atenazadas las de García Cuenca, acaso más pendientes de no fallar que de imponer su juego asociativo y su teórica superioridad, al menos en el ránking internacional.
Con mayor fluidez empezó a mover la bola España en la reanudación, en parte también porque Irlanda se agazapó en su guarida para salir por velocidad, lo que hacía los ataques demasiado previsibles. Las ocasiones, en ambos bandos, seguían brillando por su ausencia, como en toda final que se precie. Así, normal que se mascara la tensión cuando en el 39′ se concedieron dos penalti córners consecutivos para las de Sean Dancer, defendidos ambos con enorme garra.
Y, cuando precisamente Irlanda se encontraba con una jugadora menos por la tarjeta verde a Katie McKee, a segundos para que concluyera el tercer cuarto, se hizo el silencio en Beteró con una nueva pérdida que salvó providencialmente Clara Pérez deteniendo el remate a bocajarro de Chloe Watkins. Nudo en la garganta.
A siete minutos para el final de pronto aumentaron exponencialmente los decibelios en Valencia, con el primer penalti de todo el partido favorable a España. Que Irlanda, por lo trascendental del momento, reclamó al Video Umpire. Pero no era el día, al menos en ese sentido, y desde la distancia corrigieron a la árbitra, al no apreciar ‘tackle’ de la defensora irlandesa.
Más emoción, imposible para los últimos instantes del tiempo reglamentario, en los que guardó más la ropa el cuadro visitante, ante el ataque de una España que se metió en el área rival y que a sólo 36 segundos para el final solicitó un penalti córner, más por agotar esa carta que por convicción. Y por eso no se decretó. Aún tuvo tiempo Irlanda para un ataque, que acabó, como los 60 minutos anteriores, en nada.
Así que llegaron los dramáticos ‘shoot out’. Que comenzaron mal. Con el fallo de Laia Vidosa. Pero que siguieron de maravilla, como en el guion soñado. Portentosa Clara Pérez ante las lanzadoras irlandesas, ya que anuló todos los lanzamientos, a Roisin Upton, a Sarah Hawkshaw y a Hanna McLoughlin. Sin embargo, sí convirtieron Lucía Jiménez, Júlia Strappato y María López. Enormes. La fiesta se desató en Beteró. Y queda la final. La guinda al pastel, que será el sábado ante Bélgica o Gran Bretaña. Pero el objetivo principal está cumplido. ¡A los Juegos!
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