España jugó su mejor partido del Mundial cuando más lo necesitaba. Dio un golpe encima de la mesa ante Libia (0-8) y acabó líder de grupo en una jornada final de locura. Porque la historia de la última jornada del grupo D estuvo en el duelo a distancia entre España (que defendía tres goles de ventaja en la primera posición) y Kazajistán, a la que no le valió ganar por 10-0 a Nueva Zelanda. La Selección ahora espera rival para octavos, que saldrá de un tercero de grupo, mientras que Kazajistán se medirá con un rival mucho más potente: Portugal, campeona mundial, o Marruecos, campeona de África y una de las selecciones que más está dando que hablar en los últimos tiempos.
España dominó el encuentro desde el principio, con una Libia que no tenía el balón ni lo quería. Y menos con una presión asfixiante como la que ejercían los de Fede Vidal, que poco a poco iban acumulando ocasiones. Varios disparos peligrosos, incluido uno al larguero de Cortés y otro de Gordillo que se marchaba por poco, marcaban el camino. Pero existía la duda de si, como en el resto del Mundial, el asedio total no se iba a transformar en goles. Y para colmo Kazajistán marcaba ante Nueva Zelanda. Más presión.
¡Entonces apareció Mellado! El talentoso ala de Jimbee Cartagena, al que siempre se le pide más por el tremendo potencial que atesora, pidió el balón, encaró y definió por el palo corto para fabricar un golazo. Un tanto importante para él, que se marcó un partidazo, y para la Selección, que despertó. Casi a continuación, Antonio robaba un balón para cederle a Adolfo el 0-2. España por entonces era una delicia, quizá la mejor cara de lo que lleva de campeonato, y si no sumaba más goles fue por el portero libio, Abuksheam, que acumulaba paradas de todos los colores. Pero era tal la avalancha que Cortés (otro que hizo su mejor partido) y de nuevo otra jugada exquisita de Mellado colocaban el 4-0.
Catela hizo el 5-0 antes del descanso, pero España no podía aflojar. Fede Vidal recurría en la segunda mitad al portero Chemi, inédito hasta ahora, para aprovechar su buen juego en ataque. Y más cuando Kazajistán, en ese comienzo de segundo periodo, marchaba ya 7-0 por delante, a un gol de ponerse líder. El seleccionador, Fede Vidal, hacía claros gestos desde el banquillo de que había que dar el 100%. Mellado respondía con su tercer tanto y Cortés, en una contra, añadía un gol más al casillero de España.
Los últimos 10 minutos fueron de una emoción tremenda. No por los partidos en sí, decididos de sobra, sino por ese duelo a distancia entre españoles y kazajos. Gordillo hizo un 0-8 clave, porque Kazajistán llegaba a la cifra de 10-0 ante Nueva Zelanda y se quedaba a un tanto de los españoles, que lograban su objetivo de ser primeros. Y lo que es quizá más importante, conseguirlo con una gran imagen. La Selección va de menos a más en un Mundial que comenzó con muchos problemas y sinsabores... y ahora parece que se pone de cara.
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