Tristán Ulloa protagonizará una película sobre el crimen de Patraix, perpetrado en 2017 y resuelto unos meses más tarde, que adaptará uno de los directores de 'El caso Asunta'.
El true crime vive su mejor momento en España. En 2024, Netflix presumió de sus series más vistas y El caso Asunta ocupaba uno de los peldaños superiores. La historia real sobre el asesinato de Asunta Basterra se transformó en serie de la mano de Ramón Campos, y con Candela Peña y Tristán Ulloa de protagonistas. Este último ya había estado presente en la serie con más espectadores del año en Netflix, Berlín, y aspira a repetir machada con La viuda negra.
Producida, como El caso Asunta, por Bambú producciones, La viuda negra adaptará el crimen de Patraix. Tristán Ulloa protagonizará esta película, según El Periódico, que aún carece de fecha de estreno. Lo que sí tiene es director, y su nombre es Carlos Sedes. Lo hemos podido leer en los títulos de crédito Fariña, Las chicas del cable, Hispania, Gran Hotel o, por supuesto, El caso Asunta.
En varios de estos proyectos ha colaborado con Ramón Campos, creador del célebre true crime de Netflix. Hasta el momento, Sedes sólo ha dirigido dos películas: El verano que vivimos, con Blanca Suárez y Javier Rey; y El club de los incomprendidos.
¿Qué ocurrió en el crimen de Patraix?
Ni siquiera el ser uno de los países más seguros del mundo hace de España fuente inagotable de true crimes.
El género por antonomasia de los Estados Unidos está empezando a
explotar la crónica negra nacional y los sangrientos frutos que ha
extraído hasta el momento, como El caso Asunta o El cuerpo en llamas, no han podido ser más rentables.
El crimen de Patraix se perpetró en 2017 y, a diferencia de los ángulos oscuros que deja El caso Asunta y El cuerpo en llamas, tiene unos culpables y un móvil perfectamente esclarecidos. De hecho, y desde 2018, los dos responsables del asesinato del ingeniero Antonio Navarro Cerdán están en prisión.
El cuerpo de Antonio fue hallado en su garaje en el barrio valenciano de Patraix. La policía descartó inmediatamente la posibilidad de un robo y comenzó a indagar en el entorno de la víctima. Como ocurrió en El caso Asunta y en El cuerpo en llamas, el juicio paralelo de los medios entró velozmente en acción y emborronó, hasta cierto punto, la labor legal de abogados y fiscales.
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