Escenografía del Dolby Theatre antes de los Oscar
Todo dispuesto para una gala adaptada a los tiempos del covid, semipresencial y sin orquesta, que se emite en la fecha más tardía en casi 70 años. El cineasta Steven Soderbergh, uno de los productores de la gala, promete transmitir gozo en una ceremonia de premios que tiene poco halagüeños precedentes en lo que a las audiencias se refiere, tras los batacazos de los últimos Emmy y Globos de Oro.
Los Oscar se han hecho esperar, pero ya están listos para expedirse. La pandemia del coronavirus también ha afectado a la ceremonia de premiación de la Academia de Hollywood, que se celebra en la madrugada del domingo 25 al lunes 26 de abril, hora española; esto es, con casi dos meses de retraso con respecto a sus fechas habituales.
Un retraso que también ha afectado a la terna de favoritas que se disputarán los eunucos dorados en una gala que seguirá los parámetros de otras previas como los Emmy y los Globos de Oro en Estados Unidos, o de nuestros Goya, y se formula en un formato mixto. La entrega de la 93ª edición se retransmitirá desde el Dolby Theatre de Hollywood y la Union Station de Los Ángeles, además de contar con una veintena de conexiones vía satélite distribuidas por el mundo.
Una gala que lucirá "como una película y no como un programa"
"Nuestro plan es que los Oscar de este año luzcan como una película y no como un programa de televisión", anunciaron en marzo los productores de esta ocasión, entre los que se cuenta Steven Soderbergh. Los detalles son escasos, puesto que pretenden convertir el acontecimiento, que se verá a través de ABC, en toda una sorpresa.
En esencia, sabemos que estaremos ante una gala semipresencial, con un aforo muy limitado, y con una puesta en escena que tratará de nutrirse de las complicaciones que ha planteado la situación de crisis sanitaria internacional. El director de la ceremonia será Glenn Weiss, que ya ha asumido este rol en otras cinco ocasiones (habiendo ganado dos Emmy por ello) mientras que la dirección musical correrá a cargo de Questlove, baterista de The Roots y director musical de The Tonight Show, que se encargará de pinchar una música creada específicamente para la ocasión, sustituyendo a las clásicas orquestas. No habrá tampoco actuaciones en directo de las nominadas a mejor canción (entre las que están el tema de Laura Pausini para La vida por delante; y Husavik, canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga), sino que se reservan en un espectáculo previo ya grabado.
Más allá de eso, ha trascendido que los asistentes no llevarán mascarillas durante la emisión, siguiéndose los protocolos habituales para rodajes de cine y televisión; si bien estas tendrán "un papel crucial en la narrativa" que se pretende llevar a cabo esta noche. En total, se prevé una presencia de unas 170 personas invitadas en el recinto de Los Ángeles, cuya ubicación en dicha sede será rotatoria, por lo que cambiarán de lugar durante la noche (a tal efecto, se les entregará en la entrada un mapa de su itinerario por el espacio).
Por lo demás, podemos esperar los dispositivos habituales en estos eventos, pero en condiciones más restrictivas: a la llegada a Union Station habrá controles de temperatura obligatorios como última prueba previa (todos los asistentes tendrán que haberse sometido a al menos tres PCR durante los días anteriores) antes de pasar por una alfombra roja de circunstancias, con tres fotógrafos oficiales y un grupo pequeño de periodistas acreditados. Entre ellos, dos de España, a quien ya mencionaremos. Los ganadores, además, tendrán la oportunidad de someterse a las entrevistas de reacción en modo virtual; así como a entrevistas para Live With Kelly and Ryan y Good Morning America.
En recientes declaraciones a The Hollywood Reporter, el director de Traffic y Un romance muy peligroso ha avisado de que han adoptado una perspectiva "fluida" y abierta a cambios continuos a la hora de producir la ceremonia. Todo bajo un objetivo primordial: hacer de esta una ocasión "gozosa" para la audiencia, algo necesario en tiempos tan comprometidos como estos.
¿Cómo responderán las audiencias?
Ahora bien, ¿servirá eso para acicate en los registros de audiencia? Los precedentes a ese respecto son poco halagüeños.
Ahí están los Emmy 2020, los primeros en experimentar, por su posición en el calendario, con la realización en tiempos de covid, sin alfombra roja, en streaming y con los nominados en remoto desde sus casas: la 72ª edición, emitida el domingo 20 de septiembre en ABC, batió récord negativo de 2019 y marcó su peor audiencia histórica, con 6,1 millones de espectadores y un rating de 1.2 entre adultos de 18 a 49 años. Los datos suponían un descenso del 13% con respecto a los registros absolutos del año previo, reforzando la tendencia decreciente que han seguido en los últimos años.
Se cumplía así el presagio de su presentador, Jimmy Kimmel, que preconizó que aquellos serían "probablemente los Emmy con peor audiencia de todos los tiempos". Sin embargo, aunque esos mismos vaticinios podían hacerse para los Globos de Oro 2021, la dimensión de su batacazo se hacía difícil de cuantificar. La entrega de los galardones de la Asociación de la Prensa Extranjera, emitida en NBC, cosechó unos 6,9 millones de espectadores, cayendo un 60% con respecto al año anterior y quedándose muy cerca de ser la menos visto de lo que va de siglo XXI (la de 2008, que se concibió en forma de rueda de prensa debido a la huelga de guionistas de aquel año). Su rating, 1.5 entre adultos de 18 a 49 años, sí que suponía el dato más bajo de toda la historia.
El bajón de esta última gala se explicaba en buena medida por el retraso en la emisión de un evento que habitualmente se beneficiaba de tener a la NFL como telonero en la programación. Para cuando tuvo lugar, en marzo, la liga de fútbol americano ya había terminado. El otro factor para justificar este desinterés del público estaba en una temporada de premios deslucida y sin títulos potentes en liza, otra consecuencia del estado de la industria cinematográfica post-covid, habiendo quedado pospuestos durante largos meses los principales estrenos en pantalla grande.
A eso mismo se enfrenta ahora las estatuillas doradas de Hollywood que, como decíamos, serán concedidas dos meses más tarde de lo habitual (debían haberse entregado a finales de febrero). Es más, esta es la fecha más tardía en que se hace la gala desde que se empezó a emitir por televisión en 1953; es decir, desde hace casi 70 años.
El retraso en la fecha, sumado al problema de la exhibición se reflejan en las candidaturas de este año. La Academia de Cine ya tuvo que modificar sus criterios de elegibilidad, permitiendo que pudieran competir títulos estrenados directamente en plataformas de streaming. Así, estamos ante una cita sin grandes producciones en competencia, pero también más diversa de lo habitual en lo que se refiere a las caras y profesionales con aspiraciones a ganar: las principales apuestas apuntan a dos producciones relativamente pequeñas, Nomadland y Minari, como favoritas; dos largometrajes firmados por directoras que también aspiran a su galardón individual: es la primera vez en la historia que hay dos mujeres compitiendo en la categoría de dirección.
Así será la emisión de Movistar+, con sabor a 'Ver-Mú'
Hay muchas incógnitas en esta gala, que podrá seguirse como de costumbre a través de Movistar+ en España. María Guerra y Pepa Blanes, que han estrenado recientemente su nuevo formato cultural en la plataforma, Ver-Mú, se colocarán al frente del dispositivo, que mantendrá la tónica habitual de otros años.
Por un lado, se dispone de los estudios de la compañía en Madrid, donde estarán las dos periodistas acompañadas por los comentaristas Alberto Rey, Juan Sanguino, además de la experta en redes sociales Elena Neira, y con dos invitadas: María del Puy Alvarado y Marisa Fernández Armenteros ('El agente topo'). Por otro, y como cada año, Cristina Teva y Gui de Mulder estarán al pie de la exclusiva alfombra roja de la que ya habíamos hablado. Además, destaca el papel que tomará en esta ocasión Laia Portaceli, que ejercerá la reportera itinerante para visitar la casa de varios famosos y contar cómo viven la noche.
La retransmisión comenzará en Movistar Estrenos y en #0, simultáneamente, con la emisión del especial La noche de los Oscar, que repasará las candidaturas a partir de las 23:45 horas. La alfombra roja (0:30 horas) y la ceremonia en sí (2:00 horas) solo se podrá ver, en directo, a través de Movistar Estrenos. Al término de la velada, a las 5:00 horas, se ofrecerá un especial a modo de cierre, titulado Ceremonia de los Oscar (93ª edición): Después de la gala. Al día siguiente, como suele ocurrir, Movistar Estrenos emitirá un resumen con los mejores momentos de la gala en horario de prime time (22:00 horas). Para redondear la cobertura, Ver-Mú Diario hará un balance del palmarés.
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