Jeringuillas con dosis de la vacuna de AstraZeneca.
Cada vacuna experimentó, en fase III, en un contexto diferente de población y con distintas variantes circulando en ese momento, por lo tanto, no son porcentajes comparables
La efectividad de una vacuna suele ser siempre menor que la eficacia porque sus datos se obtienen tras haber pinchado a millones de personas en el mundo real
¿Son comparables las eficacias de las vacunas contra la covid? ¿Son mejores unas vacunas que otras? La respuesta es no. Y vamos a contarles en este artículo por qué. Lo primero que hay que entender es a qué llamamos eficacia. Un término del que no se ha parado de hablar desde que los laboratorios comenzaron a anunciar sus resultados de la fase III, después de inocular su vacuna a entre 30.000 y 50.000 participantes de sus ensayos.
Según los expertos, la eficacia en términos de vacuna significa su capacidad para prevenir aquello que se ha definido en los ensayos clínicos como 'endpoint'. En los ensayos se establecen una serie de objetivos (endpoints) primarios, secundarios, etc. En el caso de las vacunas contra el covid, por ejemplo, en la mayoría de las vacunas el primero es evitar los síntomas de la enfermedad; el segundo, síntomas graves y hospitalización.
Un 95% de eficacia significa que en los ensayos se ha observado una reducción del 95% de los casos sintomáticos o graves de los que cabría esperar, según se ha visto en el grupo de control o grupo placebo que participa en el ensayo. En una población de 100.000 personas no vacunadas con un riesgo de infección del 1%, en vez de tener 1.000 casos sintomáticos, tendríamos 50 con vacunas de una eficacia del 95%.
De las cuatro vacunas aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), las de Pfizer y Moderna –ambas elaboradas a partir de ARN mensajero- fueron las que mayor eficacia arrojaron en sus ensayos, un 95%. De las dos elaboradas a partir de un adenovirus, AstraZeneca ha comunicado, finalmente, un 76% y Janssen, un 67%. Todos estos porcentajes se refieren a la forma más leve del covid.
Síntomas graves tras la vacuna
En cuanto a la versión más grave (hospitalización o muerte), la buena noticia es que todas las vacunas aprobadas en Europa -Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen- dieron una protección del 100% en los ensayos clínicos. Si hablamos de protección contra enfermedad grave (con hospitalización o no) también la eficacia es del 100% en el caso de Pfizer, Moderna o AstraZeneca, mientras que la de Janssen es del 85%.
Esto no significa que la vacuna de Janssen sea peor. Hay que tener en cuenta que en el momento de hacer los ensayos de fase III, cada vacuna lo hizo en un contexto diferente de población y con distintas variantes circulando en ese momento, por lo tanto, no son porcentajes comparables.
Cuando Pfizer y Moderna realizaron sus ensayos clínicos lo hicieron antes que Janssen, que los llevó a cabo cuando ya estaban circulando las variantes sudafricana y británica, más contagiosas y aparentemente más resistentes a las vacunas. Por eso, aunque la eficacia media de la vacuna de Janssen no es tan alta como la de Pfizer o Moderna, sí llega más actualizada.
Diferencia entre eficacia y efectividad
Además, estos resultados se obtuvieron en fase III, es decir, cuando sólo se había probado la vacuna entre unos cuantos miles de personas. Ahora lo que importa es la efectividad de cada vacuna. Es decir, los resultados en el mundo real, con millones de vacunados.
Ahí es donde se empieza a ver la eficacia real y también efectos secundarios infrecuentes que no se registraron en los ensayos. Simplemente por una cuestión estadística al pasar de miles a millones de personas inoculadas. De hecho, esta recogida continua de datos durante meses o años, cuando la vacuna ya ha sido autorizada y se está administrando masivamente, recibe el nombre de fase IV.
Cuatro meses después de que se inoculase la primera vacuna, aún no son muchos los estudios que muestren la efectividad, aunque sí se ha publicado ya una investigación en la revista 'New England Journal of Medicine' con los datos de Pfizer en Israel. El estudio con datos de 1,2 millones de personas confirma la alta efectividad de esta vacuna: mantuvo una reducción del 94% de los casos sintomáticos a los siete días de la segunda dosis.
A falta de estudios científicos que lo confirmen con cifras exactas, la eficacia de las vacunas se está constatando con la caída en picado de casos graves entre la población mayor y más vulnerable desde que la británica Margaret Keenan, a sus 90 años, recibió la primera dosis de la vacuna de Pfizer el 8 de diciembre de 2020. "Me siento una privilegiada", dijo. Decenas de millones de personas han seguido después, pero aún queda mucho camino para que las vacunas lleguen a todos los rincones del mundo.
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Pirata Oscar
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