Seguimos con la sección de CULTURA Y ARTE con las dos entradas conjuntas son pequeñas pero os resultarán curiosas.
Para esta semana seguimos hablando en la primera noticia (Por qué dormir despierta nuestra genialidad).
Y la segunda noticia (Las nuevas estafas por SMS y cómo evitarlas).
Esta
semana nos toca Dormir despierta la genialidad y Las nuevas estafas SMS.
Por qué dormir despierta nuestra genialidad
No hay nada absurdo en los sueños. Una nueva teoría sostiene que, al dormir, nuestro cerebro entra en una maravillosa y necesaria tormenta de ideas. Y lo hace con un único objetivo. Te lo contamos
Los vigilantes desaparecieron durante un instante y él no dudó en aprovechar la ocasión. Antonio Zadra atravesó el patio de la prisión lo más rápido que pudo. Le disparaban, pero siguió corriendo entre las balas hasta llegar a la alambrada. Ante él se alzaba una barrera de cinco metros; sin embargo, Antonio no se echó atrás y superó la valla con un enorme salto. Cuando aterrizó sobre la nieve al otro lado, comprobó sorprendido que estaba ileso. Incluso las heridas de las manos, que hasta hace unos momentos sangraban, habían desaparecido.
Antonio se detuvo. ¿Un salto por encima de una alambrada de cinco metros de alto? ¿Heridas que se curan solas? Solo había una explicación: estaba soñando. Este extraño episodio, en el que Antonio Zadra fue consciente de que estaba soñando sucedió hace casi 40 años. A pesar de ello, Antonio sigue recordándolo perfectamente.
Aquella experiencia tan desconcertante transformó su vida, dice ahora Antonio Zadra. Hoy es profesor de Psicología en la Universidad de Montreal. Ha analizado pesadillas, estudiado a sonámbulos, elaborado más de 15.000 informes sobre todo tipo de sueños. Ahora acaba de publicar junto con el psiquiatra Robert Stickgold, de la Harvard Medical School, un libro sobre los misterios que suceden cuando dormimos (When brains dream; editorial Norton). En sus 336 páginas, la pareja de científicos presenta una novedosa teoría sobre el sueño.
En el sueño, el cerebro explora todas las conexiones posibles, hasta las menos lógicas, de los contenidos guardados en nuestra memoria
Durante el sueño, afirman los autores, el cerebro se embarca en un proceso fascinante en el que teje experiencias y aprendizajes reales con recuerdos previamente almacenados en la memoria. El cerebro entra entonces en un estado muy especial, caracterizado por una capacidad de asociación de ideas increíblemente creativa. «Las personas estamos tan acostumbradas a ese proceso que olvidamos lo extraordinario que es que nuestro cerebro cree durante la noche unos mundos de fantasía tan maravillosos», comenta Zadra.
Ambos científicos se han sumado a una fascinación que tiene miles de años de antigüedad. El ser humano siempre ha creído poder encontrar verdades profundas en los sueños: los sacerdotes aseguraban que se trataba de mensajes de la divinidad; los psicólogos, que abrían el acceso a los abismos de la psique; y los neurocientíficos esperaban encontrar en ellos la respuesta al enigma de la conciencia humana.
Por eso, aseguran Zadra y Stickgold, cuesta tanto entender por qué la investigación biológica de los sueños no arrancara hasta hace siete décadas.
¿Por qué no se mueve el cuerpo?
Una noche de diciembre de 1951, un estudiante de doctorado de 30 años de Chicago observó en su hijo pequeño un fenómeno que hasta entonces se le había escapado a la ciencia: los globos oculares del niño se movían a toda velocidad de un lado a otro bajo sus párpados cerrados, y eso a pesar de que estaba profundamente dormido.
Ahora ya se ha demostrado que los seres humanos nos sumimos en el denominado sueño REM (siglas en inglés de rapid eye movement, ‘movimiento rápido del ojo’) durante la cuarta parte de la noche. En este tipo de sueño se van intercalando otras tres fases distintas, durante las cuales los globos oculares apenas se mueven.
La persona dormida sueña en todos los estadios, solo que con una intensidad diferente.
Especialmente vívidos y extraños son los sueños que se producen durante la fase REM. Durante esta fase del sueño, la actividad cerebral registrada por los electroencefalogramas apenas se distingue de la actividad que presentan las personas despiertas. El cuerpo no se mueve porque el tronco del encéfalo impide la transmisión de las órdenes a los músculos encargados de ejecutarlas, con el fin de que la persona siga quieta y no termine haciéndose daño.
Pero todo esto no dice nada sobre la función que cumplen los sueños. ¿Por qué el cerebro de las personas dormidas representa noche tras noche su teatro de historias fantásticas?
El increíble ‘brainstorming’ nocturno le permite a nuestra mente elaborar asociaciones de ideas correctas durante el día
Los experimentos de Zadra y Stickgold apuntan a que, durante la noche, el cerebro se encuentra en un modo de pensamiento radicalmente diferente al propio del estado de vigilia. En el día a día, las personas tenemos que reaccionar constantemente a unos estímulos que nos llegan en cascada. Para ello, el cerebro elabora sin parar pronósticos sobre lo que podría ocurrir a continuación.
Sin embargo, durante el sueño sucede algo distinto. Con los ojos cerrados y la actividad cotidiana aparcada durante unas horas, el cerebro se dedica al procesamiento de datos en un plano interior. El cerebro no se limita a las asociaciones de ideas más inmediatas y a los pronósticos más posibles; explora, analiza y prueba también posibilidades menos evidentes. Solo de esa manera es posible consolidar un tejido de asociaciones versátil al que el cerebro despierto pueda recurrir para realizar sus predicciones.
Según la interpretación de Zadra y Stickgold, a lo largo de la noche tiene lugar un proceso de brainstorming, una tormenta de ideas durante la cual están permitidas todas las alternativas y son bienvenidas hasta las ocurrencias más absurdas.
Demostrar este tipo de teorías es muy complicado. El descanso nocturno como tal resulta más fácil de estudiar que los sueños. Por ejemplo, ya se da por cierto que las personas consolidan lo aprendido mientras duermen. Los científicos han realizado toda clase de experimentos para comprobarlo, han presentado a sus voluntarios listas de palabras y series de fotografías. Y todas las veces se repite lo mismo: al cabo de unas horas de sueño, el rendimiento de su memoria mejora.
Por ejemplo, a los participantes en una prueba les pidieron que adivinaran una secuencia de naipes sin que los hubieran informado de las reglas por las que se regía el orden en el que salían. Y resultó que el sueño mejoraba su intuición: nada más despertarse, su nivel de acierto aumentaba.
Los neurocientíficos creen que los hechos recientes, el contenido del almacén neuronal a corto plazo, se desplazan durante la noche a la memoria a largo plazo, donde se quedan fijados de forma permanente. El papel que los sueños desempeñan en este proceso sigue sin estar del todo claro, aunque Zadra y Stickgold recogen en su libro algunos indicios que según ellos podrían respaldar las líneas generales de su hipótesis.
Por ejemplo, señalan que el aumento de la capacidad de asociación de las redes neuronales que se da por la noche va acompañado por una alteración de la química cerebral. El efecto de la serotonina, dice Zadra, se asemeja al que se experimenta bajo el influjo de ciertas drogas, lo que lleva a que atribuyamos tanta importancia a los sueños que recordamos al despertar, igual que sucede con los viajes que provoca el LSD, alucinaciones que sus protagonistas interpretan como si fuesen una revelación cósmica.
En paralelo tiene lugar otro proceso: la inhibición del neurotransmisor noradrenalina, entre cuyas tareas se encuentra la focalización de la capacidad de atención. Zadra cree que este bloqueo es lo que hace a los sueños tan erráticos, y tan absurdas a las acciones que se suceden en ellos. Además, aumenta las ansias de exploración con las que el cerebro se lanza a probar posibles relaciones entre los contenidos almacenados en la memoria.
Del laboratorio de Stickgold procede un hallazgo más. En uno de sus experimentos, su equipo y él jugaron al Tetris con enfermos de amnesia que habían perdido totalmente la capacidad de construir recuerdos. Y aunque todos ellos olvidaban al poco tiempo que habían estado jugando, por la noche soñaban con bloques de colores cayendo: sus cerebros estaban intentando trasladar las experiencias aprendidas a la memoria a largo plazo, pero, como los dispositivos neuronales necesarios para ello estaban dañados, no lo conseguían.
A pesar de todos los hallazgos surgidos de los más recientes experimentos, la naturaleza de los sueños sigue encerrando multitud de enigmas. Antonio Zadra y Robert Stickgold confían en que la investigación consiga nuevos avances muy pronto. «El número de médicos, filósofos, psicólogos y neurocientíficos que trabajan en el cómo y el porqué del sueño es mayor que nunca», afirman en su libro.
Este prometedor escenario anima a la pareja de autores a lanzar la mirada hacia un futuro lejano en el que fuese posible registrar los sueños desde fuera. En lo que no entran es en cómo podría ser esa grabadora de sueños. En su lugar prefieren plantear otra pregunta: ¿realmente sería deseable tener una máquina como esa?
Las nuevas estafas por SMS y cómo evitarlas
Hay una nueva oleada de timos a través de los SMS que arrasa en toda Europa y es tan sofisticada que hasta los expertos caen en la trampa. Te contamos cómo funcionan estos fraudes tecnológicos y qué debes hacer para evitarlos.
Buenos días, su envío llegará a las 10.30 al punto de entrega. Vea dónde puede recoger su paquete haciendo clic aquí».
Cuidado, ni se le ocurra pinchar en ese enlace. Este SMS puede dejarle sin ahorros. Los cibercriminales han encontrado por fin el caballo de Troya para introducirse en nuestros teléfonos móviles. Se llama FluBot y es un mensaje de texto en el que se oculta un troyano bancario, un programa malicioso que toma el control del dispositivo y roba los datos y contraseñas que permiten el acceso a la banca móvil. Esta 'epidemia hacker', que comenzó en España y en marzo ya había 'contagiado' a 60.000 teléfonos (el 97 por ciento españoles), se ha extendido por Europa, haciendo saltar las alarmas en Reino Unido, Alemania, Italia, Polonia, Hungría...
Si en los timos postales la edad media de los que 'pican' es de 74 años, los estafados a través del 'smishing' tienen 35 o menos. No perciben que abrir un SMS implique riesgos
El virus también es capaz de copiar la agenda de contactos para reenviar automáticamente el mensaje malicioso. En pocos meses recopiló once millones de números. Esto significa que uno de cada cuatro móviles en España han recibido un SMS que puede llegar a instalar, si pulsamos el hipervínculo, una aplicación silenciosa que dará el control de nuestro teléfono a los ciberdelincuentes sin que nos percatemos. Pero los expertos advierten de que, al ritmo de contagio actual, los hackers podrían disponer de todo el listín de móviles españoles en noviembre.
Los virus informáticos específicos para el móvil no habían tenido demasiado éxito. La razón principal es que las aplicaciones bancarias disponen de varias herramientas muy eficaces para mantenerlos a raya: la autenticación de dos o más factores, el reconocimiento a través de la huella dactilar o incluso facial para autorizar las operaciones, los códigos que caducan en pocos minutos... Pero estamos ante la oleada de estafas más peligrosa y sofisticada hasta la fecha. El Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) califica el riesgo de «muy alto». Y la Policía Nacional y otros cuerpos de seguridad han difundido varias alertas en sus redes sociales.
Daba la impresión de que un virus informático solo podía causarnos problemas a través del ordenador y que con un antivirus que enviase a la carpeta de spam los correos electrónicos sospechosos (phishing) era suficiente. Y, en buena medida, así era hasta que aparecieron FluBot y otros programas maliciosos inspirados en él. Los cibercriminales se han percatado de su efectividad. Y se copian unos a otros, perfeccionándolos, de modo muy similar a cómo se replica el coronavirus, favoreciendo que prevalezcan las variantes más contagiosas. Por ejemplo BRATA, que podría calificarse como la 'cepa' brasileña de FluBot, pues empezó en el país sudamericano, desde allí se contagió a Estados Unidos y ya ha saltado el charco.
'Smishing', 'pharming', 'vishing'
Llueve sobre mojado. El ransomware (el secuestro de un ordenador o red de ordenadores para pedir un rescate) es la gran pesadilla de las grandes empresas, sobre todo desde que se generalizó el teletrabajo, y los hackers ya se atreven a atacar incluso a las compañías informáticas, como le ha sucedido al fabricante Acer, al que exigieron un rescate de 50 millones de dólares.
Pero el smishing es el nuevo coco, en este caso, para los usuarios individuales. Smishing es la combinación de las palabras SMS y phishing. Como hemos visto, es el intento de fraude a través de un mensaje de texto para obtener información personal y financiera. El SMS fraudulento pide a la víctima que haga clic en un enlace o que llame a un teléfono para verificar, actualizar o reactivar un servicio. Puede derivar en pharming, si el enlace que se ha pulsado lleva a una página web falsa, con una apariencia muy parecida a la de la web a la que se quería acceder y que pide a la víctima que rellene un formulario que captura la información confidencial.
Esa página también puede contener una solicitud de permiso de accesibilidad al móvil. Si se concede, los hackers son capaces de controlar el dispositivo a distancia.
Hay muchos cebos, pero el más habitual es el de una presunta empresa de mensajería que nos envía un SMS para hacer el seguimiento de un envío que ya está pagado y que no se ha podido entregar. Si pinchamos el enlace, empiezan los problemas...
Otra modalidad es el vishing, combinación de las palabras 'voz' y 'phishing'. El SMS malicioso lleva un teléfono fijo o móvil. Si llamamos, nos responderá el supuesto empleado de una entidad bancaria, comercio, empresa de mensajería de un organismo público que nos pedirá nuestros datos con cualquier excusa: reembolsar una cantidad, participar en un sorteo, recibir soporte técnico... Por principio, hay que desconfiar incluso de los SMS que nos llegan en el mismo hilo que los de nuestro banco.
Hay muchos cebos. Por ejemplo, los de aquellos que se hacen pasar por empleados de la Seguridad Social, los cibercriminales que nos piden que reembolsemos una cantidad a través de Bizum (un sistema que jamás utilizan los organismos públicos). O nos animan a responder a una encuesta a cambio de un regalo.
También está el chollo del súper: nos ofrecen un robot de cocina a un precio irrisorio. O nos anuncian que hay un paquete a nuestro nombre retenido en la aduana... Pero el más habitual es el siguiente. Una presunta empresa de mensajería nos envía un mensaje para hacer el seguimiento de un envío que ya está pagado y que no se ha podido entregar. Como no hemos comprado nada, pinchamos el enlace para averiguar qué sucede y aparece una página web (falsa) de la empresa en cuestión y una advertencia de que el envío se ha devuelto dos veces debido a un error en los datos.
Para meternos prisa, aparece una cuenta atrás, y nos explican que es la última vez que nos piden la dirección correcta y que, de no proporcionar los datos, anularán el envío. Si le damos a 'Continuar', nos ofrecen información sobre el paquete en cuestión: por ejemplo, un iPhone por el que solo hay que pagar 3 euros por los gastos de envío. A continuación, aparece un formulario para rellenar los datos de nuestra tarjeta y realizar ese pago. Hasta ahora, se han visto suplantaciones de compañías como Correos Express, DHL, FedEX, MRW y otras.
A primera hora de la mañana o última de la tarde
FluBot, en concreto, afecta sobre todo a los teléfonos Android, aunque ya hay versiones específicas para Apple. En el caso del sistema operativo de Google, necesita que el usuario le otorgue el permiso para ganar acceso a la función que permite observar y controlar el dispositivo. Por eso suele enviarse a horas en que estamos menos atentos, temprano por la mañana o a última hora de la tarde. Los hackers confían en que estemos soñolientos o cansados y que pulsemos el enlace sin prestar atención a lo que estamos haciendo. Un mensaje suele meternos prisa, además.
El ciberdelincuente espía lo que hacemos en todas las aplicaciones que abrimos. Y, con nuestras credenciales en su poder, realiza transferencias a sus cuentas, vaciando las nuestras
Una vez hacemos clic, el SMS redirige a la víctima a una página que suplanta a la oficial del sitio y solicita que descargue una aplicación para realizar el seguimiento. Esta 'app' se descarga desde una tienda de aplicaciones distinta de Google Play Store, la oficial. Este virus tiene la capacidad de inyectar páginas superpuestas cuando detecte un inicio de sesión en una de las aplicaciones diana (generalmente una app bancaria o de comercio electrónico, también los monederos virtuales y, últimamente, los programas de gestión de criptomonedas), de forma que el usuario piensa que está introduciendo las credenciales en la web original cuando, en realidad, las está enviando a un servidor remoto controlado por los hackers.
Con el permiso de accesibilidad activado y sirviéndose de una herramienta que monitoriza los toques que el usuario da sobre la pantalla, el ciberdelincuente espía, sin que lo sepamos, lo que hacemos en todas las aplicaciones que abrimos. Y, con nuestras credenciales en su poder, puede realizar transferencias a sus cuentas, vaciando las nuestras.
NO CAIGA EN LA TRAMPA
1. Si recibe un mensaje que parece ser de su banco o de una compañía de comercio electrónico con un enlace para actualizar la información de su cuenta o confirmar el código de su tarjeta, se trata de un fraude. Desconfíe de las alertas de seguridad urgentes y los canjes de cupones y ofertas que requieren actuar rápido.
2. No acceda a enlaces de contenidos en correos electrónicos o mensajes de texto que provengan de un remitente desconocido. Si sospecha, borre el mensaje. Ante cualquier duda, puede contactar con la línea de seguridad del Incibe (900116117) a través del WhatsApp.
3. Evite descargar aplicaciones desconocidas o que no sean oficiales y procure tener inhabilitada la opción de instalación de aplicaciones de origen desconocido. Elegir en todo momento la opción de 'NO' recordar las contraseñas.
4. Atención a las faltas de ortografía, a los mensajes que no van dirigidos a su nombre, o que lo escriben mal o de una manera que solo usaría algún contacto de su agenda. Puede que hayan hackeado el teléfono de un contacto y usted sea la próxima víctima.
5. Verifique que la dirección del portal de un banco o del sitio donde se requiera realizar alguna compra empiece con el icono de un candado cerrado y con https, ya que la 's' significa que los datos ingresados se transmitirán de forma cifrada.
6. En caso de recibir una notificación de su banco en la que se informa que su cuenta fue bloqueada, informe al banco mediante la línea de atención telefónica oficial y no a través de los teléfonos recibidos en dicha notificación.
7. Mantenga su móvil actualizado y pásele un antivirus. Se puede descargar alguno gratuito en la Oficina de Seguridad del Internauta (www.osi.es) del Incibe.
8. Pongámonos en lo peor. Si los hackers han accedido a su cuenta y han realizado cargos no autorizados, siga estos pasos. Primero contacte con su entidad bancaria a través de su servicio telefónico e informe de que han suplantado su identidad. Después acérquese a una comisaría y ponga una denuncia. El real decreto ley de Servicios de Pago de 2018 garantiza que el titular de la cuenta de banca electrónica o de la tarjeta no es responsable de las operaciones de las operaciones fraudulentas y deberían restituirle el dinero, a no ser que se demuestre que cometió una negligencia grave o que se demoró injustificadamente a la hora de avisar.
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