Martes y como no toca una entrada de LA RAZÓN Y LA
CULTURA vamos con dos nuevos artículos uno sobre el Hallan
en Pompeya la habitación de unos esclavos bien conservada y
el otro El chocolate, un invento español de hace 500 años que
todo el mundo quiere.
Que espero que os guste y ya sabéis nos vemos el próxima martes con dos artículos más en una nueva entrada de LA RAZÓN Y LA CULTURA.
Hallan en Pompeya la habitación de unos esclavos bien conservada
El ministerio italiano de Cultura asegura que este descubrimiento “enriquecerá aún más el conocimiento de la vida cotidiana de los antiguos pompeyanos”
Vista de la estancia pequeña en la que vivían unos esclavos en Pompeya
Pompeya, la ciudad sepultada y, por tanto, la de las sorpresas. La ciudad se descubrió rodeada de misterio y aún hoy continúa siendo sede de estudiosos y curiosos de la arqueología. Quedó destruida en el año 79 d.C., tras la erupción del volcán Vesubio, y aún hoy continúa desvelando rincones que ofrecen una imagen de la situación en aquella época. Ahora, un nuevo descubrimiento: un equipo de arqueólogos que trabaja desde 2017 en Pompeya han dado con una estancia pequeña, donde se presume que vivían esclavos, posiblemente una familia con un hijo, y que se encargaban del mantenimiento de la villa de sus dueños.
Según informa el ministerio italiano de Cultura, el hallazgo se ha producido en la zona de la villa de Civita Giuliana, situada en la zona norte de Pompeya y que ya ha sacado a la luz en los últimos meses otros descubrimientos, como una carroza ceremonial casi intacta o un establo con los restos de tres caballos. Un reducido alojamiento de unos 16 metros cuadrados que, ahora, hallada “en un estado de conservación excepcional”, enriquecerá “aún más el conocimiento de la vida cotidiana de los antiguos pompeyanos” y concretamente de una parte de la sociedad, de cuyo estilo de vida se sabe bastante poco, dijo el ministro de Cultura, Dario Franceschini, a través de un comunicado.
Gracias al refinamiento de la técnica de moldes inventada por Giuseppe Fiorelli en el siglo XIX, se han encontrado tres camas y otros objetos pertenecientes a estas personas, que probablemente eran los empleados que se ocupaban del trabajo diario de una villa romana, incluidas las labores de mantenimiento y preparación del carro de caballos. Asimismo, se han encontrado tres catres de madera y un cofre, también de madera, con objetos de metal y telas que los arqueólogos creen que podrían formar parte de los arneses de los caballos.
Las camas eran unas tablas de madera toscamente trabajadas, que podían ensamblarse según la altura de quienes las utilizaran. Dos camas miden unos 1,70 metros de largo, mientras que la otra es de solo 1,40 metros, por lo que los expertos deducen que podría ser de un niño. Debajo, se guardaban objetos personales, como ánforas para conservar objetos, jarras de cerámica y el orinal. La habitación tenía una pequeña ventana en la parte superior y carecía de decoración en las paredes.
“Además de servir como dormitorio para un grupo de esclavos, tal vez una familia pequeña como sugeriría la cuna del tamaño de un niño, el entorno sirvió como un cuarto de almacenamiento, como lo demuestran ocho ánforas apiñadas en las esquinas dejadas libres para este propósito”, explicó el ministerio italiano. La villa de Civita Giuliana, que desde 2017 cuenta con arqueólogos en la zona, fue durante años objeto de saqueos sistemáticos y parte del patrimonio arqueológico se ha perdido debido a los túneles cavados por los ladrones de tumbas que han generado un daño total estimado en casi 2 millones de euros en toda la villa, según los cálculos del ministerio italiano.
El chocolate, un invento español de hace 500 años que todo el mundo quiere
El regreso de Hernán Cortés a España tras su gran conquista de México presentó la primera exposición de chocolate a Europa en 1521. Fue entonces en España cuando el cacao se transformó en el chocolate que todos amamos y consumimos hoy.
Encuentro de Hernán Cortés y Moctezuma II en un grabado.
Es un hecho bien conocido que el chocolate tiene su origen en México como una bebida amarga. Cuando Cristóbal Colón volvió a España de su cuarto viaje al mundo nuevo, trajo entre muchas cosas un cargamento de cacao de aspecto sencillo. Estos fueron ignorados por la corte y por los conquistadores en México también, ya que la bebida les parecía desagradable por apariencia y sabor. Esto fue hasta que el conquistador Hernán Cortés, que probó la bebida y vio su potencial, lo presentó al rey Carlos I.
El cacao se consideraba sagrado en primer lugar por la civilización Maya. A pesar de esto, no estaba reservado para los ricos y poderosos, sino que estaba disponible para casi todos. En muchos hogares, el chocolate espeso y espumoso se disfrutaba con cada comida. Los aztecas admiraban el chocolate mas aún. Ellos creían que el cacao había llegado a la tierra por los dioses. Era tan valioso que formaba parte del sistema monetario y se valoraba más que el oro. A la diferencia de los mayas, en el mundo Azteca, los de clase alta eran los que más lo disfrutaban, aunque las clases bajas lo bebían con ocasión de celebraciones.
El emperador azteca Moctezuma II, que es conocido como el emperador que mas gozaba del cacao, bebía más de 50 porciones al día. El fue el que sirvió chocolate en cálices de oro a sus invitados españoles, entre ellos Hernán Cortés. Aunque para el gusto español tenía un sabor muy amargo y ácido, la nueva bebida formada por Cortés en 1521 creo esa misma obsesión que existía en México por todo Europa.
El chocolate caliente que enamoró a España y Europa se ajustó añadiendo azúcar, para endulzar el sabor, y se elaboró por primera vez en el Monasterio de Piedra ubicado en la provincia de Zaragoza. Así pronto se hizo popular entre la aristocracia española y conquistó al país al punto que España procedió a plantar cacao en sus colonias de ultramar. Increíblemente, el arte de la industria del cacao se mantuvo secreto por los españoles durante casi cien años.
Dos siglos después, Madrid estaba completamente invadido por chocolate y se consumía mas de cinco toneladas al año. En el siglo XVII, gracias a Ana de Austria, hija del rey Felipe III de España y reina de Francia, otros países europeos pudieron probar y enamorarse del chocolate. Empezó en la corte francesa y poco después se expandió por el continente para convertirse en el dulce que tanto consumimos hoy.
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